Personas docentes y estudiantes fueron acreedoras de reconocimientos.
A diferencia de años anteriores, en que la Compañía Nacional de Teatro (CNT) se alzaba con varios premios nacionales de cultura, este año el jurado destacó la producción de grupos, actores, actrices y dramaturgos que desarrollan su quehacer artístico en el ámbito privado.
De las personas galardonadas, tres de ellas son docentes universitarias y se otorgó una mención especial a una estudiante que pronto obtendrá su grado en la Escuela de Artes Dramáticas de la UCR, aunque ya suma experiencia en el escenario.
El jurado que eligió a los premiados lo conformó Jorge Trejos Valverde, representante de la Asociación de Autores de Obras Literarias, Artísticas y Científicas; Flora Marín, delgada del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) y Rodrigo Alberto Solís Jaime, nombrado por el Colegio de Periodistas.
Del ámbito universitario distinguieron a Madeleine Martínez y Fabián Sales, de la Escuela de Artes Dramáticas; y a Miguel Rojas, de la sección de Arte de la Escuela de Estudios Generales. La estudiante María Luisa Garita recibió una mención honorífica. Ella está a punto de concluir el bachillerato en Artes Dramáticas, aunque tiene algunos años en el mundo teatral.
JUVENTUD Y EXPERIENCIA
Los jurados determinaron que Madeleine Martínez merecía el Aquileo J. Echeverría, a la Mejor Actriz de Reparto, porque “logró apoderarse del personaje de manera sostenida y convincente. Su presencia y el manejo de la voz coadyuvan para imprimirle verosimilitud y ritmo a la puesta en escena”. Además, consideraron que la trayectoria de Martínez ameritó el reconocimiento, ya que suma 29 años de vida artística en los teatros costarricenses.
Martínez actuó en la obra Magdalena, un clásico costarricense de Ricardo Fernández Guardia que se estrenó en 1902 en el Teatro Nacional. El montaje del Teatro Universitario (TU), bajo la dirección de María Bonilla, se presentó en mayo del 2009 con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Escuela de Artes Dramáticas.
Según Martínez, el premio en verdad le produjo una verdadera sorpresa, ya que aunque consideró que se hizo una gran labor actoral por parte de todo el elenco, nunca imaginó que recibiría dicha distinción.
Por otra parte, Fabián Sales, docente y director del grupo La Carne Teatro, presentó dos temporadas de su obra Leonardo y la máquina de volar, la segunda en la sede del TU en noviembre del 2009. Por este montaje, Sales fue distinguido con el Aquileo J. Echeverría al Mejor Director, porque según los jurados “su acertada dirección en la cual maneja con gran tino el espacio escénico, el ritmo, la capacidad de fabular y mantener la atención del espectador”.
En dicho espectáculo, creación del dramaturgo mexicano Humberto Robles, Sales también interpretó a Francesco Melzi, aprendiz de Leonardo da Vinci.
La más joven que llamó la atención del jurado fue la estudiante María Luisa Garita, quien abandonó sus estudios en Ciencias Políticas cuando descubrió el fuerte llamado del teatro. Tras varios cursos en la Academia de Teatro Giratablas, audicionó en el 2004 en la Escuela de Artes Dramáticas y su vida tomó un rumbo distinto.
Garita protagonizó la obra Islas de porfiado amor, del dramaturgo chileno Juan Radrigán, y que fue montado en agosto del 2009 por el grupo Bonus Teatro, bajo la dirección de Mabel Marín. Sobre la mención honorífica, Garita expresó su satisfacción porque es una actriz joven. Actualmente, dirige un Taller de Iniciación Teatral para adolescentes, como parte de su Trabajo Comunal Universitario.
La obra de Radrigán se presentó en el Teatro Oscar Fessler, ganó el Concurso Escalante Teatral 2009, certamen de puesta en escena dirigido a grupos de teatro independiente, organizado por el Ministerio de Cultura y Juventud, la Embajada de España, el Taller Nacional de Teatro y el Centro Cultural de España.
DEL AULA A LA ESCENA
El docente Miguel Rojas obtuvo el Aquileo J. Echeverria a la Mejor Obra Publicada, titulada La lámpara encendida, editada bajo el sello Editorial Costa Rica.
En criterio de los jurados, el texto se caracteriza por mostrar “un exquisito tratamiento literario de teatro infantil en cada una de las piezas que conforman esta obra, en la cual, utiliza un lenguaje dramático y asequible a su público objetivo. Además, tiene potencial para la representación y la temática enfatiza en el reforzamiento de los valores”.
Rojas es parte del equipo docente de arte de Estudios Generales y ha publicado libros sobre diversos temas; en teatro infantil suma 10 obras.
“Una de sus preocupaciones ha sido reflexionar sobre lo que debe ser un teatro nacional, uno que identifique a los costarricenses a partir de la dramaturgia propia y de una expresión escénica donde las historias locales trasciendan y reflejen lo universal y viceversa”.
Tanto para Garita como para Martínez, estos premios a universitarios son un reflejo del aporte de la UCR al país, y concretamente desde la academia se puede contribuir mediante la experimentación y abordajes riesgosos, que quizás no pueden hacerse desde las compañías del Estado, afirmó Martínez.
