La chilena Mónica Ríos presentó su novela Alias el Rocío, publicada por la editorial independiente Lanzallamas. (Foto: Guillermo Barquero)
Mónica Ríos escuece con las imágenes de su novela Alias el Rocío y confronta con Sangría Editora la corriente dominante de la literatura y la política en Chile… Y lo hace con alevosía.
En entrevista con el Semanario UNIVERSIDAD, Ríos conversó sobre la microeditorial que junto a Carlos Labbé, escritor y crítico literario, fundó en Santiago de Chile en el 2008 y que tiene una sede en Nueva York, Estados Unidos (EE.UU.), a partir de este año.Aunque sus coordenadas pioneras se ubican en la capital chilena, Ríos asegura que uno de los objetivos es publicar autores de provincia, apartados del estereotipo del hombre o mujer heterosexual, clase media y, además, blanco.
Según la descripción que comparte en su página en Internet, es una editorial de ficciones contemporáneas, ensayos punzantes, una reserva de narrativa chilena que realiza intervenciones editoriales. Se define como “un sitio donde guiones audiovisuales, dramaturgia, performances artísticas y otros textos en acción pasan al papel”.
Detalló que Sangría es un espacio que promueve el rescate de la narrativa, basada en la confrontación de “esta idea de que Chile es un país de poetas”.
“Mucho ha pasado por el río”, dice la autora, para quien es hora de pensar el libro, la literatura y la política, a partir de otros frentes que no sean el realismo despolitizado, que caracteriza la escritura hegemónica en Chile. Sangría se opone a esta visión y, con el fin de explicar otras realidades, propone habitar espacios mediante la política literaria.
La escritora destacó que la editorial desea quitar de la cabeza la noción del autor único, pues la cotidianidad se puede recrear de maneras diversas. “En Chile hay un endiosamiento del consenso y, por ende, existe el terror a la diferencia, al disenso, que es la forma en cómo una sociedad se enriquece”. Por eso las nuevas generaciones buscan otras formas de decir cosas distintas.
SANGRÍA MULTIPLICADA
Sangría Editora ha publicado 40 títulos en 7 colecciones. La más reciente es Legibilities, asentada en Brooklyn, Nueva York, EE.UU.
La propuesta la cargó Ríos al norte, ya que viajó para continuar sus estudios en una universidad estatal, un lugar que percibe más politizado. “Tengo interés en la filosofía caribeña, en entrar en contacto con intelectuales del Caribe y Centroamérica, con las personas afrodescendientes, leerlos y escucharlos de primer mano, buscar otras influencias”, comentó.
La colección Legibilities publica textos narrativos que provienen de comunidades y sensibilidades marginadas en EE.UU. A la fecha, ha editado 4 libros bilingües, con páginas traducidas contrapuestas. “No es una literatura que hable desde el Nueva York de los deseos, más bien desnuda una ciudad más precarizada y violenta”, puntualizó. Los autores convocados tocan temas como el trabajo de los migrantes y la transexualidad.
“La intención de la colección es crear un puente entre ámbitos que no conversan, a pesar de habitar la misma ciudad”, aclaró Ríos, quien reconoció que la competencia es dura y que es diferente a la que sucede en Latinoamérica. “En EE.UU. los circuitos son más amplios; si se te cierra un espacio, se abre otro y estos no chocan”, ejemplificó.
Otra de las colecciones que menciona Ríos es Intervenciones, libros en prosa expositiva o narrativa, vinculados con eventos donde les parece necesario un acto de injerencia editorial. En esta colección, mencionó textos gratuitos fotocopiados, los cuales entregan en ciertos espacios donde procuran intervenir, como las voces que se pronunciaron en contra de la ayuda que Estados Unidos otorga a Israel, en la guerra contra Palestina.
Fotogramas de una novela
El escritor Juan Murillo, de la editorial independiente Lanzallamas, expresó su criterio sobre la novela Alias el Rocío, de la chilena Mónica Ríos.
“La publicamos porque es una hibridación genial de lo audiovisual y literario, una ecfrasis (representación verbal de una representación visual) de un reportaje, la reconstrucción a través del lenguaje de lo visto u oído. Esta paradoja hace referencia a la dificultad de la creación de un archivo de lo vivido y, por ende, de la memoria. La reconstrucción de cuerpos en la novela es un trasunto de la reconstrucción del corpus, u obra, que es a su vez producto de la memoria y depósito de la verdad. La novela pone en duda la posibilidad de acceder a la verdad a través de este tipo de reconstrucciones”, externó.
A su parecer, “las aspiraciones estéticas y teóricas de Alias el Rocío son inusuales en nuestro medio literario y vale la pena ponerla a circular. En un país, como otros, notorio por su corta memoria, por la tergiversación de la realidad a manos de los medios, por la confusión de la perspectiva y la narración por la verdad o la memoria, esta novela nos viene como anillo al dedo”.
Por su parte, el escritor Guillermo Barquero, también socio y editor de Lanzallamas, manifestó:
“Mónica te habla sobre su intención de crear a partir de la opacidad del lenguaje, ciertamente indirecto. Ella, en vez de hacer alusión directa a los hechos, opta por el equívoco, que en poesía se puede hacer, pero en narrativa generalmente prevalece la necesidad de hacer entender el trasfondo de la novela. Me interesó el uso del montaje cinematográfico o audiovisual para montar el texto, en secuencias, escenas, que se usan en un guión. Para Mónica es importante contar la novela a través de imágenes vívidas. Alias el Rocío es distinto de lo que hemos publicado porque es una novela armada como una conjunción de forma y fondo, que corresponde a la producción del documental en que se centra la novela”.
La novela Alias el Rocío está a la venta en Librería Duluoz, Librería Andante y Librería de la UCR. Más información: [email protected]
Extractos de la novela Alias el Rocío, de Mónica Ríos
“Un corte nos llevaría a los cerros, donde han sido ubicados un sinnúmero de estatuas de animales cosidas entre ellas y todas observando con ojos huecos el agujero en que se encuentra la ciudad. Podríamos continuar la secuencia con la imagen de la mujer pequeña escupiendo un pucho de los labios, subiendo el cerro y explicando que aquellos animales aparecieron con la extinción final del enemigo”.
“No hay disco lunar en esta noche valpúrgica, a pesar de que el cielo se transforme en un seco desierto y se escuche dentro de los cuerpos que en cada uno de estos pasos se siente lo quebradizo del hielo sobre el rulo. El invierno se huele entre el eucalipto, el algarrobo y la acacia. Más allá de la pequeña loma de la cordillera, los huesos usados en la carnicería y la sopa y la luz de la ciudad que ilumina todo debajo de las nubes, suficiente para quien suba –esta cámara que sube− y para imprimir la ascensión”.
