El Teatro Castella Arnoldo Herrera González es el “aula principal” del Conservatorio de Castella y urge de reparaciones para seguir funcionando. (Foto: archivo)
En el Teatro Castella Arnoldo Herrera González, futuros representantes del arte costarricense construyen sus primeras experiencias sobre un escenario dañado, con un telón de segunda mano que desechó el Teatro Nacional, lidiando con problemas de luces y sonido ante un público sentado en butacas rechinantes y torcidas, y con el segundo piso clausurado.
Es precisamente por las condiciones de abandono en que se encuentra el teatro del Conservatorio de Castella, que un grupo de exalumnos ha decidido, desde distintos rincones del mundo, alzar sus voces para pedir apoyo, con el fin de no permitir que el Teatro Castella se deteriore al punto de no poder utilizarse.
Así nació la campaña “Artistas desaparecidos”, en la que los artistas borran sus nombres de sus obras para llamar la atención sobre el estado en el que se encuentra el inmueble, que consideran de vital importancia para el funcionamiento del Conservatorio mismo, cuna de grandes artistas y talentos nacionales.
De acuerdo con la diseñadora gráfica, profesora universitaria y exalumna del Castella, Andrea Gätjens, la motivación principal del proyecto es mejorar las condiciones para los actuales estudiantes del Conservatorio.
“Existe un sentido de pertenencia con el colegio, que sólo el que estudió ahí puede entender, y por eso nos unimos y respaldamos su labor. Entonces, quienes tuvimos la oportunidad de estudiar y formarnos ahí, sufrimos al ver las condiciones del teatro y lo que pasan los alumnos que tienen que enfrentarse a eso”, comentó.
Por su parte, José Pablo Huertas, músico y creativo publicitario que coordina la comunicación de la campaña, dijo que la iniciativa tiene un segundo motor: reposicionar el conservatorio y sobre todo el Teatro, en el mapa. “La gente no sabe dónde queda el teatro. Todo el mundo cree que es una bodega de la Subaru o la Audi; es el tercer teatro más importante del país y queremos volverlo a poner en el mapa”.
Gätjens explicó que esta es la primera fase de un proyecto que pretende fortalecer la labor del Conservatorio y mejorar su proyección. En esta etapa inicial se pretende solucionar lo más urgente: rescatar la caja teatral y darle las condiciones óptimas de operación en la parte técnica.
Los artistas se han fijado como primera meta reunir fondos suficientes para reparar el piso de escenario, la parrilla, las luces, el ciclorama, la cámara negra, reemplazar el telón de segunda mano y, con más de 20 años con el que operan, rehabilitar la segunda planta −que es inhabitable por causa de los efectos de plagas de diferentes insectos−, mejorar el equipo de amplificación de sonido y cambiar las butacas en mal estado.
El costo estimado de todos estos trabajos ronda los ¢140 millones. Por eso los exalumnos han ideados la campaña, para motivar a empresas y ciudadanos costarricenses a apoyar el arte costarricense, rescatando el teatro del Conservatorio.
UN TEATRO PARA APRENDER A VOLAR
José Pablo Huertas aseguró que el ritmo de deterioro del teatro podría llevar a que quede fuera de uso en poco tiempo si no se toman acciones pronto, razón por la que la campaña es de vital importancia.
El artista afirmó que pretenden llamar la atención de la sociedad costarricense sobre la importancia del colegio y del teatro para el arte costarricense. “El Conservatorio de Castella no sólo es el único conservatorio de arte en el país, sino que es el único en Latinoamérica que cuenta con su propio teatro”.
Para él, el Teatro Castella Arnoldo Herrera González no solamente es el “aula principal” de la institución, sino que es el espacio donde los estudiantes “aprenden a volar como artistas”.
De acuerdo con Huertas, ese edificio es el lugar donde −desde niños− los estudiantes desarrollan sus primeras armas artísticas, al enfrentarse con un escenario real, con un “espacio que cuenta con la energía requerida para el arte”.
Además, destacó que el edificio tiene una importancia particular, pues es un teatro de modelo italiano, con más de 60 años de historia y cuenta con una acústica envidiable. “Hay muchos teatros y anfiteatros multiusos en el país, pero ninguno como el Teatro Castella: tiene 60 años de historia y una construcción muy difícil de imitar”.
Andrea Gätjens expresó que este teatro es vital para el arte costarricense, pues es el “aula magna del conservatorio y el conservatorio es el más grande semillero de artistas costarricenses, de modo que si desparece se pierde un gran legado”.
Mientras tanto, el escultor Ulises Jiménez, quien también es parte del movimiento, externó que lo más importante es garantizar que las futuras generaciones de estudiantes del colegio cuenten con las mismas oportunidades y que para eso, el espacio que brinda el teatro es imprescindible.
Estos artistas, junto a otros como Walter Flores, Checko D’Avila, Fabricio Arrieta, Jaime Gamboa, el grupo Los Ajenos, José Luis Recart, y muchos más, integran la campaña para restaurar el inmueble en el que dieron sus primeros pasos en el arte.
Las donaciones pueden hacerse por medio de las cuentas del BCR: 001-0316544-2 (Corriente Colones, SINPE 15201001031654421 ), 001-0316545-0 (Corriente Dólares, SINPE 15201001031654502). Todas las donaciones para la campaña son deducibles de los impuestos sobre la renta, por disposición del Ministerio de Hacienda de Costa Rica.