Medallista de plata Panamericano, presea de oro en Juegos Centroamericanos Estudiantiles -donde doblegó a los favoritos de El Salvador y Panamá-, primer lugar el domingo anterior en la categoría menos de 73 kilogramos -como parte del festival de taekwon-do celebrado en el Gimnasio Nacional-, el joven Diómedes Santillán sueña con ganar una medalla olímpica y un título en campeonato mundial.

“La verdad es que tengo varias metas, como la de llegar un día a una olimpiada o traer una medalla mundialista; esto en la parte deportiva, pero también es cierto que quiero convertirme en un chef profesional y espero tener la oportunidad de cumplirlo”, dijo a UNIVERSIDAD este joven atleta triunfador de solo 17 años, que también gusta recrearse practicando el voleibol y el fútbol.

El taekwon-do es una versión de combate sin armas, diseñado para la defensa personal, que implica además una manera de pensar y vivir inculcando a quienes lo practican especialmente el espíritu de la autodisciplina y los ideales de una moralidad noble.

Rónald Solano Loaiza, cinturón negro 5to dan, con licencia A, educador físico y director de la Escuela de Taekwondo Bhan Seok de Costa Rica, es el actual entrenador y mentor de Santillán y recuerda los primeros pasos del joven deportista.
“A Diómedes desde pequeño lo atrajeron las artes marciales, se acercó a la Academia de siete años con el apoyo de sus padres y rápido mostró su talento y poder en esta difícil disciplina”.
En categoría infantil y juvenil arrasó durante siete años ganando títulos en su categoría y después pasó a campeonatos nacionales donde ha obtenido tres primeros lugares, detalló su técnico.
Le preguntamos a Solano las características de esta disciplina y nos reseña que literalmente “taek” significa saltar o volar, pegar o golpear con el pie, “won”, pegar o destruir con el puño y “do” es el arte o la manera de ser.
El cinturón negro nos habla de la filosofía del taekwondo, que personalmente aplica en su academia, de la que Santillán es alumno distinguido, resumida en ideales como: “seguir adelante aun cuando sea muy duro y hacer todo aquello que vale la pena aún cuando sea difícil.
Ser suave con los débiles y duro con los fuertes. Ser profesor con deseos de enseñar no importa raza, religión o ideología. Enseñar actitud y habilidad mediante la acción y no mediante palabras”.
Diómedes recuerda que poner en práctica esta filosofía en sus combates, le permitió tener el honor de convertirse en el mejor competidor de la temporada 2009 y recibir la distinción de parte del Embajador de Corea en el país.
“La experiencia de ganar una medalla no se puede comparar con nada;   conforme competía y triunfaba este deporte me fue moldeando la vida y me formó tanto física como espiritualmente. He hallado una paz interna que me permite una visión distinta de las cosas, me ofrece protección ante la violencia y me aparta de las drogas”, agrega el deportista.

DURO COMBATE

Diómedes vive un mes de marzo bien ajetreado, pues participó en eliminatorias olímpicas juveniles, compitió en el Mundial celebrado en México el fin de semana anterior en el festival y ahora se entrena para los Centroamericanos en Panamá.
“Mi especialidad es el combate, pero para ser un taekwondista completo y aspirar al cinturón negro, tengo que dominar los otros estilos, las posturas y las formas elementales de este deporte.
Las posturas básicas son la cerrada con los pies juntos y paralelos, la paralela, con los pies paralelos, abiertos una espalda y los dedos del pie hacia delante, la postura caminante que es fuerte hacia adelante y hacia atrás, la postura en L “ele”, que es de uso principal para la defensa, con el pie de adelante siempre listo para patear; la postura fija que es buena para defensa y ataque de lado y la postura sentada, que es la adecuada para el movimiento lateral”, explicó el campeón.
“Solo un entrenamiento constante da la base física y mental para un buen taekwondista, muchas horas de práctica para mejorar técnicas de ataque y defensa, disciplina para sumar lo básico: equilibrio, precisión, concentración, coordinación y resistencia”, añadió Solano, quien con Santillana y sus otros alumnos enseña las formas elementales de esta disciplina.
“Las formas iniciales son los ‘kichos’, formados por movimientos básicos sencillos en defensa, alta y baja; exterior e interior; golpes básicos y posiciones laterales y de frente.
Siguen formas más avanzadas como los “palgwes”, “taeguks” y “poomses”, que enseñan a realizar combates contra varios oponentes, bloqueos, patadas, que se deben realizar con gran fuerza, ya que esto asegurará al taekwondista a obtener la victoria”, explica el entrenador.

FALTA LO GRANDE

Diómedes es un nombre que viene de la mitología griega, tema que atrapa el interés de este excepcional deportista, seguidor en fútbol de la selección de Italia y de los clubes Manchester United y Real Madrid.
“Me encanta leer de mitología griega; mi película favorita es Troya; no me interesa la política; me gusta el cine e incluso”  -dice sonriendo- “ya me considero actor, porque he salido en pautas publicitarias en televisión promoviendo mi academia de taekwondo”.
“Estoy decidido a ser cinta negra, ganar medalla en Panamá y después ir por lo grande: olimpiadas y mundial. Este deporte me ha disciplinado y su filosofía me enseña a tener metas altas que se pueden alcanzar con sacrificio. He ganado mucho a nivel nacional; es fuerte competir internacionalmente. Ya lo he sentido; he perdido combates,  pero mi entrenador me ha fogueado en Cuba, y Panamá, a la espera de nuevos y grandes desafíos”, manifestó el juvenil deportista, quien opina que una academia de taekwondo comercial busca lo básico y lo recreativo, pero las que son para competir, buscan enseñar formas de combate que eleven el rendimiento deportivo.

Panamericanista

Nombre: Diómedes Santillán Marín.
Nació: San José, 8 de febrero de 1993.
Padres: Isabel y Mainor.
Hermanas: Hebe y Selene.
Estudia: C.I.E. (Centro de Innovación Educativa).
Tiempo libre: playa, gimnasio, cine.
Periódicos: artículos de taekwondo, escasos en Costa Rica.
Literatura: mitología griega.
Un actor: Bruce Lee.
Una emoción: la primera medalla a los 7 años.
Lo mejor: la medalla panamericana.
Un sueño: ser campeón del mundo.