Para Komatsu, Costa Rica debe destacar tanto por su fuerza cultural como por su riqueza artística.
Más convencido que nunca Chosei Komatsu, Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), estima que se acerca el momento para lanzarla a ámbito internacional, luego de dirigir recientemente el VI Concierto de Temporada de la orquesta, en el cual se interpretó el Réquiem de Dvorák.
El Maestro Komatsu anunció que en agosto dará un concierto para niños y tocará un repertorio de música popular costarricense.
En medio de su ajetreada agenda, Komatsu encontró tiempo para atender a UNIVERSIDAD en un hotel capitalino y hablar de su trabajo realizado con la OSN, sus otros proyectos y la visión que tiene para el futuro de la orquesta.
¿Cómo siente la evolución de la OSN en estos meses en que la ha tenido a su cargo?
– La orquesta es muy fuerte y encuentro al coro muy bien preparado. Estoy muy satisfecho, pues la obra que preparamos, el Réquiem de Dvorák, es muy difícil y muy exigente, sin embargo, tres de los solistas son costarricenses, entre ellos Carolina Rodríguez, quien con 24 años debuta con la Sinfónica. Junto a ellos cantará Alan Bennett, cuya participación considero algo histórico, pues es profesor de canto en la prestigiosa Universidad Indiana, posiblemente una de las mejores escuelas de música del mundo. Además de participar en el concierto, Bennett contribuyó con la formación de cantantes nacionales, pues impartió una clase. Creo que somos muy afortunados de contar con él.
¿Qué evaluación hace de los cantantes nacionales?
– Muy fuertes, por eso le pedí a Bennett que viniera. A estos tres solistas no los escogí para este concierto sólo por ser costarricenses, creo que poseen calidad internacional.
¿Cómo caracteriza la música de Dvorák?
– En esta oportunidad tocamos su Réquiem, el cual no es muy espectacular pero sí muy delicado y profundo, también muy exigente y complicado tanto para el coro y los solistas, como para la orquesta. Técnicamente es muy difícil pero profundo, lo cual lo hace único.
¿Cuáles objetivos ha definido para la OSN? ¿Cuál es el camino que quiere seguir?
– Desde el principio he dicho que estoy convencido de que ésta será una orquesta de clase mundial y ya hemos tomado ese camino. Ya tiene calidad, pero el mundo deberá reconocer esta excelente orquesta, deberán darle su lugar en el mapa.
¿Cómo se logra ese reconocimiento, cómo se pone a la OSN en el mapa mundial?
Lo primero es continuar con presentaciones sólidas en nuestro Teatro Nacional, creo que estamos en esa etapa. En el futuro espero poder realizar una gira internacional, será necesaria, pero antes es importante generar la confianza necesaria.
Tenemos que crear consistencia. Ser a veces buenos y a veces no tanto no significa nada hoy en día, siempre hay que ofrecer presentaciones de nivel internacional en el Teatro Nacional. Estoy satisfecho de que durante toda esta temporada, la OSN ha recibido comentarios muy positivos sobre su nivel de interpretación. Tenemos que seguir con ello y eventualmente la siguiente etapa llegará de manera natural.
¿Estamos entonces en una etapa de preparación?
-No de preparación, simplemente llamémosla primera etapa, la segunda etapa será la salida internacional.
¿Cuándo visualiza el paso a la segunda etapa?
Aún no lo sé, pero espero que pronto. Sin terminar la primera etapa, no puede llegar la segunda.
¿Ha establecido algún tipo de cronología al respecto? ¿En qué consistiría una tercera etapa?
– Tengo la visión de que el cambio se dará muy pronto, trabajamos muy duro en ello, pero no puedo decirlo con exactitud. Quiero dejar abierta la idea de la tercera etapa, para que la gente pueda soñar con cualquier cantidad de cosas, el cielo es el límite.
¿Cuál cree que debe ser el repertorio con que debe contar la OSN para pasar de la primera etapa a la segunda?
– Creo que no debemos limitarnos a ningún compositor en particular. Sé que en algún momento la OSN tuvo un repertorio limitado a unos cuantos compositores.
Es importante poder tocar a muchos compositores de periodos diferentes, así como incluir música de compositores costarricenses. El repertorio de la OSN en el pasado ha sido limitado y mi deseo es ampliarlo, incluso con la Guerra de las Galaxias.
¿Hay alguna ópera o sinfonía en particular que aún no haya tenido la oportunidad de ejecutar, pero que ansía hacerlo?
– Nunca he pensado en eso, no pienso de esa manera. Hay tantas piezas escritas y todas guardan relación… Si fueras a conducir una, tendrías que conducir dos millones.
Este es el sexto concierto de temporada y el tercero que usted dirige, ¿le satisface el trabajo hecho hasta ahora como para considerar que la OSN no lo necesita más en el país?
– Sobre el tiempo que paso en Costa Rica, no considero que esté tanto afuera, de hecho creo que paso más de lo que se acostumbra en el mundo de los directores de música, así que eso no me preocupa.
Por otro lado, estoy muy complacido con el paso del desarrollo de la OSN, además se ha dado un buen entendimiento mutuo entre los músicos y yo, no sólo que me entienden ellos a mí, sino que yo los entiendo a ellos como artistas. Este año ha crecido mucho ese entendimiento y siento buena química con los músicos.
Además, este es mi sexto concierto con ellos, ya que el año pasado hicimos tres.
Usted constantemente participa en proyectos discográficos, ¿cómo ha avanzado su carrera en ese sentido? ¿No ha pensado en grabar con la OSN?
– En enero de este año salió un disco nuevo en Japón, en que dirijo a la Filarmónica y allá es el número uno en ventas en música clásica. El año pasado también salió un disco y DVD con la Filarmónica de Tokio.
He estado haciendo diferentes proyectos, pero no sé si llegue a grabar con la OSN, pues es un trabajo muy grande que no puede recaer sólo en el director. Pero si continuamos con buenas presentaciones en casa y llega la internacionalización, entonces puede que llegue el momento de realizar una producción de ese tipo. En este momento estamos construyendo las bases del edificio.
Desafortunadamente, la música sinfónica apela a un público «elitista», ¿qué pasos se deben dar para hacer la música sinfónica más accesible y atractiva para un público mas amplio?
– Esa percepción es muy común, pero yo no creo que la música sinfónica sea para una elite, de hecho es para todo el mundo, pero sí debemos hacer un esfuerzo mayor para hacerla accesible a todos.
Por ejemplo, por primera vez en la historia de esta orquesta, en agosto dirigiré un concierto para niños, para el cual ya se vendieron todas las entradas, incluso querían organizar otro más pero mi agenda no lo permite.
A parte de ese concierto educacional, continuaré tocando un repertorio más accesible, lo cual incluye música popular costarricense, no quedarnos en un repertorio clásico.
Así que esa percepción tiene que cambiar porque no es veraz, estamos abiertos a todos y tenemos la responsabilidad de acercarnos al público en general.
Tampoco puedo forzar a la gente a que le guste algo, no puedo invadir la dignidad del individuo, aún así tenemos que ser accesibles en nuestro programa de conciertos, siempre de primera calidad. Independientemente del repertorio, si la calidad de las presentaciones no es alta, entonces no sirve, no será atractivo.
En ese sentido, el concierto infantil es muy importante, pues niños y niñas no saben qué piezas son importantes, sólo responden a la emoción de una buena presentación. Si hay adultos que consideran la música aburrida o elitista, el problema fue el programa infantil.
Vamos a proveer un programa infantil muy entretenido y de buena calidad. Parte de mi formación como director incluyó la adecuación de programas infantiles y empezamos este mismo año.
¿Considera que los problemas fiscales del país pueden llegar a afectar el trabajo de la OSN?
– No cuento con información específica y no puedo comentar al respecto.
¿Qué es lo que más ha disfrutado de los tres conciertos que ha dirigido esta temporada?
– Por un lado, el profundo compromiso de los músicos hacia la música y su trabajo. También la seriedad del público, que no viene sólo en busca de entretenimiento. Siento que viene al Teatro Nacional como si ocupara alimento para el alma.
Creo que el auditorio en el Teatro Nacional realmente escucha la música en un nivel más profundo que en otras ciudades. Esto es algo de lo que el público costarricense puede estar orgulloso, no se dejan engañar por presentaciones superficiales.
¿Se visualiza sacando a la OSN del Teatro Nacional y llevándola a las comunidades?
Necesitamos hacer eso y la OSN debería ser capaz de ello. Aunque recientemente se realizó un concierto en Guanacaste, por ahora sólo la gente de San José puede asistir a los conciertos. Esperamos establecer una base, según la cual cada año la orquesta pueda hacer una gira por el país.
Por lo que ha visto de nuestro país, ¿cuáles considera que son las principales fallas en la formación artística?
– No pienso de esa manera. Me siento muy afortunado de estar en este país, estoy emocionado y me parece que las posibilidades del futuro son inmensas. La gente tiende a no ver las cosas buenas, y yo continúo recordándole tanto a la gente de afuera como aquí mismo que hay tantos tesoros y posibilidades aquí, sea la OSN o la naturaleza. Ese es mi trabajo, recordarles eso. Mucha gente viene y sale sorprendida, Costa Rica destaca por la educación y la naturaleza, y pronto también por su abundancia y fuerza cultural y la OSN puede contribuir mucho. Creo que hemos tomado esa dirección.