Es actriz de teatro y cine, locutora de radio y tiene una personalidad despierta, Natalia Arias conversó con el Semanario UNIVERSIDAD sobre su rol protagónico en la película de Esteban Ramírez.
Desde Gestación hasta Presos han pasado varios años. ¿Cómo has evolucionado en este tiempo como actriz?
−Gestación fue mi primer acercamiento a las cámaras, pero en estos años mi trabajo actoral ha crecido trabajando en radio, en obras de teatro y cortometrajes. Todo esto me da un espacio para entrenarme. He madurado a nivel personal y mis experiencias personales me han ayudado a asumir retos más grandes y nuevos.
Es importante recalcar que mis bases vienen de teatro. Ahí he vivido procesos que me han ayudado a resolver muchos trabajos en el cine. Cuando estudié no había escuelas de actuación para cine. Sin embargo, todas estas experiencias frente a cámara me han llevado a valorar el entrenamiento fuera de una escuela.
Si bien venís del teatro, te ha ido muy bien en cine. Para vos, ¿cuáles son las diferencias de actuar en escenario a actuar en cámara?
−La mayor diferencia en el cine es que se tiene la oportunidad de repetir y repetir en el momento, sin tener que esperar al siguiente día para dar función y hacerlo de nuevo. Esa es la mejor ventaja, hacer la escena muchas veces y elegir la que más le gusta. A veces es un entrenamiento a la paciencia y al trabajo en equipo, porque es difícil repetir tanto una misma escena.
También se trabaja mucho la concentración, porque vos estás actuando y tenés una cámara al frente, a la maquillista, la luz, la gente. En el teatro me voy en mi propio viaje actoral y puedo irme sola. En el cine hay un equipo de trabajo en donde una nunca se siente sola.
¿Qué pensás de las prisiones ahora que has participado en un proyecto como este?
−No trabajé tanto en la cárcel como Leynar. Todo el material de apoyo vino para mí conociendo de las familias que van a visitar a los presos, viendo las reacciones y hablando con ellas. A mí como mujer me impactó mucho cómo las mujeres están implicadas en esto, ver cómo ellas también estaban presas de la dinámica. Me cambió mucho la manera de ver la vida. Nunca había tenido la oportunidad de visitar una cárcel y ahora sé que hay mucho prejuicio y es muy fácil señalar. Si uno no está en esos zapatos no sabe. Me enseñó a ser sensible ante estos temas y que hay que pensar antes que criticar.
0 comments