Una selección de las obras pertenecientes a la colección de la fallecida promotora del arte Virginia Pérez-Ratton y una exhibición de doce cortos documentales sobre artistas centroamericanas estarán disponibles al público en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) a partir de este 26 de abril.
Esas exposiciones se titulan respectivamente “Esa Vara: Modernidad y Emplazamiento” y “Colores del Centro”, y forman parte del seminario regional sobre arte contemporáneo Temas Centrales 2 (TC2), que organizan la Fundación TEOR/éTica y el mencionado museo, situado en el Centro Nacional de la Cultura (CENAC).
Se trata de un evento que reúne a artistas, curadores y críticos, quienes entre el 25 y el 27 de abril asistirán a las ponencias de 32 expositores de diversos países.
Esteban Calvo, encargado de la colección de TEOR/éTica, explicó que TC2 se da en un contexto muy diferente a la primera edición realizada en el 2000, pues además de la ausencia de Pérez-Ratton —fallecida en octubre del 2010—, “el concepto de contemporaneidad es otro”.
“Hemos realizado otros encuentros, pero ninguno de esta magnitud. La presencia de invitados iberoamericanos elevó la envergadura del proyecto, que durante estos tres días mostrará la esencia de lo que buscamos: que San José sea el epicentro de las artes contemporáneas y de nuevas visiones de curaduría en la región”, detalló.
ASÍ ES LA VARA
Tamara Díaz, curadora de “Esa Vara: Modernidad y Emplazamiento”, manifestó que la idea de recurrir al término “esa vara” es “forzar una expresión coloquial, para hacerla decir también otra cosa: la vara como unidad de medida, que desde su origen mismo oscilaba según el contexto”. En ese sentido, explicó que por ejemplo, la vara aragonesa o la castellana presentaban medidas distintas, a lo cual añadió el uso aun más variable en Centroamérica.
“El cuestionamiento de la forzosa estandarización de los sistemas de medición o la supuesta universalidad de ciertos valores o ideales se propone como interpelación a una idea de modernidad capitalista colonial”, agregó.
Esta exposición presenta el trabajo de 38 artistas del Caribe, Centroamérica, Suramérica, Estados Unidos y Europa, entre ellos el cubano Flavio Garciandía de Oraá, la uruguaya Ana Tiscornia, el costarricense Federico Herrero, el nicaragüense Ernesto Salmerón y la propia Virginia Pérez-Rattón.
Díaz detalló que al abordar la curaduría se planteó estructurar la exposición de manera narrativa, para lo cual invitó a casi veinte investigadores, historiadores, arquitectos, psicoanalistas y escritores, a colaborar con pequeños textos que funcionen como interpelación de la colección y la muestra.
“De algún modo, la invitación intenta acercarles a la idea de la curaduría como una lectura parcial, articulación de narrativas, microhistorias y ficciones políticas”, acotó.
La curadora enfatizó la noción del concepto de “emplazamiento”, en el sentido de que implica a la vez situar en un lugar y pedir cuentas. “En primera instancia, se trata de emplazar la modernidad y la modernización en nuestro contexto, pero ‘Esa Vara…’ intenta también colaborar en conformar un contexto de lecturas e interrogaciones o un lugar para la colección Virginia Pérez-Ratton”.
Al respecto, añadió que de lo que se trata es de entender esa colección no como un conjunto patrimonial de objetos para ser conservados, “sino como un campo de fuerzas, memorias, afectos y narraciones que se activan desde cada presente”.
Sobre esta exhibición, Calvo citó el hecho de que Díaz fue colaboradora cercana de Pérez-Ratton durante muchos años. Asimismo, destacó que la curadora, al plantear esta exhibición, “hace una lectura acorde al planteamiento de la filosofía crítica que impera en TC2 para hacer la selección”.
DOCE COLORES
Como ya se dijo, “Colores del Centro” consiste en la exhibición en una de las salas del MADC, de doce cortos documentales sobre artistas centroamericanas de importante trayectoria e influencia en la región.
Se trata de Regina Aguilar, de Honduras; Mayra Barraza y Cristina Gozzini, de El Salvador; Isabel Ruiz, Diana de Solares y Regina José Galindo, de Guatemala; Patricia Belli, de Nicaragua; las costarricenses Lucía Madriz y Priscilla Monge; y las panameñas Donna Conlon y Sandra Elektra.
De acuerdo con la información provista tanto por el MADC como por TEOR/éTica, a estas mujeres no solo se les reconoce en este proyecto por su trayectoria como creadoras, sino que también se destaca su papel como gestoras culturales en sus comunidades. “Cada una de ellas cuestiona, denuncia o profundiza en lo privado o en lo público, por medio de distintas propuestas que parten desde una posición de vanguardia”, reza esa información.
El proyecto se planteó desde el 2005 y las videograbaciones fueron realizadas por Patricia Velásquez, Jurgen Ureña y Jonathan Harker.
Al referirse a esta iniciativa, Calvo puntualizó que se trata de un reconocimiento a la labor de esas artistas, “no desde un sexismo, sino desde un análisis crítico del manejo del tema de género”.
Recordó que “Colores del Centro” es uno de los últimos proyectos de Virginia Pérez-Ratton, al cual se le dio continuidad hasta concretarlo. “Es una recopilación de cortos de autor, de carácter documental. Son las interpretaciones de tres videocreadores sobre la obra de doce mujeres reconocidas como artistas de trascendencia en el arte de la región”, apuntó.
Ambas exhibiciones estarán abiertas al público desde el 26 de abril al 26 de mayo, en el MADC.
Combativas
Entre las artistas retratadas en la exposición “Colores del Centro”, se puede destacar a la guatemalteca Regina José Galindo, quien ha desarrollado una amplia actividad artística, sobre todo en el campo de acciones y performance, en su natal Guatemala, Centroamérica y Europa.
Galindo empezó a cobrar notoriedad fuera de su país en el 2003, cuando llevó a cabo la acción “¿Quién puede olvidar las huellas?”. Allí, con sus pies descalzos caminó y dejó un rastro de huellas de sangre humana entre la Corte de Constitucionalidad hasta el Palacio Nacional de Guatemala, “en memoria de las víctimas del conflicto armado en su país y de rechazo a la candidatura presidencial del exmilitar, genocida y golpista, Efraín Ríos Montt”, según explica en su sitio en Internet.
Dos años después participó en la Bienal de Venecia del 2005, donde fue la única artista latinoamericana en recibir el León de Oro. Ese año, en una entrevista a UNIVERSIDAD, expresó que “el arte es un grito, lo que se siente adentro”.
Otra presentación, que se destaca entre las realizadas en Europa, se destaca la muestra recopilatoria de su trabajo titulada “The Body of Others” (El Cuerpo de Otros), que presentó en el 2008 en la galería Modern Art Oxford, de Inglaterra.
Por otra parte, la artista plástica salvadoreña, Mayra Barraza, desde los años 90 ha mostrado sus trabajos en espacios como la II Bienal de Lima (Perú) en el 2000; el Centro Atlántico de Arte Moderno, en Gran Canaria (España); o el legendario Museo del Barrio de Nueva York.
Barraza es miembro fundadora de La Fábri-K, un colectivo de artistas que trabajan y muestran sus obras en una antigua fábrica en las afueras de San Salvador. Entre sus trabajos se puede destacar “Asociación Ilícita”, del 2009, que consiste en una serie de cinco retratos de unos jóvenes que murieron estrangulados en la cárcel, luego de haber sido detenidos bajo ese cargo. Otra de sus obras es “Pentágono”, conformada también por cinco retratos, aunque en este caso de soldados salvadoreños muertos en la guerra de Irak.
Otro buen ejemplo de las artistas incluidas en el proyecto es la panameña Donna Conlon, quien desarrolla su trabajo en fotografía, vídeo y también recurre a la tecnología visual en tercera dimensión (3D). Entre los logros de su carrera se puede destacar un segundo lugar en el Primer Concurso Centroamericano de Artistas Emergentes del MADC, además de que en el 2005 participó en la Bienal de Venecia. En el 2007 se le concedió una subvención para artistas emergentes de América Latina, de la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO). Ha participado en bienales en Panamá, Cuba, España y Brasil.