La primera fase de la Copa Oro 2015 ha estado muy lejos de ser el resultado soñado para la Selección Nacional de Costa Rica, pues dos empates ante oponentes como Jamaica y El Salvador −equipos en teoría más flojos que el nuestro− habían dejado, al cierre de esta edición (lunes 13), a los aficionados en absoluto disgusto y temiéndose otro descenso pronunciado en el ranquin de la FIFA, como el último del jueves 9 de julio. En un solo mes, la “Sele” pasó de la posición 14 a la 41, cayendo 27 lugares y perdiendo 361 puntos en el escalafón. Con esto, la escuadra nacional fue una de las de mayor descenso de puestos, después de Sierra Leona y República Centroafricana, y de las que más puntos perdió después de Alemania.
Esta caída era inevitable, pues los puntos obtenidos por el Mundial iban a depreciarse a la mitad y el promedio iba a caer, máxime después de perder los fogueos del 2015 frente a Colombia, España y México. Estos resultados han desatado la molestia de la afición con la dirección técnica de Paulo César Wanchope.
Pero quizás lo más preocupante es que la Selección cada vez será más exigida, tras su papel en el Mundial Brasil 2014. Por eso, una de las cosas que más molesta a la afición nacional es esta sensación de incompetencia del equipo, no solo para plasmar sus credenciales en el marcador −que es donde más importa−, sino también en la cancha. Hasta ahora, lo que se ha visto ante jamaiquinos y salvadoreños son partidos que remiten a aquellas épocas aciagas, cuando la “Sele” no jugaba a nada.
Contra los caribeños se empezó encimándolo; sin embargo, los jamaiquinos con poco tomaron ventaja y desde temprano pusieron a los ticos contra las cuerdas. Aun así, se le sacó provecho a 15 minutos buenos y se pudo volcar el juego. Luego, la misma intermitencia defensiva mostrada antes de Brasil 2014, propició un gol de camerino de unos caribeños que mejoraron bastante desde aquella Copa América memorable para ellos, a pesar de quedar en el último lugar del torneo con tres derrotas, donde hicieron a Uruguay, Paraguay y Argentina contentarse con triunfos raquíticos 1-0, cuando sus respectivas aficiones soñaban con festines de goles en cada partido ante los “Reggae Boyz”. Y ahora, gracias a este empate y al triunfo 1-0 sobre Canadá, lideran el grupo B contra todo pronóstico.
Ante los salvadoreños, Costa Rica jugó un partido igual de lamentable de principio a fin. Marcaciones erráticas, pases deficientes, puntería horrible y pérdidas fáciles de balón, fue el saldo que se vio sobre todo en la primera parte. Sin embargo, el gol de Bryan Ruiz le salvó la tanda a la “Sele” y la hizo ver un poco mejor, hasta que los salvadoreños empataron cerca del final.
De las caras nuevas, Esteban Alvarado es el que está sacando la nota más alta. Hasta ahora se está viendo un Alvarado muy lejos de aquel “cazador de mariposas” que fue en Omán y ahora se nota mucho más seguro y aplomado. En los goles recibidos tiene poca o nula responsabilidad y ha salvado a la Selección de varios más. Por su parte, Johan Venegas, Elías Aguilar y Deyver Vega, pese a su esfuerzo por emular el nivel mostrado en el país, tienen propuestas muy crudas para el escenario internacional.
La línea defensiva es el mayor problema nacional hasta el momento, con hombres como Junior Díaz y Roy Miller que cometen varios errores de bulto, de donde se derivaron goles de los oponentes, aunque Miller tiene a su favor haber sido también artífice del empate momentáneo 1-1 frente a los caribeños. No obstante, jugadores como Cristian Gamboa y Giancarlo González suelen ser los salvadores en la retaguardia y mostrarse seguros. Igualmente, el reemplazo de Díaz por Francisco Calvo mejoró el costado izquierdo que tanto dolor de cabeza proporcionaba.
En la línea de mediocampo, Celso Borges y Bryan Ruiz son de los más esforzados, pero hasta ahora su esfuerzo se ha visto por cuentagotas, ya que Ruiz apareció ante los salvadoreños para poner la ventaja, pero Borges ha tenido varias oportunidades desperdiciadas. José Miguel Cubero no ha tenido participaciones tan solventes como las vistas durante el Mundial, pero tampoco se ha visto envuelto en errores garrafales.
Adelante, Joel Campbell, Álvaro Saborío y David Ramírez muestran sus condiciones, si bien es cierto que los aportes de Campbell han sido más por creación de juego que por definición en el torneo.
Para el martes 14, la Selección enfrentaría a Canadá, en teoría el equipo más débil del grupo B, con base en el escalafón de la FIFA (103 frente al 76 de Jamaica y al 88 de El Salvador), y con solo un punto frente a 2 de los dos equipos centroamericanos y 4 de los caribeños.
No obstante, los canadienses tienen en su historial complicar a la Selección Nacional, y más en Copas Oro, donde los ticos todavía esperan derrotarlos por primera vez, ya que en los dos juegos previos el balance les sonrió a los norteamericanos, con un empate a 2 en el 2000 y un triunfo 1-0 en el 2003. Para este juego, las posibilidades nacionales de llegar a la segunda ronda dependen por entero de un triunfo.
Este partido representa la última oportunidad en la Copa Oro, para que los dirigidos por Wanchope se laven la cara o, bien, para terminar de consumar una de las peores vergüenzas jamás vistas en el máximo torneo de CONCACAF.
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