La cultura une los países, y para celebrar los 150 años de relaciones diplomáticas entre Costa Rica y Perú, el Museo de Arte Costarricense ofrece una muestra de 23 pinturas de artistas peruanos
«Puntos de encuentro» es el nombre de esta exposición que no solo deleita con sus formas y colores, sino que brinda la oportunidad de estrechar lazos con el acontecer artístico de Perú.
Para Amalia Chaverri, directora del Museo de Arte Costarricense, la actividad es una valiosa oportunidad para conocer la calidad artística de un país con una tradición cultural como la de Perú, que heredó las tradiciones de los incas. Asimismo, Chaverri resaltó el panorama esperanzador que implica esta exposición, pues en una época de tantos conflictos, el arte se convierte en un espacio para estrechar relaciones.
Los artistas que participan en «Puntos de encuentro», fueron elegidos en una curación. Ramiro Llona, Antonio Máro, Francisco Vílchez, Maribel Chávez, José Tola, Hugo Alegre y Julia Salinas, son siete pintores de diferentes regiones de Perú, con distintas formaciones académicas y de generación. Ellos tienen su propio estilo y a la vez ofrecen una amplia visión del arte contemporáneo de su país.
LA PINTURA RESISTE
Para Carmen González, curadora peruana de esta muestra, lo más importantes es que este grupo de pintores forma parte de «la resistencia». Actualmente en Perú prevalece una tendencia a hacer instalaciones y dejar de lado expresiones artísticas menos efímeras, como la pintura o la escultura, por esa razón se da una lucha por preservar el arte tradicional sobre lienzos. Y los expositores escogidos son precisamente de los pocos que se dedican exclusivamente a la pintura.
ARTE PERSONAL
Las obras reflejan cuestiones personales: su percepción del mundo, sus conflictos, sus frustraciones. Se trata de muestras de arte moderno con un lenguaje influenciado por la raíces culturales, evidentes principalmente en el uso del color.
Ramiro Llona presenta una obra que dibuja al hombre dentro de su hábitat arquitectónico. Su trabajo es abstracto o abstracto-figurativo. José Tola estudia en sus trabajos el interior del hombre, de quien sufrió brutalmente, del hombre roto. Su obra se ubica dentro de la abstracción figurativa.
Antonio Máro se inclina por los paisajes rotos. Su pintura es principalmente abstracta, pero a veces figurativa. Julia Salinas busca en el concepto de ánima gris, interiores tristes. La obra de Vílchez es más bien irónica, erótica y dentro de la tendencia surrealista.
Hugo Alegre, por su parte, le da importancia al hombre frente a la violencia interna, la frustración, la sexualidad reprimida, el hombre que se oculta tras las máscaras sociales, lo cubierto, lo oculto. En su obra se muestra una tendencia a lo figurativo y lo simbólico. Maribel Chávez, la pintora más joven, trabaja lo lúdico, la gestualidad, la obra va fluyendo sin ninguna preparación o planificación, sino espontáneamente.
Para Carmen González esta exposición no deja de ser un reflejo de la relación del artista con la sociedad en la que se encuentra, por eso existen las críticas y las reacciones a las cuestiones sociales.