La biblioteca les permitirá a niños y adultos disfrutar de la riqueza que aportan los libros de diferentes saberes humanos. (Foto: José Eduardo Mora)
El distrito de Cangrejal de Acosta, uno de los más pobres de este cantón, inauguró el sábado 16 de marzo su biblioteca y su centro cultural, gracias al extraordinario esfuerzo de sus pobladores, quienes donaron decenas de horas de trabajo en la restauración de la vieja escuela de la comunidad.
Con un calor de más de 30 grados y al pie de un viejo mango, la alegría se reflejó en las amas de casa, los campesinos y los niños, quienes tendrán un espacio para leer y disfrutar de actividades culturales.
Para tener una somera idea de lo que significó el proyecto y del compromiso que requirió de sus pobladores, basta con observar el aporte de uno de los gestores del proyecto. Eliécer Prado hizo 36 viajes a pie entre Llano Bonito y Cangrejal, con una distancia de 10 kilómetros (km), por lo que al concluir la primera fase de la obra sumó 360 km entre idas y venidas, solo para poder colaborar de forma directa con la restauración.
Cangrejal se ubica a 15 km al suroeste de San Ignacio de Acosta —en la provincia de San José— y se llega por un camino de tierra; la mayoría de los pobladores dependen de la agricultura en sus distintas opciones, entre las que predomina el cultivo del café.
La escasez de trabajo y la falta de oportunidades de desarrollo han hecho que, en un siglo de historia, esta comunidad sea una de las más rezagadas de este cantón josefino.
Pese a lo anterior, el esfuerzo de la comunidad, impulsado por Jackie Jones —voluntaria del cuerpo de paz—, permitió que se unieran al proyecto del centro cultural y la biblioteca, amas de casa, jóvenes y niños.
Hubo un momento en que para seducir a los más jóvenes se inventaron una comparsa, para que sus integrantes luego ayudaran a pegar madera, limpiar techos y apoyar en otras acciones.
En el acto inaugural del pasado 16, hubo bailes, cantos y un compromiso de los gestores, de convertir a la biblioteca y al centro cultural en “un espacio para el pensamiento” de sus pobladores, como destacó Prado.
La actividad contó con la presencia de la diputada Carmen Muñoz, del Partido Acción Ciudadana (PAC), quien realizó un aporte personal al proyecto. “El reto de Cangrejal es aprovechar al máximo este espacio, para el impulso de actividades culturales. Hay que ver cómo se les puede ayudar en ese sentido”, expresó.
DE LAS POLILLAS A LOS LIBROS
En el 2011, cuando el comité pro centro cultural asumió el reto de rescatar la escuela vieja de Cangrejal —para entonces en estado de abandono—, Prado, Jones y los pobladores desconocían el enorme trabajo que les esperaba.
No solo tuvieron que remover pisos, pintar paredes y tapar goteras, sino que además debieron salir a buscar recursos económicos para darle sustento a sus ilusiones.
Entre donaciones particulares y la Fundación Crusa, recaudaron un total de $ 7.760 (¢ 3.8 millones. Este dinero sirvió de base para la primera etapa, porque todavía les falta construir un muro alrededor del centro y afinar detalles como el mejoramiento de canoas.
Todo el esfuerzo, no obstante, les ha permitido lograr la integración de la comunidad alrededor de una iniciativa cultural de gran valía.
“Lo más importante de todo ha sido que descubrimos el gran valor que todavía tiene el trabajo voluntario para un país como Costa Rica”, dijo Jones durante la inauguración del centro.
A raíz de una nota publicada en este Semanario sobre la biblioteca, la Escuela de Bibliotecología de la Universidad de Costa Rica brindó asesoría para la organización de la biblioteca y sus estudiantes recogieron libros, que desde el 16 de marzo están a disposición de los pobladores.
De igual manera, en la fase de divulgación y recolección de libros, Radio Universidad los respaldó, por lo que en el acto inaugural el comité pro centro cultural agradeció públicamente el apoyo recibido de ambos medios.
Filosofía, literatura, historia y “no ficción” son algunas de las categorías con que los pobladores podrán consultar los diferentes libros, que en total suman más de 2000.
Lo que más llama la atención es que pese a las limitaciones económicas y a la lejanía de Cangrejal, este es el único distrito del cantón de Acosta que cuenta con una biblioteca pública.