40 años después de La cultura del guaro, el mal continúa

El periodista documentalista y productor audiovisual Rónald Díaz presentó oficialmente, el pasado 10 de noviembre, en el Teatro Eugene O’Neill, su nueva producción documental La cultura del guaro 40 años después, la cual retoma y actualiza el famoso filme La cultura del guaro, dirigido por Carlos Freer en 1975.

La producción y presentación del audiovisual contó con el patrocinio y apoyo del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).

“Este año La cultura del guaro, de Carlos Freer, cumple 40 años y quise rendir homenaje tanto a don Carlos como a un grupo de cineastas que en ese momento –amparados por el Departamento de Cine– produjeron una gran cantidad de películas documentales sobre diversas problemáticas sociales de la Costa Rica de los años 70 y principios de los años 80”, comentó Díaz en el “detrás de escena” del documental.

“Hay más cantinas que escuelas y colegios. Hay más cantinas que hospitales, unidades sanitarias y centros de nutrición. Hay más cantinas que iglesias, gimnasios y centros deportivos. Hay más cantinas que todo esto junto”. Este era el panorama de Costa Rica hace 40 años, según la perspectiva del recordado documental La cultura del guaro.

En esa época, el recién creado Departamento del Cine apoyó la producción de una gran y variada cantidad de documentales que se concentraron en dar cuenta de las problemáticas sociales que aquejaban a la sociedad costarricense.

Dentro de las preocupaciones de los documentalistas, la salud publica ocupó un lugar primordial. Es justamente en este contexto en el que nació dicho documental.

Según esa película, la cultura del guaro está relacionada con la aceptación social, el asentamiento y la naturalización del uso del licor como elemento socializador en la cotidianidad de los costarricenses. En otras palabras, la construcción de los vínculos sociales, dentro de esta cultura, se encuentra mediada por la ingesta de bebidas alcohólicas.

“40 años después”

Cuarenta años después, el propósito del documental de Rónald Díaz es visibilizar y discutir de manera crítica la problemática del alcoholismo y sus secuelas en el contexto social costarricense, echando una mirada retrospectiva, pero dando cuenta, igualmente, de las variables que condicionan el fenómeno social hoy en día y que, de alguna manera, lo reinventan.

Para Díaz, el documental “tiene la capacidad de incidir sobre la problemática del consumo excesivo de alcohol, pues permite que nos veamos reflejados como sociedad”.

La producción está construida a partir de algunos testimonios de personas afectadas por el consumo de alcohol, entrevistas a especialistas y declaraciones tomadas en las calles, durante celebraciones tradicionales y fiestas populares.

Al respecto, Díaz advierte “que el documental aporta el conocimiento y la experiencia de quienes han pasado por situaciones de adicción; esto contribuye a que seamos capaces de reconocer si tenemos un problema”.

De la misma manera, el audiovisual analiza el papel de la publicidad, partiendo de la idea de que esta contribuye a instaurar la práctica del consumo de alcohol como una conducta deseable. Por esta razón, dedica especial atención a recopilar y reproducir imágenes publicitarias que fomentan el consumo de bebidas alcohólicas.

Aunque hay algunas continuidades entre el documental de hace cuatro décadas y la perspectiva “40 años después” de Díaz, también hay algunas diferencias sustantivas.

Una de ellas radica en que este último se concentra, ya no en la población considerada adicta por los especialistas y que se encuentra en su último tramo de la enfermedad, sino en la población que tiene altos grados de riesgo y que podría desarrollar problemas de adicción en el futuro.

Asimismo, presta atención a los efectos concretos del consumo excesivo de alcohol, como la violencia doméstica, riñas callejeras, accidentes de tránsito, entre otros.

Sueño hecho realidad

“Tenía 13 años cuando vi la versión original de La cultura del guaro y quedé encantado. Había visto películas de ficción como todo el mundo, pero ver algo que era tan cercano a la realidad me fascinó y en ese momento pensé que algún día me gustaría hacer documentales”, explicó Díaz, quien además de su último proyecto, produjo La pandemia del tabaco (2011) y Yolanda O (2013) –ambos trabajos ganadores del Premio René Picado Esquivel en el 2012 y 2013, respectivamente–, así como El señor de las doce y La niña del piano.

Aunque Díaz tenía la idea de hacer una versión actualizada de La cultura del guaro desde el 2010, su realización supuso todo un reto, ya que además de revivir uno de los “referentes del documental costarricense, una producción emblemática y uno de las producciones más vistas en toda Costa Rica”, debía contar con la aprobación de Freer. Así pues, uno de los desafíos que tuvo que enfrentar fue convencer al director original de que apareciera en el nuevo documental.

La producción se llevó a cabo bajo el auspicio del IAFA. Además, las investigaciones desarrolladas por el Instituto sirvieron para reforzar el audiovisual con datos estadísticos concretos y visiones especializadas de los mecanismos del consumo y la adicción en Costa Rica.

En criterio de Margarita Odio, encargada del departamento de comunicación del IAFA, “se espera que el documental cree un ambiente favorable para discutir un tema que ha sido invisibilizado durante muchos años. El objetivo es que el trabajo audiovisual sea visto por una buena cantidad de personas”.

Odio resaltó la importancia de establecer relaciones con el Ministerio de Educación, para enseñar el material a grupos específicos en edad escolar y bajo supervisión pedagógica, con el propósito de que los jóvenes participen de manera crítica en la discusión de la problemática.