Costarricense gana premio Casa de las Américas en musicología

La turrialbeña Susan Campos Fonseca, graduada de la Universidad de Costa Rica (UCR),  ganó el XIII premio de musicología de Casa de las Américas

La turrialbeña Susan Campos Fonseca, graduada de la Universidad de Costa Rica (UCR),  ganó el XIII premio de musicología de Casa de las Américas por su investigación “Herencias cervantinas en la música vocal iberoamericana (1947-2010)”, según un fallo difundido desde La Habana el pasado 23 de marzo.

Desde Madrid, España, donde actualmente reside, Campos expresó a UNIVERSIDAD su satisfacción por el premio y reconoció que implica una alta responsabilidad estar a la altura de tan importante designación.

El jurado que le otorgó el galardón, entre 14 obras participantes, de cinco diferentes países, estuvo conformado por Iliana García García (Cuba), Alejandro L. Madrid (México-Estados Unidos), Marita Fornaro (Uruguay), Bernardo Illari (Argentina) y Katrin Lengwinat (Venezuela). La decisión del grupo fue unánime.

“Recibir este premio es un grandísimo honor y una gran responsabilidad. Desde que inicié mi carrera profesional tengo un compromiso artístico e intelectual con la creación iberoamericana, pero ahora también debo tener muy presente lo que significa este magno premio”, afirmó.

Campos tiene un doctorado en historia y ciencias de la música, una maestría en pensamiento español e iberoamericano de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y una licenciatura en dirección musical de la UCR. En el 2009 recibió el premio de la Fundación Corda de Nueva York.

Ella añadió que “para mí es muy significativo que en Costa Rica la primera nota publicada en relación con el premio sea en el Semanario UNIVERSIDAD; la UCR es mi alma máter, allí me formé desde muy temprana edad, primero en la Etapa Básica de Música de la Sede del Atlántico, en Turrialba, y luego en la Escuela de Artes Musicales de la Sede central en San Pedro. ¡Qué recuerdos!”.

A Campos el premio Casa de las Américas la sorprendió, aunque desde muy joven ya había encontrado una senda que la diferenciaba y le permitía destacar; por eso rememoró que la prensa nacional se ocupó de ella cuando se graduó en dirección musical.

Y ello sucedió porque en 2003 se convirtió en la primera licenciada en dirección de bandas de Costa Rica, luego de que un profesor de la UCR le advirtiera de que a una mujer los músicos no le harían caso, y que lo mejor era que desistiera de su magna aspiración de entonces. “Cuando me dijeron que yo no podría dirigir me hirvió la sangre. Creo que, al contrario, el ser mujer me hizo ser más fuerte y tremendamente perseverante, para demostrar que sí lo lograría”.

Por la trascendencia que en el ámbito iberoamericano tiene la Casa de las Américas, presidida en la actualidad por el poeta Roberto Fernández Retamar, Campos consideró que el premio es un verdadero reto, porque en el pasado lo recibieron destacadas figuras del área musical. “Hay grandes figuras vinculadas con él (el premio) y quienes lo han recibido; es algo muy serio”.

A Campos le correspondió ser la primera costarricense en ser destacada con este galardón, lo que representa un doble honor. “A esto se suma el hecho de que es la primera vez que un costarricense recibe este máximo galardón, lo que añade todavía más responsabilidad. En resumen, tengo que seguir trabajando para estar a la altura”, dijo.

UNA SÓLIDA INVESTIGACIÓN

 

Para el jurado, la obra de Campos se impuso porque reunió una serie de atributos muy importantes en relación con la investigación propuesta.

“Este trabajo propone una mirada original sobre un repertorio poco abordado, incluyendo música “clásica” o “académica” y popular o mediatizada.  Emplea de manera efectiva el recurso metodológico de acudir a la literatura para establecer un universo de tópicos que sirven de base para el análisis de composiciones y prácticas musicales. Demuestra dominio de las fuentes, un sólido marco teórico y una aplicación consecuente y rigurosa al universo estudiado”.

Además de Campos, otros de los trabajos que merecieron un reconocimiento fueron los de Joaquín Borges Triana y Liliana Casanella Cué, de Cuba, Marcela Pinilla, de Colombia, y el venezolano Hugo Quintana.

Desde el 2002 ya ha pasado una década, y Campos cree que el tiempo le ha dado la razón, lo que se reafirma con el premio de Casa de las Américas.

“En retrospectiva, considero que los hechos hablan por sí mismos, y eso supera cualquier otro comentario. Cuando tenía 15 años el gran compositor costarricense Marvin Camacho, entrañable amigo y mi primer maestro, me citó a Ricardo Güiraldes: «para caminar por la vida, sé sostenerme sobre las piernas de mi voluntad y mi coraje.» Y Guido Sáenz me dijo tenés que ‘estudiar, estudiar, estudiar’. En consecuencia ¿qué más puedo decir?, sigo trabajando”, dijo.

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