Puentes, torres y muros constituyen el lenguaje metafórico con el que el artista Manuel Zumbado aborda la tarea de ser de su cronista de su tiempo, con la esperanza de que, por medio de pinturas e instalaciones, su obra sirva en el futuro como testimonio de las realidades actuales.
El más reciente capítulo de esa crónica lleva el título de “Reflexiones sobre estructuras”, una exposición que ocupa los pasillos de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica (UCR) y que abarca los últimos tres años de su trabajo artístico, aunque —según explicó— ha abordado el tema de las estructuras desde mediados de los años 90.
Zumbado afirmó que “el arte puede ser un instrumento de pensamiento y yo me he apropiado de metáforas fuertes, en la forma de esos símbolos del puente, la torre o el muro, pues dan pie para hablar de muchas cosas. He abordado el arte a partir de mis preocupaciones por el país”.
Por ejemplo, detalló que recurre a la figura particular del puente como una estructura rota; “desde una lectura política, el puente es un proyecto del paso entre el subdesarrollo y el desarrollo, pero la corrupción de alguien rompe ese puente”.
Así, el artista añadió que no aborda directamente el tema de la identidad cultural, ya que este emerge a partir de esas inquietudes.
La muestra fue inaugurada el pasado 12 de marzo y estará abierta al público hasta el 12 de abril.
ARTE PARA CUESTIONAR
Zumbado cuenta con estudios en arquitectura y una licenciatura en Artes Plásticas de la UCR. La última exposición individual que organizó fue “Babel”, en el 2007. A lo largo de su carrera ha expuesto en países como Cuba, Estados Unidos y Alemania. Además, participó en muestras colectivas en Chile, Venezuela y Panamá.
Tras enfatizar que el trabajo de los últimos tres años —reunido en esta muestra—, reitera su visión de utilizar las estructuras como metáforas narrativas, el artista ahondó sobre el caso de la torre como símbolo de poder.
“Su monumentalidad es destacada desde un ángulo visual. Es una estructura prepotente y aplastante, que relaciono con nuestro temor por la venta del país y de los monopolios estatales”, puntualizó.
En ese sentido, añadió que desarrolló esa propuesta específica tras la llegada al país de la corporación Wallmart, “un ente prepotente que llega para imponerse”.
Zumbado especificó, además, que uno de sus intereses es echar mano a las posibilidades expresivas de nuestro tiempo. En el caso de las torres, fueron diseñadas con el programa de cómputo para arquitectura Vektorworks, el cual complementó con elementos en acrílico.
“Me gusta la filigrana de las líneas, así como la pintura con trazos muy fuertes”, dijo, para pasar a mencionar otro elemento metafórico importante en su obra: el muro.
Se trata de cuadros de gran formato en los que Zumbado aborda este elemento estético, como la pieza “Muro No. 1”, una representación de la ciudad alemana de Berlín como un gran corral. “Aborda la caída del muro de Berlín, para manifestar que aún faltan muchos muros por caer, como el que hay entre Israel y Palestina, o bien entre Estados Unidos y América Latina”, acotó.
También, hizo ver que en el contexto de la sociedad costarricense actual, la imagen del muro puede ser una referencia a la discusión política alrededor de los derechos de las minorías sexuales.
Sobre la estética de esos muros, manifestó que el gran formato en que los pintó “aporta más poder al discurso”, mientras que en torno al color expresó que se interesa en el siena tostado, por ser “cercano a la tierra y al óxido, la tierra relata cosas”.
“Mis obras dan cuenta de preocupaciones como que el muro hay que romperlo, de manera que el cuadro parece abstracto, pero no lo es; se trata de una cerca que se rompe y, por ello, me atrae el trazo fuerte. Busco encontrar el poder a través del planteamiento estético del trazo y el color”, resumió.
Además de los cuadros, la exposición comprende tres instalaciones, en las que Zumbado integra los elementos del video y las piezas móviles, pues en el contexto de la Escuela de Artes Plásticas “se busca abrir nuevas posibilidades de expresión y esta exposición es multimedial”.
En su opinión, la instalación es una forma expresiva “que ofrece la posibilidad de jugar e interactuar con el espacio, lo cual hace la experiencia del espectador más intensa”.
Dicha interacción con el espacio se logra a través del video en una instalación que integra televisión, cámara y pintura en la pared, de manera que se crea un juego visual —al mirar la pantalla—, el cual “puntualiza un momento político en el que en la televisión se ve la imagen de una manera, pero la realidad es muy diferente”.
El móvil titulado “Zoetrope” es una versión de la máquina del siglo XIX, diseñada para visualizar imágenes sucesivas, de manera que su secuencia crea la sensación de movimiento. En este caso muestra una torre que gira sobre sí misma.
“Busco poética en la visualización y el ‘Zoetrope’ da vida a las estructuras que he concebido y aporta una nostalgia poética a la imagen”, expuso.
Igualmente, destacó que sobre el cuadro “Casa, Estructura y Yo” se proyectan imágenes del fotógrafo del siglo XIX Eadweard Muybridge, “imágenes con encanto propio”, según dijo.
Zumbado enfatizó que ha estructurado su proyecto artístico alrededor del concepto de la estructura, por la importancia de reconocer que “todos los seres humanos pertenecemos a estructuras, sean morales, políticas, religiosas o sociales”.
Reconoció que sus experimentos “no son tan nuevos”; sin embargo, ha buscado adaptarlos a sus preocupaciones y al tiempo que le ha tocado vivir.
A su parecer, “el arte tiene la posibilidad de cuestionar; mi obra es un ramillete de preocupaciones. Espero que en el futuro, desde una perspectiva histórica, se diga que soy un buen testigo de mi tiempo”.
