Hace más de cuatro décadas que Fernando Carballo se enfrenta al lienzo, al cartón y otros materiales para desbordar en ellos retazos de su vida, marcada por dramáticos periodos que dieron paso a la serenidad del reencuentro consigo mismo. Cada una de sus obras es una prueba de cómo el ser humano crece, evoluciona y resuelve sus conflictos.
Nuevamente, el artista cartaginés regresa con una colección de 25 textos plásticos, a los cuales denominó “Los de mi entorno”. Estos, desde el 11 de agosto, se exhiben en la Fundación Omar Dengo (FOD).
“Esta serie de trabajos están hechos con tintas del proceso offset, para imprimir a todo color y que se resumen a tres colores: magenta, cian y amarillo; se puede agregar el negro para lograr más contraste”, dijo el artista.
Dicha técnica es conocida por Carballo. Desde su trabajo como ilustrador, impresor, y maestro de la litografía y serigrafía, se abrió camino con obras donde irrumpió el color.
“Conozco este procedimiento desde que inicié mi aprendizaje en las artes gráficas comerciales, al final de los años cincuenta, en la litografía e imprenta Casa Gráfica. Desde entonces, incursioné en la aplicación de estos materiales con sus virtudes a mi trabajo en las artes plásticas.
Dibujando con tinta negra aplicada con espátula, tejiendo una trama que modele mi dibujo; luego, en algunos casos, como si fuera acuarela, darle tonalidades con una solución de diluyente más o menos cargado, con una o varias tintas. Otros se quedan en blanco y negro, porque así me gustaron”, explicó Carballo.
Para Leda Muñoz, directora ejecutiva de la FOD, “esta colección refleja a personas que llegaron a la vida del artista, que vivieron en su cotidianidad y que él logró representar con su originalidad y talento, mediante la técnica de tintas offset”.
“Los de mi entorno” se podrá ver hasta el 12 de setiembre, de 9 a.m. a 4 p.m. en la sede de la Fundación Omar Dengo, ubicada en San José, de la llamada casa de Matute Gómez, 300 metros al este y 50 al sur.
DE LO PROPIO Y LO ANECDÓTICO
Como su nombre lo indica, esta muestra es una aproximación al entorno inmediato del artista; huele a recuerdo y a anécdota. “Los temas son los de siempre, los de mi entorno inmediato, los de toda mi vida; esto para no diluir la pasión y abarcar la intensidad de la vivencia y su calor”, comentó Fernando Carballo.
Además, con este trabajo, el pintor busca reflejar la identidad del costarricense, y para ello incluyó en el montaje museográfico un poema de Alfonso Chase, titulado “Los milagros posibles”. Este apela a la riqueza del territorio costarricense y su gente.
«Nada teníamos, pero todo estaba extendido en la grandeza / del sonido de las chicharras, / en la admirable pequeñez de un monte, / coronado de ternura y sol, / la mañana en que íbamos hacia la escuela…», escribió Chase, y será reproducido en gran tamaño en la exhibición de Carballo.
Para Leda Muñoz, esta exposición es una gran ocasión para los amantes del arte. “Es imposible que una obra de Fernando Carballo pase desapercibida; la sensibilidad y la lírica presentes en sus trabajos nos muestran personas de su infancia, de su vida, de su interior o de su entorno. Él es un ser apasionado, vívido, entregado al arte y a las personas”.
Desde sus primeras presentaciones públicas, Carballo ha cosechado elogios y críticas. De su talento, el renombrado pintor colombiano Fernando Botero dijo que “Carballo llena espacios con su luz, como pocos he visto”.
En su trayectoria, suma premios y reconocimientos internacionales. Fue seleccionado, en 1997, para la exposición itinerante “Iberoamérica pinta”, que presentó a los más importantes pintores de América. Esta exposición, posteriormente, recorrió todo el continente y concluyó en la Casa de América, en España.
Carballo ha tenido una larga carrera como dibujante publicitario y profesor de bellas artes; actualmente, sigue afincado en Cartago, donde se dedica a su labor pictórica.
