“No hay nada más aburrido que el arte políticamente correcto”

Aunque Claire Bishop venga como un meteorito desde tierras británicas tras pasar por la brillante Nueva York, no es una celebridad académica.

Aunque Claire Bishop venga como un meteorito desde tierras británicas tras pasar por la brillante Nueva York, no es una celebridad académica. Verla hablar, y hablar muy rápido, es un caudal de sugerencias interminable; sin embargo, no abandona su humanidad. Suda, se enreda, piensa muchas cosas a la vez… como cualquiera de nosotros.

Esta destacada historiadora y crítica de arte estuvo en el país el pasado 22 de junio, para compartir una charla llamada “Déja Vu: Arte contemporáneo y los fantasmas del modernismo”, organizada por la Fundación TEOR/éTica.

Aunque UNIVERSIDAD intentó entrevistarla después de la charla, no siempre los diálogos ocurren en el mejor momento. Aún más sabiendo que en una pasada entrevista con el Boston Review −hace tres años−, Bishop se preguntaba cómo las celebridades académicas podían sobrevivir con la incesante repetición de sus ideas a la prensa.

No obstante, como reza el dicho: “La perseverancia hace lo que la dicha no alcanza”. Presentamos lo que salió de nuestro corto diálogo.

El artista hoy quiere hacer de todo: ser artista, activista, académico. Ya no hacen obras de arte, sino proyectos. ¿De dónde vienen todos estos cambios?

−Yo estos cambios los conecto con un cambio de ideales en el proyecto político. Después de 1989, cuando termina la aspiración comunista, se comienza a expandir un nuevo proyecto, que es el neoliberalismo. Todo esto lo digo tan bien en el libro Artificial hells (2012) que no sé cómo decirlo de nuevo. Soy muy mala con preguntas grandes…

¿Podemos intentar una más?

−Si tú quieres. También puedes contarle a todo mundo que después de una charla de dos horas ya no me salen las ideas. ¡Soy un fracaso!

No, para nada. Intentemos. Estoy muy interesado en tu idea de que el arte no es ingeniería social. ¿Qué crees que hay detrás de todos estos proyectos desde el Estado y ONG?, quieren usar el arte para “embellecer la ciudad” o “incluir a los pobres”

−Bueno, depende de dónde estemos hablando. El libro al que te refieres está escrito con el contexto europeo en mente, donde los gobiernos de centro izquierda han privilegiado el “arte participativo”, porque es una imagen conveniente para una supuesta unificación social e integración. Pero, al mismo tiempo, estos gobiernos están persiguiendo una agenda neoliberal despiadada. Los artistas son un remedio homeopático para una sociedad dividida. En estos términos, el arte se ve político, pero no puede promover la movilización política.

Aunque el arte no tenga que ser funcional o útil en términos económicos, ¿crees que el arte pueda tener impactos sobre las y los espectadores?

−¡Sí, claro! No hay nada más aburrido que el arte políticamente correcto. Siempre estoy en diálogo con Tania Bruguera (1968, artista cubana de instalaciones y performance) sobre su concepto de arte útil, y ella ha hecho grandes exhibiciones sobre el impacto social del arte. Creo que es una cuestión de qué tipo de impacto se quiere. No siempre tiene que ser una movilización o una huelga. Aunque sea menos valorado, puede buscar un impacto más conceptual, donde te haga repensar tu ambiente, tu sociedad, tu relación con la autoridad. El impacto puede ser en muchas instancias.

Fantasmas en el arte contemporáneo

El pasado 15 de junio, la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica y TEOR/éTica llevaron a cabo una lectura/conversación, en donde se invitó a la arquitecta Valeria Guzmán Verri, el filósofo Pablo Hernández y el artista visual Esteban Piedra, a discutir algunos textos claves de Claire Bishop.

En la mesa se colocaron temas centrales, entre ellos qué es lo contemporáneo para Centroamérica, la falta de reflexión y crítica de arte en nuestro país, y los nuevos usos del “arte participativo”, para generar “cohesión social” en programas nacionales como becas-taller.

Una semana después, tras la charla de Claire Bishop, UNIVERSIDAD les preguntó sus opiniones sobre la visita de esta historiadora y crítica del arte. Estos son sus puntos de vista:

Valeria Gusmán Verri: Bishop da en el clavo cuando dice que hay un uso de referencias melancólicas de la historia, que está repitiendo modelos históricos en lugar de estar proponiendo uno nuevo. Así mismo, cuestiona una situación en donde críticos y artistas se alinean a una cierta forma de entender ese arte participativo como positivo, porque posibilitan cohesión social, pero dejan por fuera otras formas artísticas que son las que crean confusión, conflicto, frustración.

Pablo Hernández: Lo más interesante es que esté tratando de vincular las maneras contemporáneas en las que se están pensando y cuestionando las filosofías de la historia lineal y progresiva con la actividad que algunos artistas están realizando en relación con su línea temporal, lo que ellos consideran su pasado. Esto para tratar de pensar la historia no bajo el modelo de la memoria, que es el modelo que ha imperado, donde vemos que el pasado hay que dejarlo allí donde está. Más bien una estrategia distinta sería no invocarlos, sino actualizar lo pasado, para hacerlo presente en relación al futuro. Para América Latina, esto implica tratar de trabajar con ese pasado, de otro modo que no sea solo el trauma o la memoria y esa idea de la recuperación, sino potenciar momentos de ese pasado en relación con el futuro.

Esteban Piedra: Lo que ella viene a decir son temas que no se tocan en nuestro contexto. También es muy difícil encontrar un sitio para hablar de las relaciones del modernismo con las artes visuales. Afuera de acá es una corriente que uno la ve muy fuerte, no solo a nivel de bienales, sino también de mercados. Uno ve mucho esa estética, que revisa lo mismo una y otra vez. Además, presenta un grupo de obras, pero las trata de presentar para poner una discusión. No las presenta como las presentaría un curador, sino que quiere discutir con ellas.

Gabriela Sáenz (directora de TEOR/éTica): Tener un discurso actualizado y dar la oportunidad a la gente que le interesa tener un contacto directo con este tipo de académicos de nivel internacional es un objetivo central de TEOR/éTica, sobre todo a la gente joven. Propiciar ese contacto y que se beneficie el que quiera.

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