El Limon Tak está formado a partir de palabras en inglés con una estructura elemental de lengua criolla.
Llevar la lengua criolla limonense a la cultura escrita es el propósito de un proyecto que actualmente se lleva a cabo en Limón, con la participación de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional.
Se trata de una recopilación de la lengua que se habla en la provincia caribeña y la creación de un alfabeto que represente los sonidos de la misma.El proyecto ha sido liderado por los investigadores Juan Diego Quesada, René Zuñiga y Claudia Thompson, quienes se han dado a la tarea de identificar la estructura fonológica de esta lengua para darle una representación ortográfica y muy recientemente, llevar esta propuesta a la comunidad limonense para su validación.
Parte del proyecto consiste también en darle un nombre a esta forma de hablar, ya que términos normalmente usados como patuá, mekatelyu o broken english, son términos incorrectos y despectivos para referirse a esta lengua. Así, en trabajo conjunto con la comunidad, le han llamado Limon Tak, que significa en criollo, “el habla de Limón”.
Según Juan Diego Quesada, esta lengua se caracteriza por el uso mayoritario de palabras en inglés, con préstamo de algunas expresiones africanas y españolas, a través de una estructura muy básica que es semejante en todas las lenguas criollas.
El investigador afirma que el diseño de este alfabeto representa el primer paso de un largo proceso de planificación lingüística, con miras a la estandarización de la lengua. Asimismo, el proyecto se dirige a la revalorización del código lingüístico de la población limonense.
“El primer paso es convencerlos de que lo que hablan no es una variación de inglés, sino una lengua con todo lo que eso implica. Luego esperaríamos que se declare lengua oficial en la provincia de Limón y que a raíz de eso se pueda aplicar la modalidad de currículo regional, que daría espacio al fomento de esta lengua”.
Según el investigador la oficialización del Limon Tak respondería a la defensa del derecho a la propia lengua, establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, en la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos y en el artículo 97 de la Constitución Política.
UN POCO DE HISTORIA
Una lengua criolla se define como aquella que surge del contacto entre grupos que hablan lenguas mutuamente ininteligibles. Como única forma de comunicarse suele darse un intermedio formado por palabras de la lengua dominante usando la sintaxis de las lenguas dominadas.
En una primera etapa estas lenguas se denominan pidgins, pero una vez que hay hablantes de lengua nativa el código se expande, se estabiliza la sintaxis y la morfología y se convierte en lengua criolla.
A Limón la primera lengua criolla llegó con los jamaiquinos, que llegaron alrededor de 1870 para trabajar en el ferrocarril. Ellos traían un criollo propio, producto del contacto entre africanos de distintos orígenes y personas de habla inglesa en su país de origen.
Con el tiempo, la lengua fue evolucionando y distanciándose de ese criollo jamaiquino, de modo que se consolidó el criollo limonense. Por los problemas de racismo y discriminación de los que han sido víctimas los limonenses su forma de hablar también se estigmatizó, llamándole patuá, mekatelyu o broken english, todos términos despectivos.
Esta condición llevó a una auto negación lingüística, de modo que aún hay quienes dicen hablar inglés para no ser estigmatizados.
Según explico Juan Diego Quesada, actualmente el uso de la lengua se ha reducido, pues la gente joven no quiere aprender o maneja el criollo con poca propiedad.
Es por ese motivo que Quesada afirma que la primera tarea es que la gente valore su lengua como tal y se reapropie de la misma. “Este proceso es como sacar una lengua del closet para visibilizarla, darle nombre y abrir espacio para su escritura”.
La iniciativa de promoción y recuperación del criollo limonense surgió en el Programa de Lenguas Indígenas de la Baja Centroamérica de la UNA, que ha estudiado lenguas indígenas desde Honduras hasta Panamá y ha incluido en su trabajo otras lenguas criollas, como la de Bluefields (Creole English).
Más tarde se vinculó al trabajo el investigador René Zuñiga, cuyo proyecto de maestría coincidía y con él, el Programa de Educación Rural de la UCR. Así se estableció coordinación entre las dos universidades para acompañar a la comunidad en la lucha por el reconocimiento de su lengua.
Quesada explicó que este no es el primer intento de construcción de un alfabeto del criollo limonense, pero que sí es la primera vez que se consulta y se involucra a la comunidad en el proceso.
Con el fin de que esta iniciativa pueda ser acogida por los habitantes de Limón, se han consultado las decisiones a los hablantes del Limon Tak a través de talleres y se han incluido representantes de la comunidad en las comisiones de trabajo.
De acuerdo con Quesada, tras los talleres realizados el pasado 19 y 26 de octubre la opinión en torno al proyecto está polarizada. “Hay gente relacionada con la educación y sectores medios que está muy entusiasmada, pero la gente con poco nivel educativo educación o con alguna cuota de poder, como por ejemplo la directora regional del MEP, se resisten a admitir que es otra lengua y afirman que hablan inglés, por temor al estigma”.
El investigador aseguró que también hay quienes sienten desconfianza porque “creen que es una invasión de los mestizos a su cultura”, debido a malas experiencias anteriores.
Quesada aseveró que esta experiencia será diferente pues se ha recopilado el uso real de la lengua y se ha consultado e involucrado a la comunidad a cada paso. “Este alfabeto está saliendo de Limón, no es una imposición nuestra”, dijo.