Superado el enigma de China, Costa Rica vela armas para su contienda con Turquía el 9 de junio.
El maestro y el discípulo se saludan después del partido en que la Tricolor venció a China.
El difícil primer paso en la Copa del Mundo de Fútbol ya se dio: el equipo de Alexandre Guimaraes jugó en forma poco vistosa pero efectiva con el fin de vencer al equipo enigmático de China, del cual se creía que Velibor «Bora» Milutinovic le imprimiría una magia peculiar.
Todos los técnicos que dirigen equipos en este Mundial han manifestado que es muy importante ganar el primer partido; no importa si no se juega bien, pero perderlo es fatal, ya que es difícil recuperar el esfuerzo colectivo.
Por eso ratificamos que la victoria de 2 x 0 frente a China es gratificante y esperanzadora.
Existen elementos que edificaron la victoria nacional frente a China: equilibrio entre la zaga, el mediocampo y la delantera; juego a base de conjunto pero con individualidades que marcaron diferencia como Ronald Gómez, Walter Centeno y Mauricio Wright; paciencia para esperar el momento de atacar; cuidado excesivo de la pelota para que el rival no pudiera jugar.
Además, la Selección supo en el segundo tiempo que tenía la fuerza suficiente para derrotar a un rival que nunca quiso entregarse para lograr una victoria, como sí lo hizo Costa Rica. Nuestra Selección jugó en el primer tiempo con la sapiencia de que el partido se debe ganar hasta el último segundo y no demostrarle a China todo lo que tenía.
En el complemento sacó su potencial y se decidió por una victoria que debió contabilizarse en más goles.Hubo momentos determinantes en el juego: por un lado el análisis de Guimaraes previo a la contienda para preparar un esquema táctico que funcionara con calidad; segundo, que la elección de los jugadores fuera la mejor; tercero, que la aplicación de esta idea táctica otorgara réditos; cuarto, que hubiera concentración; y por último que cuando se determinó ir por la victoria lo hizo todo el conjunto.
Todos los entrenadores del mundo explican que es vital tener una columna vertebral encargada de llevar al resto de los jugadores por el camino correcto, pues aunque haya una idea predeterminada, en la cancha la acción recaen en los jugadores y el técnico no es mucho lo que puede hacer.
Este concepto lo encontramos en las figuras de Erick Lonnis, un capitán que de verdad dirige; Mauricio Wright, todo un comandante en la defensa, con criterio para anticipar y con la obligación de iniciar la primera acción de ataque del equipo; Walter Centeno con su manejo de balón, un hombre seguro de su capacidad (como dicen los mismos jugadores: -«En la cancha se agranda y se la cree»; y por último el gran Ronald Gómez que opacó al mismo Wanchope , que se dedicó a labores más de obrero.
Estos factores fueron determinantes para la victoria de la tricolor.
VIENE TURQUIA
La pregunta ahora es: ¿Qué puede hacer Costa Rica frente a Turquía? La respuesta no es fácil, pues afortunadamente nadie se atreve a lanzar un pronóstico con un equipo que acaba de ganar su primer partido y otro que lo preceden buenos resultados en su eliminatoria y un juego de calidad frente a Brasil, cotejo que no debió perder.
Turquía no es China, por eso es claro que la Selección debe sobrepasar la lentitud típica de nuestro fútbol. Costa Rica tendrá que ser muy seria en su juego táctico y tener una disciplina y concentración durante todo el partido.
A Guimaraes le toca planificar el partido analizando cada detalle de su equipo y del rival, elegir un primer camino para los primeros minutos y luego tener una respuesta posible a cada situación que se pueda presentar, ya que a veces el juego obliga a cambiar la circunstancia de juego.
Los turcos saben que este juego es determinante, pero podrían jugar con la idea de que un empate no es malo y jugarse todo en el juego final que enfrentarán con los chinos. Aquí intentarían golearlos para clasificar, suponiendo que Brasil le gane a Costa Rica en la última fecha del grupo C en esta primera fase.
Pero Guimaraes y su cuerpo técnico no pueden arriesgarse a un empate, aunque en determinado momento podrían elegir este camino con tal de no correr riesgos que anticipen a una derrota, la que sería fatal.
Como vemos, no es fácil elegir el planteamiento, ni tomar una decisión a la ligera. Son horas de análisis y reflexiones que puedan conducir a una clasificación que sería maravillosa. Pero sea lo que sea no nos olvidemos de celebrar, pues hemos sido parte de una gran fiesta y ya somos privilegiados de estar en esta Copa.
El fútbol seguirá siendo un juego, tan solo eso, un juego.