Un espectáculo interdisciplinario se presentará en el Teatro de Bellas Artes del 25 al 28 de agosto.
La obra «Los bordes de la vida» tiene un acercamiento al Tarot en su significado más original.
«Solo somos paisaje interior», decía Rainer María Rilke y esa búsqueda es la que anima a «Los bordes de la vida», un espectáculo que entrelaza poesía, música, danza y teatro.
La propuesta, dirigida por María Bonilla, será presentada entre el 25 y el 28 de agosto en el Teatro de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica, a las 8 p.m. de jueves a sábado; el domingo 28 la función será a las cinco de la tarde.
La obra está construida con una serie de poemas y textos de Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Jorge Charpentier, Luis Eduardo Aute, Marguerite Duras y Augusto Roa Bastos, entre otros.
La pieza es un trabajo interdisciplinario que impulsa el decanato de Bellas Artes y que cuenta con la participación de Eddie Mora, en música, Ana Muñoz, en fotografía, y con el aporte de Bonilla en el teatro y la danza.
En el montaje intervienen un total de 14 participantes y se entremezclan la música, la danza, la fotografía y la actuación.
«En los bordes de la vida la poesía gira alrededor de los 22 arcanas mayores del Tarot y lo que se pretende es una búsqueda interior de nosotros como seres humanos», explicó Bonilla.
Bonilla, quien es una apasionada del Tarot y todo lo que esté relacionado con esa voz interior, con ese acercamiento al sentido de la existencia, como ella misma lo aceptó.
Agregó que hay una lectura más esotérica que astrológica, lo que significa que la idea no es predecirle a nadie el futuro con esta o aquella carta, sino más bien profundizar en la esencia del ser.
«Hay que aclarar que hay numerosas versiones del Tarot, según la cultura que lo haya elaborado».
Hay, por ejemplo, el de los sueños, el del unicornio, el egipcio, el celta e incluso el de «Shakespeare».
Las primeras noticias del Tarot provienen de los egipcios, que fueron de las primeras culturas que los elaboraron con un sentido casi matemático y con una gran profundidad lógica.
«Todos los seres tenemos la necesidad, el derecho e incluso el deber de encontrarnos en nuestro yo interior», dijo.
«Los bordes de la vida» escruta ese horizonte interior de los seres humanos, que en criterio de Bonilla «debemos aprender a aceptar las pérdidas, a entender el pasado para poder mejorar en el presente y proyectarse en un futuro que sea válido».
Poco a poco con la riqueza de la fotografía realizada por Ana Muñoz, la música creada exclusivamente para la obra por Eddie Mora y con las actuaciones de los artistas, la pieza irá desgranando una a una las cartas del Tarot e irá conformando un paisaje de lo que subyace en lo profundo del ser humano.
«Ana y yo siempre hemos querido trabajar con el Tarot en un espectáculo y de hecho pensamos en algo más ambicioso, este es un primer acercamiento», afirmó Bonilla.
El Tarot, añadió, es un pretexto para adentrarse en la reflexión poética del «por qué y para qué está el ser humano en la tierra».
Son las preguntas respecto a los caminos que debe seguir el hombre para encontrarse.
Esa búsqueda del amor propio, del sentido de la unidad y de su relación del individuo con el mundo, lo plantea con suma claridad la famosa sentencia del Talmud: «¿ Si no soy para mí mismo?, ¿quién será para mí? ¿Si solo soy para mí? ¿Quién soy yo? ¿Si no ahora? ¿Cuándo?»
Tras esa pista del sentido de la existencia, alumbrado por esa creación que se mueve alrededor del Tarot, es la que propone y sigue «Los bordes de la vida».
SÍMBOLOS
«A veces nos paraliza el miedo», asegura Bonilla, y este se constituye en un obstáculo para el desarrollo del ser humano.
Como parte del atractivo de la obra, esta fue diseñada de forma interactiva durante algunos pasajes, así personas del público regresarán a casa con una carta.
«Nos interesa mucho esa capacidad de crear símbolos del ser humano, la cual es casi infinita».
Mientras todo lo exterior desaparece o se transforma, lo interior se revitaliza cada vez más, como lo dijera Rilke en la séptima de las Elegías del Duino: «En ningún lugar, amada, existirá el mundo sino adentro.
Nuestra vida avanza transformando. Y decrece cada vez más lo de afuera, hasta la insignificancia».
En esa línea interior avanza «Los bordes de la vida», que estará en cartelera solo durante cuatro días».
