La psicopedagoga Irene Salazar considera que el nuevo programa para enseñar a leer y escribir es un cambio radical que enfatiza la comunicación del estudiante efectiva, adecuada e independiente.
El nuevo programa de enseñanza del español, que entró en vigencia en 2014, plantea un cambio significativo para los estudiantes, de quienes se espera que adquieran herramientas permanentes para mejorar en la expresión y comprensión oral, así como en lectura y escritura.
Irene Salazar Carvajal, educadora, psicóloga y psicopedagoga, quien trabajó como asesora nacional de la Dirección Desarrollo Curricular, explicó, vía correo electrónico, desde Sidney, Australia, los principales alcances que tendrá el nuevo enfoque.¿En qué consisten los principales cambios que se impulsan con el nuevo enfoque de la enseñanza del español?
−Es un cambio radical. El nuevo programa tiene un enfoque comunicativo funcional de la lengua. Esto quiere decir que el énfasis debe darse en lograr la efectiva, adecuada e independiente comunicación por parte del estudiante, sea de forma oral o escrita. Se estimula que los estudiantes sean autónomos y eficaces al proponer sus textos orales o escritos, que sean capaces de distinguir y modificar su discurso de acuerdo con la audiencia.
Se busca que sean capaces de usar y organizar las palabras en el texto, para que signifiquen lo que desean que signifiquen. Se salta de un enfoque gramatical de la lengua a uno comunicativo funcional. La gramática se aprende en contexto, leyendo y escribiendo mucho, reconociendo su importancia para hacer el texto, oral o escrito, mejor y más bello.
Otro aspecto importante es el trabajo que se realiza previo al trabajo con las letras impresas, sobre el conocimiento y la toma de conciencia de que los sonidos que usamos para hablar, las palabras, las podemos ‘partir en pedacitos’, desmenuzar y jugar con ellas (palabras, sílabas, fonemas). Veremos así muchos ejercicios y juegos con ritmos, con rimas y demás.
Se ha demostrado que un niño o niña que ha desarrollado su conciencia fonológica tiene más y mejores posibilidades de aprender a leer y a escribir más rápido y mejor.
Con este programa también se busca el aprecio por la literatura, el leer por gozo. Se empieza leyéndoles cuando no lo pueden hacer aún por sí mismos y, luego, que ellos lean por simple gozo estético.
El hecho de que al niño no se le exija que deba aprender a leer en primer grado, ¿qué ventajas trae para el educando y los docentes?
−Es importante que se comprenda que el aprendizaje no se puede ‘exigir’, se da o no. Se propone, se busca, se ‘enamora’ para que se dé. Jamás se exige.
El programa del primer ciclo de español tiene la novedad de que no limita el aprendizaje de la decodificación del código alfabético a unos meses, como cuando se ‘debía’ aprender en el segundo semestre de primer año. Esto hacía que muchos niños que con solo que hubieran tenido la oportunidad de continuar en el proceso un par de meses más, lo hubieran adquirido sin problema.
Aprender a leer y escribir, dicen los neurocientíficos, es la tarea más difícil que debe aprender el cerebro humano, ya que no está hecho para esto. La lectoescritura es una invención humana muy reciente (alrededor de tres mil años) y nuestros cerebros no han tenido la oportunidad de desarrollar una zona ‘especializada’ para esta tarea, como sí las tiene para el habla y demás. Este nuevo programa respeta el ritmo de aprendizaje. Los docentes trabajan más tranquilos y enfocados en la tarea, no en el tiempo.
Con base en su conocimiento, ¿es muy grande la brecha entre la preparación de los docentes y el nuevo enfoque que se quiere dar?
−Hay muchísimos docentes que ya han venido trabajando de la forma en que lo propone el programa. Ellos están muy cómodos con este porque, en sus palabras, ahora se sienten ‘acuerpados’.
Luego, creo que todos los profesionales de la educación que trabajan en los centros educativos son capaces de poner en práctica este programa. Todos tienen la formación para lograrlo. En la universidad debieron de haber recibido la teoría que se los permita. Sin embargo, como se ha presentado en los Informes del Estado de la Educación, especialmente en el del 2013, la formación docente no es la que debería ser. Se gradúan miles de docentes cada año con una formación muy deficiente. Eso es grave y preocupante.
¿Se pretenden crear lectores más críticos y menos mecanizados con este nuevo enfoque en la enseñanza?
−Exacto. Desde el primer día de clase se favorece que los estudiantes den su opinión acerca del texto que escuchan utilizando una metodología, descrita en el programa, basada en preguntas abiertas. Estas preguntas invitan a los niños no solo a dar su opinión sino a escuchar y a respetar la opinión de los demás. Ya cuando pueden leer y escribir solos, se les guía para que hagan esta lectura crítica, desarrollando su capacidad de análisis y de expresión de opiniones. Esto se hace con todo tipo de textos, literarios y no literarios.