Voz de Monseñor Romero resuena en el escenario

Luis Fernando Gómez protagonizó a monseñor Romero en la puesta en escena de El martirio del pastor en 1987. (Foto: cortesía Compañía Nacional de

Luis Fernando Gómez protagonizó a monseñor Romero en la puesta en escena de El martirio del pastor en 1987. (Foto: cortesía Compañía Nacional de Teatro)

Asesinado en plena misa durante el ritual de la eucaristía, un lunes 24 de marzo de 1980. Óscar Arnulfo Romero, arzobispo metropolitano de San Salvador de 1977 a 1980, murió luego de una intensa lucha por detener la represión y la violación a los derechos humanos, sufridas durante décadas por el pueblo salvadoreño.

El escritor costarricense Samuel Rovinski (1934-2013), profundamente conmovido por el terrible suceso, escribió el drama histórico El martirio del pastor, montada por la Compañía Nacional de Teatro (CNT) en 1987 y protagonizada por Luis Fernando Gómez.

A un año de la partida de Rovinski, la CNT rinde tributo al escritor y a Romero con el reestreno de la obra, bajo la dirección del mismo Gómez.

“Cuando me pidieron que la dirigiera, me emocioné mucho porque es una obra a la que le tengo un cariño increíble, no solo por el recuerdo del personaje que tuvo mucha resonancia en mi carrera profesional como actor, sino porque me unió de una manera cálida y profunda con Samuel, el autor”, expresó Gómez.

La muerte de Romero fue uno de los detonantes de la guerra civil de El Salvador, protagonizada entre las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, el ejército gubernamental y los escuadrones de la muerte; dejó un saldo de, aproximadamente, 75 000 muertos y desaparecidos entre 1980 y 1992.

HOMENAJE

Gómez explicó que hay tres razones fundamentales para realizar la puesta en escena: en primera instancia, la gente de teatro le debe un homenaje más grande y contundente a Rovinski, que lo ubique en su real dimensión como hombre de teatro y letras.

En segundo lugar, es un drama de una gran factura e importancia en la historia del teatro costarricense; en tercer lugar, la personalidad de Monseñor Romero no puede quedar en el olvido, “hay que rescatarla, revalorizarla. Creo que esta obra lo sitúa como un ser humano profundo, consecuente”, afirmó.

Para Gómez, la obra está parcamente escrita, pues no recarga las tintas en ninguno de los extremos y destaca mucho la figura histórica latinoamericana de Romero. “Incluso en estos días el papa Francisco quitó la prohibición de seguir con su proceso de beatificación”, comentó.

“Desde su asesinato hay todo un movimiento de religiosos que considera que  Monseñor fue un mártir, que murió como un sacerdote comprometido con su pueblo y que merece ser canonizado”, agregó.

El martirio del pastor funde dos planos: uno de documento real y otro de ficción, creado por Rovinski. “Es increíble cómo Samuel pudo, a tan pocos años de la muerte de Monseñor, fundamentar históricamente la obra, porque era un momento terriblemente confuso para tener objetividad y sobre todo un balance histórico”.

Según indicaciones del dramaturgo, el montaje debe incluir imágenes documentales que acompañen la narrativa de la historia. “Sin embargo, no abusaremos del documento, porque prevalece un criterio de síntesis que amalgama los lenguajes, para que no resulte excesivo en ninguno de los planos”.

Con respecto a estos documentos, Gómez explicó que fueron obtenidos del Museo de la Imagen y la Palabra, de San Salvador, institución que ha rescatado la información histórica relacionada con Romero. En nuestro país, la cineasta costarricense Mercedes Ramírez trabaja en la edición de los materiales para el montaje.

Fue enfático al decir que la pieza cumplirá una misión importante, si logra conmover e  interesar a los espectadores. “Si un joven que nunca ha oído hablar de monseñor Romero ve esta obra y se conmueve, estoy seguro de que se va a interesar y lo va a dimensionar. Esa es la esperanza”, apuntó.

EL PASTOR

La conversión que vivió Romero está magistralmente mostrada en la obra, según opina Gómez. El sacerdote, apoyado en un inicio por la oligarquía, fue cambiando su visión conservadora a una práctica comprometida con la justicia social del pueblo.

Andrés Montero protagoniza a Monseñor en esta nueva versión. El actor resaltó que el abordaje del personaje se hizo desde el punto de vista humano, “no tanto concentrados en la temática, que de por sí es muy fuerte, sino en lo vivencial, lo emocional. La amistad con el padre Rutilio Grande y su muerte es el punto de giro que lo hace asumir una posición a favor del pobre y en contra de la injusticia”.

Las homilías las fundamentaron en cuatro grandes temáticas: el consuelo, la denuncia, el reconocimiento de las causas justas y, con ello, la toma de posición política, y la esperanza. “Por eso es que la gente se sentía tan identificada con él”, hizo ver el actor.

Montero considera que se impactará al público mediante el drama humano, “que no está tan despegado de nuestra realidad porque, por ejemplo, el Papa actual está levantando roncha en mucha gente por una clara identificación con los pobres”.

A la vez, reflexionó que tiene resonancia en nuestro país por la polarización social que se está dando, “y que peligrosamente degenera en problemas sociales, en el desmantelamiento de la calidad de vida de la gente”.

En su opinión, en este país las fuerzas económicas y políticas son muy poderosas,  mantienen privilegios, mantienen al país tomado y chantajeado. “Es triste, pero es rico también vivir la oportunidad de generar cambio a través de esta reflexión”, acotó.


Beatificación de Romero diluirá su voz

Carlos Bonilla, pastor luterano y seguidor de Óscar Arnulfo Romero, se manifestó en contra de su beatificación, proceso reactivado en estos meses por el papa Francisco.

“Con esta santificación me dolería que se convierta a Romero en objeto de culto, con medallitas y estampas. Monseñor no ha sido olvidado por los cristianos más progresistas, que siguen reivindicando esa figura profética y subversiva en el buen sentido. Al beatificarlo, va a ser un santo más de la Iglesia y va a ser institucionalizado. Para las grandes mayorías católicas, es más fácil rezar las oraciones que van a poner en sus estampas que leer sus discursos. Al santificarlo se diluirá su mensaje, en vez de potenciarlo.

En Costa Rica aún hay cristianos dentro de la Iglesia católica que siguen la línea de la opción por los pobres, pero se ha reducido. Ya no existen aquellos grandes movimientos como en Chacarita o en el Atlántico con monseñor Coto, en donde el pueblo era consciente y estaba más conectado con la realidad. Pienso que los 25 años del papado de Juan Pablo II arrasaron con las corrientes más liberadoras, y este país no es la excepción: nuestro catolicismo se ha hecho más conservador, a excepción de sectores vinculados con la Universidad Bíblica, la Iglesia luterana y episcopal, que le han dado continuidad a la lucha por los derechos humanos”, externó.


Hombre de letras y compromiso

Samuel Rovinski nació en San José en 1934. Fue autor de una extensa obra teatral y narrativa. Ingeniero civil de profesión, se dedicó por entero a su labor literaria durante muchos años.

Ejerció la docencia universitaria y desempeñó importantes cargos oficiales, como la subgerencia del Sistema Nacional de Radio y Televisión de Costa Rica, la dirección del Instituto Centroamericano de Educación Audiovisual y del Teatro Nacional.

Su trabajo fue reconocido y galardonado con el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en las ramas de teatro, cuento y novela. Sus obras de teatro han sido representadas en numerosas ocasiones, tanto en Costa Rica como en el exterior.

Entre sus títulos principales están Gobierno de alcoba (1967), El laberinto (1969), Las fisgonas de Paso Ancho (1971), Un modelo para Rosaura (1974), El martirio del pastor (1982), Gulliver dormido (1985), entre otras. No menos rica es su obra narrativa, con títulos como La hora de los vencidos (1963), La pagoda (1968), Ceremonia de casta (1976), Cuentos judíos de mi tierra (1982), Herencia de sombras (1993), El dulce sabor de la venganza (2000). Su obra se ha traducido al inglés, al francés, al alemán y está recogida en importantes antologías. Falleció el 31 de agosto del 2013.


Ficha teatral

Dirección general y puesta en escena: Luis Fernando Gómez.

Diseño de escenografía y utilería: Pilar Quirós.

Diseño de luces y vestuario: Consultores Arándano S.A.

Diseño y realización de video y escena: Mercedes Ramírez.

Asesoría de vestuario: Milo Junco.

Música original: Carlos Escalante.


Para no olvidar

Qué: Obra El martirio del pastor, de Samuel Rovinski.

Dónde: Teatro de La Aduana.

Cuándo: Del 17 de setiembre al 26 de octubre.

Hora: De jueves a sábado 8 p.m.; domingos doble función: 3 p.m. y 6 p.m.

Entrada: General ¢4000, estudiantes y ciudadanos de oro ¢2000

Reservaciones: Tel. 2257-8305.


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