Esta es la escuela que restauraron los jóvenes de Cangrejal para su Centro Cultural y su biblioteca. (Foto: José Eduardo Mora)
Jóvenes organizados del distrito de Cangrejal, ubicado a 20 kilómetros al suroeste de San Ignacio de Acosta, piden libros para la biblioteca que construyeron en la vieja escuela de la comunidad, en un esfuerzo por abrir nuevos horizontes a los pobladores.
Cangrejal, cuya economía depende del café y la ganadería a pequeña escala, es una de las comunidades más pobres del cantón de Acosta, que en sus 102 años de existencia carece todavía de una biblioteca. Por lo tanto, si los jóvenes de este pueblo logran su cometido de dotar de libros a su Centro Cultural, será la primera biblioteca pública de este cantón.
Las bibliotecas que existen en la actualidad son pequeños espacios en escuelas y colegios, pero que tienen un carácter restringido y solo de uso para los estudiantes. Mientras que el único espacio público que albergó libros en Acosta estuvo ubicado en el sótano de la Municipalidad, pero cerró por no contar con las condiciones mínimas y los libros fueron entregados a diferentes centros educativos.En la región entre Acosta y Aserrí, que agrupa a 80 000 habitantes, estos solo tienen acceso a una biblioteca pública, que es la Urbino Barboza, ubicada en el costado norte del parque.
Motivados por la posibilidad de reconstruir la vieja escuela, Hanzel Hidalgo, uno de los promotores, organizó a los jóvenes con gusto por las comparsas, formó una y fueron los integrantes de esta quienes le ayudaron en las labores de reconstrucción.
La idea de restaurar la escuela se hizo con el fin de abrir un espacio para el pensamiento y la cultura, y para mantener vigente un local que desde el punto de vista patrimonial tiene relevancia para los pobladores.
La antigua escuela es una construcción mixta de cemento y madera, por lo que la restauración llevó muchas horas de trabajo, dado que incluso tuvieron que modernizar el sistema eléctrico.
Para mejoras en la construcción, los jóvenes contaron con el apoyo de la Fundación CRUSA, la cual también contribuyó con la compra de instrumentos musicales, con los que se pudo conformar la comparsa.
En la actualidad, los jóvenes cuentan con el Centro Cultural, ubicado en la biblioteca, pero requieren de libros para prestar a la población en general.
Otra de las aspiraciones es que el Ministerio de Ciencia y Tecnología abra un Centro Comunitario Inteligente en el Centro Cultural de Cangrejal. De esta manera, la comunidad tendría un mayor y más fácil acceso a Internet.
Jackie Jones, miembro del Cuerpo de Paz de Estados Unidos y quien ha trabajado en el proyecto desde hace más de un año, expresó que requieren especialmente de libros para los niños, ya que sus familias tienen pocas posibilidades para comprarlos.
En general, la biblioteca requiere de libros como novelas, filosofía, historia, música, ensayos, cuentos y poesía. Son muy pocos los libros con que cuentan en la actualidad, expresó Jones.
La reconstrucción de la vieja escuela, ubicada en el centro del poblado, les llevó a estos jóvenes más de un año.
El propósito, explicaron, es que el Centro Cultural proporcione opciones para que los habitantes entren en un mayor contacto con la cultura. Una de las posibilidades de desarrollo que existen para la zona es el turismo, pero esta requiere de infraestructura adecuada y mejores condiciones para atender a los visitantes, y ahí es cuando entra en juego el componente cultural.
Como parte de las estrategias diseñadas por Jones y sus compañeros, se ejecutará una jornada de recolección de libros de todo tipo, primero en Acosta y luego mediante redes sociales y medios alternativos.
Quienes deseen colaborar con la entrega de libros pueden comunicarse con Jones al teléfono 8974-9726 o al correo [email protected] o con Hidalgo al 8508-7605.
Los propulsores de la idea están dispuestos a desplazarse a donde sea necesario para recoger los libros y convertir el sueño de la comunidad de Cangrejal en una realidad.
Una vez que esté en funcionamiento la biblioteca, precisaron sus promotores, se espera que el Centro Cultural se convierta en el alma del pueblo y que sirva para fortalecer el desarrollo de uno de los distritos más necesitados de este tipo de aportes.