“Ergonomía para Diana” se podrá ver en Canal 13 el 10 de setiembre a las 6 p.m. (Foto: cortesía Marcos Machado)
¿Cómo se asume la noticia de padecer una deficiencia auditiva? ¿De qué maneras cambia esa realidad la vida de una persona? ¿En qué términos asume una familia entera el hecho de que esa deficiencia cabalga en sus genes de manera irremediable? ¿Cómo se enfrenta cada uno de los miembros de esa familia a la vida cotidiana y a las reflexiones propias de la condición de discapacidad?
Esas son algunas de las interrogantes abordadas en el documental “Ergonomía para Diana”, del costarricense Marcos Machado, el cual se estrenará el próximo 10 de setiembre a las 6 p.m., por el Canal 13 del Sistema Nacional de Radio y Televisión (SINART).
Dicho filme muestra la historia de la propia familia de Machado, en la que se presenta de manera insistente la condición conocida como hipoacusia o pérdida de audición.
Así, en su trabajo Machado narra cómo su familia se adapta a esa condición y cada quien desarrolla su propia ergonomía sonora. El eje central de la historia es una niña recientemente diagnosticada con ese mal.
Machado —quien también vive con la hipoacusia— expresó que el hecho de filmar a sus propios familiares “siempre fue un paso adelante en la intimidad, pero el trabajo fue el mismo como que si hubieran sido desconocidos”.
Se trata de una producción de Best Picture System, con el apoyo de la productora mexicana Macahuitl en coproducción con Candy Caramels Films, SINART y el Centro Costarricense de Producción Cinematográfica.
VIAJE AL CARACOL
Sobre el documental en sí, manifestó su deseo de que el público disfrute de una experiencia “AUDIOvisual muy particular”, derivada de un riguroso trabajo de edición de imagen, color y el diseño sonoro.
Machado detalló que la película hace “un viaje en forma de espiral, a través del caracol genealógico” de su familia y que recurrió a esa metáfora porque —a diferencia del concepto más tradicional de árbol genealógico— “nuestra familia comparte un daño en el caracol del oído y de eso se habla en el documental mientras conocemos a los integrantes”.
El documental representa a Costa Rica en la tercera generación de documentales auspiciados por el fondo Doctv Latinoamérica, una red de apoyo a la producción documental conformada por otros 14 países.
Machado, quien se dio a conocer en el 2010 con el cortometraje “Tinnitus”, expresó que haber sido seleccionado por esa red para realizar el documental es “una gran responsabilidad”, y al mismo tiempo para él representa “una inserción en la escena del documental costarricense con una propuesta con mi estilo personal”.
“Ergonomía para Diana” y los demás documentales de tercera serie de Doctv se transmitirán de manera simultánea en los 15 países de la red, en la semana del 10 al 16 de setiembre.
Respuestas a la hipoacusia
Sobre las implicaciones de tener una condición de pérdida auditiva en el contexto de la sociedad costarricense, Marcos Machado comentó en primer lugar que “vivimos en una sociedad «ojocentrista», donde la discapacidad auditiva sigue siendo invisible y en la mayoría de los casos las personas pasan inadvertidas, hasta que su problema es lo suficientemente grande para llamar la atención”.
En su caso particular, ha tenido que librar una lucha constante por conseguir lo necesario para oír bien. Explicó que la Caja Costarricense de Seguro Social —después de un trámite burocrático engorroso— facilita audífonos análogos sin costo, “lo cual es bastante, comparándonos con otros países del Tercer Mundo”.
Sin embargo, aseveró que hipoacusia tiene la característica de que en cada paciente se presenta de manera “muy única y particular”, y en ese sentido subrayó que ya la técnica de la audición recurre a tecnología digital.
Informó que los audífonos digitales le permiten desempeñarse “con soltura y sin problemas” en el medio audiovisual, pero destacó que esa tecnología es muy costosa y en su caso, cuenta con ellos gracias a una donación de la empresa Widex, fabricante de audífonos digitales.
Añadió que la imposibilidad de acceder a esa tecnología es quizás el mayor problema al que se enfrentan los costarricenses hipoacúsicos.