“Afán de ruptura” justifica Premio Nacional de Poesía

El jurado que otorgó el Premio Nacional de Poesía al libro Minutos después del accidente justifica el premio al autor Esteban Ureña en “el

El jurado que otorgó el Premio Nacional de Poesía al libro Minutos después del accidente justifica el premio al autor Esteban Ureña en “el afán de ruptura” que muestra el texto, el cual se constituyó en el argumento más solido para otorgarle el galardón.

Gustavo Solórzano, por la ya extinta Asociación de Autores, Victoria Gaitán, representante del Ministerio de Cultura, y Flora Ovares, en representación de las universidades públicas, consideraron que Minutos después del accidente fue el mejor libro de poesía publicado en el 2014, entre otras razones porque “desafía las convenciones del lenguaje, retuerce los sentidos, exprime los significados y a la vez los cincela de formas inusitadas” (ver entrevista aparte).

UNIVERSIDAD consultó a los tres miembros del jurado; Ovares y Solórzano accedieron a referirse al tema, mientras que Gaitán, la representante del Ministerio de Cultura, no quiso atender las consultas de este medio.

Por su parte, los poetas Adriano Corrales y Marco Aguilar consideraron que el libro no ameritaba el Premio Nacional, aunque el primero lo consideró interesante y el segundo expresó que en “Costa Rica hasta un mal chiste hoy día pasa por poesía”.

Poemas que solo son juegos de palabras tienen sentido o razón de ser, según Solórzano, en el conjunto de la obra; no obstante, reconoció que en literatura se considera que cada poema debería defenderse por sí mismo.

No conviene, de acuerdo con Solórzano, coordinador del citado jurado, aislar el análisis de los textos, y hay que valorarlos en el conjunto de la obra.

De esta manera, por ejemplo, “La carretera interminable” eleva, según el jurado, el nivel de la poesía costarricense:

La carretera interminable

alt

negro

blanco

negro

blanco

negro

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

amarillo

ama-

rillo

ama-

rillo

ama-

rillo

ama-

derrumbe de material grávido sobre la carretera

amontonándose masaaformaysintiempo

mientras llueve llueve detrás del aire

encortinado lloeve y se forman ríos de agua

ríosdelodo en mitad de las montañas

vuelcadas hacia adentro

rillo

ama-

rillo

ama-

rillo

ama-

rillo

verde

naranja

az ul

negronegronegronegronegronegronegronegronegro…

(dejar de soñar)

despierto.

“Es una obra sólida, bien construida. Es un reto para el lector por atreverse a jugar con los registros culteranos y los coloquiales. Logra un equilibrio bastante acertado. Es extraño encontrar ese equilibrio. Nuestra tradición se mueve en el trascendentalismo y en la línea coloquial como Alfredo Cardona, Alfonso Chase u Osvaldo Sauma. Dos líneas muy claras. Esta obra, sin responder a una u otra, logra ese equilibrio. Es un libro muy rico en intertextualidades”, asegura Solórzano.

LIBRO Y PREMIO

Corrales expresó que la argumentación del jurado no corresponde con lo que él, como lector y poeta, encontró en el libro. De acuerdo con el jurado, el texto “es conceptualmente denso y rompe con la tradición, como si quisiera hacer explotar la poesía desde adentro, mediante la parodia de textos y estilos y la provocación de temas”.

“Es un libro interesante, pero no creo que amerite un premio nacional de poesía”, sostuvo Corrales. Cuestionó, además, que Gustavo Solórzano, que fue editor del libro en la editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED), fuera a la vez el coordinador del jurado que le dio el premio a Ureña. En su opinión, no es conveniente que un miembro del jurado “fuese juez y parte”.

Al respecto, Solórzano sostiene que él no ve problema, porque el premio se otorgó con base en la valoración del texto y en el país se da la situación de que la mayoría de los libros son publicados por las editoriales universitarias y es difícil una situación como la que se le presentó a él, que fue editor y jurado de Minutos después del accidente.

Mientras tanto, Marco Aguilar –poeta que ubicarían los especialistas dentro de la línea tradicional– manifestó que “hay mucha gente escribiendo, pero hay poco talento”.

“Sucede en otros ámbitos: si pongo una pasta dental usada, una llave y una foto, eso ya es una instalación. Algo similar ocurre con la poesía. Cualquier chiste malo se considera poesía”, comentó.

Aguilar dijo que la “parte trágica es que el Estado costarricense premie un libro” como Minutos después del accidente y que los jóvenes crean que esa es la poesía que tiene valor.

ESTÉTICA DE LA FRIVOLIDAD

Macarena Barahona, poeta y profesora de la Universidad de Costa Rica (UCR), al contextualizar lo que sucede con la línea denominada de ruptura en diferentes áreas de arte, considera que prevalece la “estética de la frivolidad”.

“Creo que en la poesía, como en otras manifestaciones del arte en nuestro país, se está priorizando, fortaleciendo, una línea frívola sobre unos cánones estéticos que tienen cero sensibilidad social; son ‘ahistóricos’ y apolíticos. Son creadores fortalecidos por el sistema”, dijo y añadió que hoy da lo mismo el “anuncio de una mercancía que una composición musical”, porque opera la frivolidad por encima de todo.

“Yo hablo de estética, que es forma y fondo, ambas cosas, no solo una línea formal; si solo fuera un juego formal o de palabras, qué es lo que comunicamos al otro, al posible lector”.

Cuando un poema o un libro se queda en ese simple juego formal, opina Barahona, “la realidad se oscurece”, porque “son simples juegos frívolos pequeño burgueses, acariciamientos; no hay verdaderas emociones, y el verdadero artista siempre aspira a transformar la realidad”.

Para Barahona, lo cómodo es quedarse en el juego de las formas, en los juegos intertextuales y en los juegos oscuros.

“El verdadero creador cuestiona la realidad, la mueve, busca darle vida. Cuando nos quedamos acariciando esa formalidad estamos manteniendo ese juego del poder. No digo nada porque estoy muy cómodo en mi posición. Eso es miedo a perder su propia comodidad, su estatus. Ese es el juego del pequeño burgués que no se compromete”, cuestionó.


Anagramas en vez de versos

La doctora en literatura Flora Ovares, integrante del jurado que premió Minutos después del accidente, afirmó a UNIVERSIDAD −mediante consulta vía correo electrónico− que el libro engloba un afán apocalíptico, y que ese fue un valor literario por considerar.

A continuación, las consultas que le realizó este medio.

En el primer considerando del premio, se especifica que Minutos después del accidente “es conceptualmente denso y rompe con la tradición”. En ese sentido, ¿puede precisar uno o varios ejemplos en el libro que cumplan con dicha afirmación?

Sobre todo, los primeros poemas plantean preguntas sobre la persona humana, la duración y el porqué de la vida, la existencia o no de Dios, entre otros temas.

En el tercer considerando, se puntualiza que el libro ofrece textos que “elevan el nivel de la poesía costarricense”. Como integrante del jurado y especialista en literatura, ¿podría sostener que los textos de las páginas (citadas al azar) 34, 35, 40, 41, 45, 46, 47, 58-59, 71-72-73, 95-96, 102-103-104, etc., etc., en efecto cumplen con esa afirmación de textos que “elevan el nivel de la poesía costarricense”?

−El uso de anagramas y recursos vanguardistas (ideogramas, caligramas) en el texto puede interpretarse como parte de un afán apocalíptico, de ruptura. También como afirmación del afán de referir la literatura a sí misma, pues el libro está lleno de referencias intertextuales, así como de juegos con esas formas literarias. Además, se mueve entre las tendencias más culteranas de la poesía actual y las más coloquiales, lo que le confiere cierta amplitud y atipicidad.

En el considerando tercero se afirma, también, que los poemas se mueven “entre el lirismo y el pensamiento”. ¿A qué tipo de lirismo y a qué tipo de pensamiento se refiere el jurado con dicho argumento?

−En general, nos pareció que los poemas se alejan de la poesía sentimental y de ciertas fórmulas literarias consagradas. No obstante, poemas como “Puertas de papel” logran una importante tensión lírica (lírica como énfasis del lenguaje en la función expresiva, en relación con el sujeto emisor, según dicen Jakobson y otros).

El jurado, además, considera que la obra “desafía las convenciones del lenguaje, retuerce los sentidos, exprime los significados y a la vez los cincela de formas inusitadas”. Con base en lo anterior, ¿es suficiente con desafiar las convenciones para hacerse merecedor del Premio Nacional de Poesía?

−Sí, cuando este desafío viene acompañado de un trabajo sobre textos y formas literarias y una importante intertextualidad.


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