Hace llamado al compromiso moral de empresas periodísticas.
Armando Vargas, periodista y ex ministro de Información del gobierno Monge Álvarez (1982-1986) :»Costa Rica va cuesta abajo y sin frenos».
Retomar la vía costarricense es una manera de enderezar el camino equivocado que ha tomado la nación, advirtió Armando Vargas Araya, exministro de Información (1982-1986) y periodista.
Y precisamente bajo ese nombre, la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia publicó el libro «La vía costarricense. Volver al futuro y reencontrar el camino de la prosperidad, la equidad y la dicha», que recoge artículos de opinión publicados por Vargas en varios medios de comunicación nacional.
A propósito de esta publicación y por la vigencia de sus temas UNIVERSIDAD tuvo una conversación con Vargas Araya, de la que transcribimos el siguiente resumen.
En la portada del libro aparece la frase «volver al futuro», ¿a qué refiere exactamente?
– Significa retomar la vía costarricense planteada desde 1945, por Ricardo Jiménez Oreamuno, ya al final de su vida, quien dijo que confiaba en esas fuerzas del buen sentido y de la justicia, en los ideales de los que ahora todos se burlan.
Ahora nos quieren hacer creer que es maravilloso lo que está sucediendo. En verdad, crecen las exportaciones, crece la economía, pero también la inequidad, la pobreza, el desaliento. Ahora tenemos la competitividad, el sálvese quien pueda.
Cuando se escriba la historia de la arquitectura, serán los años de los «moles». Hoy se hacen excursiones para ir a conocer el «mall» de Liberia, de Ciudad Quesada y pronto el de San Isidro del General.
Al examinar la realidad política partidaria parece una utopía esto de retomar la vía costarricense…¿no lo cree así?
– De ninguna manera. Siempre Costa Rica ha realizado ideas que han sido planteadas 20, 30 y 40 años antes. Las reformas de la década de los años 40 habían sido expuestas desde fines del siglo XIX y comienzos del XX. Cuando se decidió la disolución del ejército, ¿que más utopía que esa? No tenemos que ser la cenicienta rezagada del desarrollo. Esa es una visión derrotista que nos han querido meter.
Cuando usted dice que no sabemos hacia donde vamos, más bien algunos dirían que hay grupos que sí lo saben, aunque no necesariamente representan el interés colectivo…
– Es correcto, eso es muy claro. Al cabo de 20 años de la experiencia del neoliberalismo, hay suficientes evidencias para decir que este es un camino errado. Debemos pensar con cabeza propia, construir consensos nacionales y respetar los tiempos, ritmos y formas de nuestra manera de ser.
¿Cuán factible es esta vía costarricense en momentos de tanta presión para firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos?
– La Junta de Notables hizo una advertencia acerca de que el debate surgido ha degenerado en una destructiva polarización nacional. Ellos dijeron que no hay condiciones políticas para aprobarlo, que si no se encuentran espacios de consenso se podría llegar a un estallido social. Más claro no canta un gallo.
Pero ante el divorcio de este mandato constitucional y lo que las estructuras partidarias buscan, ¿cuál es la fórmula para retomar el camino?
– No hay duda de que los partidos políticos tradicionales le han hecho mucho daño al país desde que entraron en la etapa que los economistas llaman los rendimientos decrecientes; son el matapalo que tiene jodida a Costa Rica.
Lo que sucede entre lo que fue Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana es equivalente a la alianza en Nicaragua entre sandinistas y los liberales; la diferencia es grado de civilización y cultura. Allá las cosas son más desabridas, aquí son más encubiertas, pero es lo mismo. Debemos abrir los ojos y entender que por el interés nacional hay que sustituir a quienes se han beneficiado y han usado el poder con un concepto patrimonialista, es decir, el Estado como propiedad privada para ellos, sus familiares y los suyos. La decisión que debe tomar la ciudadanía es si quiere mantener esa alianza al estilo nicaragüense; o dar el paso adelante y sacar a los mercaderes del templo.
EL COMPROMISO DEL PERIODISMO
En esta vía costarricense, ¿cuál es el papel de los medios de comunicación para retomar el camino?
– No se puede negar la responsabilidad moral de dueños, gestores y comunicadores. El pasado 2 de agosto la Iglesia pidió a las empresas periodísticas y a sus trabajadores que ejerzan un periodismo comprometido con los grandes desafíos que como nación tenemos, que sean agentes de cambio social positivos. Se requiere que cada periodista y cada medio tomen conciencia del rol extraordinario que están jugando. Nos toca a los periodistas tener gran discernimiento para no hacerle bombos a los farsantes y para darle énfasis a la gente seria que trabaja por el país.
Lamento ver que en el Colegio de Periodistas de Costa Rica las peleas son por centavos más centavos menos, o por personalidades y vanidades individuales. Sería lamentable que el gremio que todos los días trabaja con ideas no tuviera la entereza para ejercer de la manera más íntegra su capacidad crítica y de decidir por dónde sí y por dónde no.
¿Cuál es la situación del periodismo costarricense?
– Hay una serie de coacciones antidemocráticas que parecen tener un mismo origen: la aspiración inocultable de establecer sobre la población lo que han llamado «la tiranía en la democracia», por medio de una eventual reelección contraria a la Constitución Política. Ahora se intenta negar los conceptos publicados en la página 5 de La Prensa Libre el 3 de setiembre pasado: «la ingobernabilidad se ha adueñado de la administración Pacheco de la Espriella, es mejor evitar el casos y la anarquía y promover la tiranía en democracia».
Ha habido presiones contra los medios universitarios de comunicación y contra los columnistas de espíritu crítico. Hay hechos preocupantes, entre ellos, que un grupo financiero que ha tomado el control de numerosas radioemisoras, incluidas dos de las tres más importantes radios noticiosas y de opinión. Creo que pocas amenazas pueden ser tan peligrosas para la democracia como la concentración en pocas manos del poder financiero, político y mediático. Todo esto me lleva a preguntar si en Costa Rica hoy no se está violando el artículo 28 de la Constitución.
¿Habla concretamente del Grupo Sama, asociado al liberacionista Oscar Arias Sánchez?
-Creo que son hechos de dominio público.
En esta discusión sobre el modelo económico que quieren imponer algunos sectores, ¿qué papel juegan los medios de comunicación?
– Las empresas periodistas reflejan los intereses de los sectores dominantes, porque son sus anunciantes; sin embargo, siempre hay espacios para la disidencia y el ejercicio de la libertad. He manifestado que lo que estamos viviendo ojalá sea un eclipse pasajero y no cerrada noche; pero también es un deseo porque advertidos estamos para dónde nos llevan Tonto seríamos si nos quedamos de brazos cruzados viendo como nos llevan como becerros al matadero.