Aproximadamente 2.800 obras ordenadas y catalogadas por autor componen el acervo del Archivo Histórico Musical de la Escuela de Artes Musicales de la UCR, que ha sido recogido en un catálogo en el Formato de Documento Portable (PDF por sus siglas en inglés).
Se trata de partituras de obras musicales de muy diversos géneros, la más antigua de las cuales data de 1856. El PDF es un formato ideado para crear documentos que integren texto e imágenes y sean sujetos de publicación.
Zamira Barquero, coordinadora del Archivo, explicó que hasta la década de los años 80 toda la música era escrita a mano, por ello nació la preocupación de cómo conservar de manera adecuada todo ese material.
“Los manuscritos son muy importantes y al darnos cuenta de la cantidad que yacían olvidados en cajas de cartón en diferentes sitios, nos percatamos de la urgencia de darles un espacio adecuado”.
Detalló que mantener el Archivo pasa por un trabajo “de salir a buscar las donaciones de materiales, aunque algunos pocos llegan por iniciativa de la gente”.
Añadió que el proceso de clasificación de las obras tiene su complejidad, “pero lo más difícil es convencer a las personas que aquello que tienen en un cajón debe estar archivado, pues no se trata de papeles viejos. Al dejarlos engavetados son documentos muertos y este catálogo es para difundir lo que tenemos, para que los músicos se apropien del material y que la música esté presente”.
La musicóloga Tania Vicente, coautora del catálogo, destacó el hecho de que “no se conoce otro esfuerzo como éste en el país” y manifestó que la existencia del archivo “es un mérito de Zamira Barquero, con el apoyo de la UCR”.
Vicente añadió que la elaboración de este catálogo fue un trabajo llevado a cabo el año pasado. “Una edición anterior clasificó la información según géneros, pero en esta ocasión se hizo por autor, en vista de la cantidad de obras”, detalló.
“UNA QUIJOTADA”
Barquero, quien recibió el Premio Nacional de Música 2006, recordó que el Archivo nació en 1997 inspirado por una donación de partituras de la compositora costarricense Rocío Sanz, quien radica en México.
Añadió que la iniciativa contó con el aporte del arquitecto Oscar Molina, quien las orientó cómo hacer un espacio adecuado con control de la humedad y de la temperatura para la conservación de los documentos.
Por su parte, Vicente recordó que en el 2002 se elaboró un primer catálogo, pero desde entonces la cantidad de material ha aumentado significativamente y eso produjo la necesidad de levantar uno nuevo y actualizado.
Barquero señaló que en este momento el archivo enfatiza más el material histórico “porque con ello no se entra en problemas de derecho de autor”. Detalló que la mayoría de las obras actuales están inscritas en la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica (ACAM), “ellos tienen el derecho de ejecución y de edición, por lo que cualquier músico que consultara esas obras en el archivo tendría que hacer un pago para poder usarlas”.
Añadió que algunos autores han solicitado que sus obras no sean incluidas en el Archivo. Recordó el cuidado que se debe tener al manipular las partituras, pues “algunas son escritas con grafito, otras presentan deterioro que puede avanzar, por lo cual se envían a un ente restaurador”.
Apuntó que la colección total consta de 20.000 folios, de los cuales 275 han recibido restauración.
Al respecto, Vicente puntualizó que el material es “muy delicado y muy particular”, por lo que “no cualquier persona lo puede catalogar, sólo quien sepa de música puede analizar una partitura para saber qué es lo que tiene en las manos”.
Al mismo tiempo, subrayó que el acervo del Archivo “también es muy útil para la investigación, no sólo es importante por la música en sí, sino también para la historia”.
La musicóloga puntualizó que durante los años 70 en Costa Rica se dio más interés por la música europea, dejando de lado la producción costarricense. “Aún hay personas que piensan que no hay composición costarricense, es un problema de falta de interés por conocerla. Otra idea equivocada es que sólo se había compuesto canción, cuando se hay composiciones para orquestas y música de cámara, por ejemplo”.
“El patrimonio musical es nuestra historia musical. Por muchos años se pensó que no había composición costarricense. Sin embargo, gracias al trabajo de personas como Zamira Barquero, que buscan el material, nos percatamos del acervo”, señaló.
Tanto Barquero como Vicente, ambas profesoras de la Escuela de Artes Musicales, enfatizaron en la necesidad de que se conozca la iniciativa del Archivo, para que más personas que tengan partituras de interés en su poder se acerquen y las donen.
Barquero apuntó que “este proyecto es una quijotada que sólo se puede hacer en la UCR, es un rescate del documento musical costarricense”.
Por su parte la directora de la Escuela de Artes Musicales, María Clara Vargas, manifestó que para esa unidad académica el Archivo es “muy importante, ya que hemos estado en la dirección apoyamos este proyecto cada vez más, porque se descubren nuevas posibilidades”, apuntó.
Detalló que esa Escuela mantiene el programa Patrimonio Musical Costarricense, que inscribe proyectos de investigación acerca del repertorio costarricense, o de edición crítica del material.
Vargas añadió que “tener los manuscritos es tener la fuente en casa y ha sido muy importante para la Escuela, pues con base en el Archivo editamos y grabamos música; en los programas de estudio se ha incluido como obligatorio el repertorio costarricense y los estudiantes pueden tener acceso a este”.
Al respecto, el compositor Eddie Mora señaló que el Archivo es una “pieza fundamental que va a tener efecto en el desarrollo de la música, va a marcar un antes y después”. Señaló que para que se pueda dar un desarrollo profesional de la música en el país “es fundamental que el acervo musical costarricense, tanto contemporáneo como histórico, este bien cuidado y conservado”.
Mora, quien además es decano de la Facultad de Bellas Artes, añadió: “Antes toda esa información estaba mal guardada en casa de familiares de los compositores, quienes no sabían qué hacer con ella o no había conciencia del valor del material. Ahora, por fin tenemos un centro de acopio para ser consultado, tanto por musicólogos como por compositores e intérpretes”.
Acérquese a ofrecer partituras
“Necesitamos darnos a conocer, para que la gente se acerque y nos traiga documentos,” manifestó la coordinadora del Archivo Histórico Musical, Zamira Barquero.
Añadió que el catálogo digital vio la luz gracias al aporte de la empresa Ford.
El Archivo se encuentra ubicado en el aula 210 de la Escuela de Artes Musicales, en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, de la UCR.
Para mayor información sobre cómo contribuir, consultar o adquirir el catálogo digital, se puede llamar al 2511- 6113, o escribir a [email protected].