Cultura repudia la guerra

La intelectualidad costarricense, encabezada por el Ministro de Cultura, Guido Sáenz, expresó su respaldo a la paz y su pleno rechazo a la guerra.

La intelectualidad costarricense, encabezada por el Ministro de Cultura, Guido Sáenz, expresó su respaldo a la paz y su pleno rechazo a la guerra.

Con el tono firme que lo caracteriza, el Ministro de Cultura, Guido Sáenz, expresó su compromiso con la paz y su absoluto repudio a la guerra desatada por Estados Unidos contra el pueblo de Irak, posición que simboliza el sentir de la intelectualidad costarricense.

Movido por su conciencia de artista, Sáenz reconoció que convocó, para el pasado martes 25 de marzo, a una concentración en el Centro Nacional de la Cultura (CENAC), con el fin de efectuar una manifestación en pro de la paz, pero que debió suspenderla al tergiversarse el mensaje que se le envió a los invitados.

El mensaje que circuló por Internet y vía telefónica instaba  a una manifestación en favor de la paz y contra el Presidente de la República, Abel Pacheco, lo que obligó a Sáenz a cancelar la convocatoria.

«Yo estoy con la paz y así lo expresé en dos actos públicos que se realizaron en el Teatro Nacional el domingo anterior. Ahí, con un lazo blanco en mi saco, le pedí a los asistentes que se pusieran de pie e hiciéramos una reflexión en torno a la paz», afirmó.

 

El jerarca, sin embargo, sostuvo que él, como Ministro de Cultura,  no podía llamar a una manifestación contra Pacheco, porque eso significaba obligar al mandatario a despedirlo.

El presidente Pacheco reiteró en los últimos días su total apoyo al gobierno de George W. Bush y aseguró que si él estuviera en su lugar tendría que proceder a atacar a Irak. Costa Rica, incluso, figura entre la lista de los países que respaldan la invasión de Estados Unidos en perjuicio del pueblo iraquí.

«Me preocupa mucho la situación mundial porque no se sabe cuáles son las consecuencias que traerá la guerra, pero se tiene que entender que yo no puedo desautorizar al presidente, eso es absurdo e ilógico», aseveró Sáenz.

Destacó que el objetivo de la iniciativa era el que intelectuales y artistas, entre los que figuraban varios premios Magón, externaran su sentir respecto a la guerra, más que la situación rebasó los límites previstos.

«Alexandra De Simone, directora de Cultura, fue la persona encargada de hacer la convocatoria y ella me ha asegurado, y tengo que creerle, que en ningún momento pidió una manifestación contra el presidente».

UNIVERSIDAD trató de conversar con De Simone, se la llamó en diversas oportunidades, pero fue imposible hablar con la directora general de cultura.

«Tengo una actitud firme en pro de la paz y me preocupa lo que sucede, pero por mi posición no puedo salirme de la red del gobierno y no porque tema perder mi puesto, sino porque le debo una lealtad al presidente, que tuvo la confianza de darme la responsabilidad de apoyar el desarrollo cultural de mi país», puntualizó Sáenz.

«DESPRECIABLE ACTITUD»

Arnoldo Mora, exministro de Cultura, manifestó que el apoyo de Pacheco a la causa belicista de Washington representaba una «despreciable actitud» y que evidenciaba el «servilismo» del gobierno a los intereses norteamericanos.

«Causa indignación y vergüenza las expresiones del presidente, sobre todo porque las hizo en nombre del pueblo costarricense, un pueblo que históricamente se ha inclinado a favor de la paz», dijo.

Mora, quien fue ministro en el período 94-98, resaltó que la imagen del país en el ámbito internacional quedó seriamente dañada a partir de las afirmaciones de Pacheco, en las que aceptaba que si estuviera en los zapatos de «Mr. Bush», él haría lo mismo.

«Con qué autoridad Costa Rica va invocar los preceptos de la democracia y de la paz en futuras situaciones internacionales si ahora es partidaria de la guerra. Un país pequeño como el nuestro causará, en adelante, risa cuando asuma posiciones que, no existen dudas de que «Pacheco hizo el ridículo» con permitir que Costa Rica aparezca ante las naciones del orbe como una de aquellas que irrespeta el orden internacional establecido por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

«Está claro que a Estados Unidos lo que le interesa es apropiarse de las fuentes de producción para tener un pleno control sobre el planeta, para convertir al planeta en una pequeña aldea suya y estos son los planes que apoya el presidente».

El exministro recordó la ruptura que la invasión contra Irak significó en Europa, donde Inglaterra y España se separaron de las posiciones adoptadas por los gobiernos de Francia y Alemania, entre otros, partidarios de que se agotaran todas las vías diplomáticas antes de que se lanzara una ofensiva contra el régimen de Sadam Husein.

«Lo que está sucediendo en la actualidad nunca ha ocurrido en la geopolítica mundial, porque la lucha no es por ideologías, sino por bloques de mercado. Estados Unidos pretende controlar las fuentes de producción y ello incluye el subsuelo, el suelo y la estratosfera».

DECLARACIONES OBSCENAS

Luis Ferrero, escritor con más de 100 libros publicados, explicó que su compromiso es con la paz y criticó la actitud asumida por Pacheco.

«Al presidente se le olvida que los costarricenses no deseamos la guerra y sus palabras nos comprometen a todos».

Alexander Jiménez, Decano de la Facultad de Letras de la UCR, calificó la guerra como «ilegítima, como todas las guerras, evitable y cuyas consecuencias son impredecibles».

Para Jiménez, las afirmaciones  del Presidente Pacheco son «desafortunadas y chocantes y demuestran un desconocimiento de la voluntad mayoritaria de los costarricenses, que han expresado su indignación»

El autor de «El imposible país de los filósofos» señaló que ese desconocimiento de la voluntad del pueblo  acerca al mandatario a figuras políticas «chocantes», como Aznar y Berlusconi, quienes ignoran de la misma forma el clamor antibelicista de sus pueblos.

Jiménez, quien este año compartió el Premio Aquileo Echeverría de Ensayo por el mencionado libro, añadió que «quizá lo más indignante fue esa clasificación jerárquica del valor de la vida y de la muerte de los niños: cruzó un límite que tendríamos que lamentar y recordar cada vez que podamos.

«Cuando un presidente afirma que prefiere la muerte de ciertos niños antes que la de otros, ignora algo esencial: que la nacionalidad de los niños es irrelevante, que la vida de cada niño es un mundo de afectos y esperanzas, que es obsceno e inaceptable irrespetar de esa manera a los inocentes. Cuando leí sus declaraciones me avergoncé de ser costarricense y de tener un presidente como él».

En un contexto en el que recogen el sentir de una abrumadora mayoría de la población, los intelectuales de Costa Rica adversan la guerra y cuestionan con dureza el proceder de Pacheco, quien alzó su voz para legitimar la invasión de Estados Unidos a Irak.

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