Pepe Chacón: “La percusión es un canto”

¿Se le rompían las manos tocando? “Yo tenía buena técnica y tenía las palmas llenas de callos, pero cuando tocaba mucho se me rajaban

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¿Se le rompían las manos tocando? “Yo tenía buena técnica y tenía las palmas llenas de callos, pero cuando tocaba mucho se me rajaban los dedos alrededor de las uñas hasta sangrar”, cuenta Pepe Chacón. (Foto: Cortesía Miriam Jarquín)

José Chacón, conocido como Pepe, es percusionista y uno de los mejores que ha tenido el país en los últimos cincuenta años. Desde los 13 años se inició en la vocación de golpear rítmicamente instrumentos percusivos con pasión, vehemencia, estudio, disciplina y talento. Para celebrar su trayectoria, una veintena de reconocidos músicos nacionales ofrecerá un concierto en Jazz Café de San Pedro, el jueves 23 de enero a las 9 p.m.

Pepe heredó la vena musical de su padre, Mario Chacón, compositor y autor de «Caballito nicoyano», una de las piezas más representativas del folclor nacional tradicional, así como de boleros, pasodobles y baladas. Su hermano Allan, también percusionista, era parte del clan. Él y Johnny Dixon formaron el conjunto Los Álamos, primer grupo al cual perteneció por un período de 15 años.

“A la edad de 12 ó 13 años, me interesé por la música porque el ambiente familiar era musical cien por ciento. Mi papá y mi hermano tocaban en el Conjunto Rítmico Los Ticos y ensayaban en la casa, y luego con Los Álamos; me involucré tanto que llegaba a las 2 de la mañana como 3 veces por semana, para unas horas después despertarme para ir al colegio”.

Músico de oído

Pepe es autodidacta, él le llama músico de oído. “Yo quería estudiar música pero mis hermanos insistían que hiciera la carrera de Administración de Empresas y, aunque pensaba ‘nada que ver’, lo hice. Por dicha en ese tiempo apareció el grupo panameño Los Serengueti, que andaba buscando percusionista. Johnny Dixon me llevó a ellos”.

Los músicos que han tocado con Pepe coinciden en adjetivarlo como versátil, entre otros epítetos cargados de respeto y admiración. Y es que nunca se conformó con lo primero que aprendió. “Siempre me gustó investigar grupos, ritmos, instrumentos; entonces, yo pasé de tocar bongó a tocar tumbadoras y a tocar tamboras”.

Su formación se basó en escuchar, disciplinada y obsesivamente, discos y cassettes para, luego, reproducir los sonidos de las piezas una y otra vez. “Si nosotros en aquella época hubiéramos tenido la oportunidad, los medios que los músicos de esta generación tienen, que se meten a Youtube y ven las clases maestras de los grandes músicos… Claro, hay que dedicarse, pero podés ver cómo hay que poner las manos, cuál es la técnica. En mi época lo que uno hacía era oír y oír y oír”.

Pepe recuerda y dice que le da risa. “Los percusionistas más reconocidos eran el puertorriqueño Ray Barreto y el cubano Mongo Santamaría. Yo pasaba escuchándolos y me aprendía no solo la percusión sino el arreglo completo, lo que interpretaban los demás instrumentos para reproducirlos con la boca”. Pepe hacía escats; se aprendía de memoria los solos de percusión, desde el primer manotazo —como dice él sin eufemismos— hasta el último. “A mí siempre me gustó ir más allá. Yo tocaba los solos pero introducía variaciones sobre la misma base, que se transformaba en otra más grande, con más salidas”.

Luego de su paso por Los Álamos, Pepe participó en el proyecto de Álvaro Fernández y Luis “Pelín” Muñoz, con quienes grabó un LP titulado Compadre con Cantoamérica junto a Manuel Monestel, con Adrián Goizueta y el Grupo Experimental, Luis Enrique Mejía Godoy y con Collete, grupo de jazz fusión actualmente de nuevo en escena.

Crecer junto a grandes del jazz

En varias oportunidades, Pepe buscó su crecimiento musical en Estados Unidos. Fue así como formó parte del grupo Pura Vida, integrado por Luis Muñoz, que migró a California, los estadounidenses Randy Tico (bajista) y Jeff Eliot (trompetista) y los esposos brasileños Airto Moreira (baterista, percusionista y compositor) y la cantante de jazz Flora Purim.

“Cuando me presentaron a Airto me quedé como loco; yo tenía todos sus discos, era como mi héroe. Luego llegó Randy Tico y me contó que a Airto le había gustado como yo tocaba. En esos días, Airto tenía que irse de gira por Europa pero Flora se quedaba en Santa Bárbara porque tenía que hacer otros conciertos en Fresno. Ella me invitó a acompañarla”. Pepe cuenta que se asustó porque la reconocida cantante llevaba como saxofonista y flautista al legendario Joe Farrell. Luego, recomendado por su esposa, Moreira lo invitó para integrar otra gira con músicos de la talla del bajista John Patitucci. Para esa época, Pepe también perteneció a Strunz y Farah, dúo que incluyó en sus conciertos a Alex Acuña, baterista de Weather Report, y a los cubanos Miguel Cruz y Luis Conte. “En un festival de jazz grandísimo en Los Ángeles, tuve que abrir con Strunz y Farah y cerrar con Airto y Flora”.

De vuelta al terruño

Para ese entonces, Pepe estaba absorto, entregado —corrige él—, por el ambiente musical de California; no se comunicó con la familia hasta que su hermano Allan, que trabajaba en Los Ángeles con una compañía de gaseosas, lo buscó para decirle que la madre estaba enferma. Pepe, entonces, se devolvió al terruño. Pasado un tiempo, abrió un bar y se casó. En el negocio montó un taller de percusión con una gran variedad de instrumentos para presentarse en vivo con cinco o seis percusionistas. Los aparatos que iba consiguiendo y que aprendía a sonar fueron integrando algo así como un pequeño museo. “Los mandé a traer porque los había tenido que dejar en EE.UU. Eran tres baúles así —hace un gesto con las manos que indican un gran tamaño— llenos de instrumentos de percusión que aquí no se conocían; Moreira, precisamente, fue quien introdujo, por ejemplo, variedades brasileñas y yo, estando con él, empecé a comprarlos”.

Con esos mismos, compuso varias bases sonoras que interpretaba en vivo para diversas compañías de danza. También se trajo un quijongo de Guanacaste pero lo interpretaba como el Birimboa, con una moneda, amplificándolo con una pastilla. “Era un sonido precioso”, rememora.

En las últimas dos décadas, Pepe se integró a los grupos Miriam Jarquín y Blues Latino, Entrecantos, de nuevo Collete, entre otros.

“Yo estoy muy agradecido con muchos percusionistas de las nuevas generaciones porque, a pesar de ser yo tan viejo, nos consideramos amigos. En Facebook tengo cualquier cantidad, en algunos lugares donde estoy llegan a saludarme, a demostrarme cierto cariño y eso es como un reconocimiento. Eso me gusta mucho”.

Músicos celebran trayectoria de medio siglo del percusionista Pepe Chacón

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“Antes de irme la segunda vez a EE.UU., me quebré el dedo del medio, pero no fui al doctor. Todo ese período allá toqué así, por eso se me deformó. Se me regó el líquido entre la unión de los huesos”, recuerda el percusionista. (Foto: Cortesía Álvaro Fernández)

Concierto será el jueves 23 de enero en Jazz Café San Pedro

Celebrar la calidad musical y humana del percusionista Pepe Chacón es la razón que reúne a casi una veintena de músicos, quienes realizarán un concierto en Jazz Café San Pedro este jueves 23 de enero, a partir de las 9 p.m.; la entrada tiene un costo de 5.000 colones

Los grupos participantes son Miriam Jarquín y Blues Latino, Entrecantos, Collete, así como los músicos Álvaro Fernández, Manuel Monestel, María Pretiz, Johnnie Dixon, entre otros invitados.

Según Cheko Dávila, saxofonista y flautista, Pepe “es un músico súper importante, de mucho peso; es el papá de los percusionistas de ahora. Es asombroso, sorpresivo y creativo; tiene mucho sentido musical y del humor, lo transmite cuando interpreta. Es un bello ser humano, con una gran sensibilidad”.


La cantante Miriam Jarquín también manifiesta su admiración por Pepe Chacón. “Nos encanta como toca. Además de que es una gran persona, hace hablar la percusión, y aunque no es un académico —no lee música— no le hace falta. Toca sabroso. Además, hemos tenido en Pepe un amigo; para a mí, es casi como un hermano”.


El cantautor Álvaro Fernández conoció a Pepe desde que estaba en el grupo Los Álamos. “Yo lo admiraba muchísimo. Era una persona accesible, amable, por eso lo invitamos a tocar en mi disco Compadre. Cuando toca, me transmite una gran inmediatez de su espíritu en la música”.


Para José Luis Navarro, guitarrista y compositor de Entrecantos, Pepe Chacón es uno de los mejores percusionistas del país. “Es muy humilde. ¡Te enseña tanto!, parece como enviado de Dios. Ha sido muy importante en la historia musical de todos y es la puerta que dio espacio para que otros músicos fueran percusionistas”.


Los grupos Miriam Jarquín y Blues Latino, Entrecantos, Collete, así como los músicos Álvaro Fernández, Manuel Monestel, María Pretiz, y Johnnie Dixon, entre otros, harán un concierto-homenaje a Pepe Chacón en el Jazz Café San Pedro, este jueves 23, a partir de las 9 p.m.

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