Por la calidad de sus lanzadores los Filis son candidatos a ganar la Serie Mundial.
Si algo quedó demostrado en los juegos de las series divisionales, para sacar a los dos equipos finalistas para disputar los títulos de la Liga Nacional y la Liga Americana en el béisbol de las Grandes Ligas de Estados Unidos, es que en el deporte rey, el lanzamiento (pitcheo) es fundamental.
Una novena sin lanzadores de calidad, por más poder que tenga en el bate, es probable que se quede en el camino.
Eso, le sucedió precisamente a los Rojos de Cincinnati, Bravos de Atlanta, Mellizos de Minnesota y Rays de Tampa, víctimas todos del pitcheo espectacular de los monstruos que desde sus respectivas lomitas, van a amenizar las finales de Liga en ruta al Clásico de Otoño, la Serie Mundial.
Los Filis de Filadelfia despacharon a los Bravos y se enfrentan en una serie de siete partidos, el que gane cuatro triunfa, a los Gigantes de San Francisco. Estos dieron cuenta de la “Máquina roja” de Cincinnati.
En la Liga Americana, los Bombarderos del Bronx, los “Asesinos de Octubre” como también los llaman, los poderosos Yanquis de Nueva York, barrieron a los Mellizos en tres partidos y se las ven con los Vigilantes de Texas, equipo que en dramática serie eliminó a las Rayas de Tampa.
De los cuatro equipos que esta semana disputan el pasaporte a la Serie Mundial, que se inicia el miércoles 27 de octubre, sin duda que son los Filis de Filadelfia los que cuentan con el mejor trío de serpentineros abridores.
La famosa fórmula del agua, el H20 se puso de moda en Filadelfia, porque así califican a su potente rol de lanzadores: Roy Haladay, Roy Oswalt y Cole Hamels, con alusión a la inicial de sus respectivos apellidos.
Los discípulos de Charlie Manuel son el único equipo de los cuatro en competencia con tres lanzadores estelares, para que abran los tres primeros juegos de la Serie.
Este lujo no lo tienen ni por asomo los Yanquis, que suman un lanzador estelar, el zurdo C.C.Sabathia, pero Andy Pettitte y Phil Hughes, a pesar de su exitosa temporada, no suman los pergaminos de Oswalt y Hames, en este año específico.
Desde luego que Pettitte es un pitcher de sangre, con un récord impresionante en postemporada; es el lanzador activo con más victorias después de la temporada regular, pero su calidad y promedios son menores que los de Oswalt, un lanzador que jugó toda su carrera con los Astros de Houston y fue adquirido por Filadelfia, precisamente para fortalecer la nómina en la parte final de la campaña.
Entre Hughes y Hamels hay marcada diferencia; el yanqui es un novato prometedor: ganó 18 juegos en temporada, el de Filadelfia solo 12; pero, Cole es un lanzador consolidado, fue candidato al Cy Young en 2009, lanzó en la Serie Mundial pasada que su equipo perdió precisamente con los Yanquis y que los analistas del béisbol consideran que se va a repetir este otoño.
MONSTRUO EN TEXAS
Los otros dos equipos en lisa, igual están por debajo de los Filis en su rol de serpentineros abridores.
Claro, los Vigilantes de Texas cuentan con un fenómeno de nombre Clif Lee: sus números de postemporada son impresionantes, más propios de un robot que de un ser humano.
El zurdito, que al igual que Sabathia jugó para los Indios de Cleveland en la temporada 2007, en siete salidas de postemporada suma un récord de 6-0; efectividad de 1.44; promedio de los contrarios de apenas .185 y nueve ponches por cada base por bolas.
En cinco de esas salidas, ha lanzado al menos siete entradas sin otorgar boletos gratos y solo el inmortal Greg Maddux con los Bravos, tiene tantas salidas como esas en la historia de la postemporada.
Lee suma cuatro salidas en las que ha ponchado a 10 bateadores rivales sin otorgar boletos; solo otros cuatro lanzadores en la historia de la postemporada tienen al menos una salida como esa, pero ninguno tiene más de una, excepto Cliff.
El pasado martes 12 de octubre, Lee se convirtió en el primer lanzador en la historia en ponchar 11 bateadores en un juego decisivo de postemporada. Esa noche, Texas eliminó a Tampa en el juego número cinco y en toda la serie de cinco juegos, el zurdito de los Vigilantes estableció un récord en series de postemporada con 21 ponches sin dar boletos.
Lee tiene marca de 6-4 con efectividad de 4.42 de por vida ante los Yanquis, pero los dominó totalmente en el juego uno de la Serie Mundial del año pasado y lanzó otra joya ante ellos, el 12 de setiembre pasado en Texas.
Pero, siempre hay un pero: las malas noticias para los fanáticos de Texas y por consiguiente, buenas noticias para los millones de fans de los Yanquis, es que Cliff Lee, por tener que lanzar ese juego cinco ante Tampa, enfrentaría a los Bombarderos del Bronx hasta el juego tres de la serie, que fue el pasado lunes.
Depende de los resultados de los cuatro primeros juegos entre Nueva York y Texas, de ser necesario el juego siete, de nuevo Lee estaría en la lomita para medir a los pupilos de Joe Girardi.
Si Texas hubiera barrido a Tampa (le ganaba la serie 2-0, pero se dejó empatar 2-2) y no hubiese sido necesario el juego cinco, Lee hubiese abierto contra los Yanquis, en otro duelo con su amigo de Cleveland, Sabathia.
Ese honor le tocó al segundo lanzador de Texas, C.J. Wilson, otro zurdo que ganó 15 partidos en campaña regular y lanzó una joyita de encuentro contra Tampa, el segundo de la serie.
Igual, si comparamos el cuerpo de abridores de Filadelfia con el de Texas, ganan los Filis por apaleada, porque después de Lee y Wilson, casi nada de nada.
LOS GIGANTES
El cuarto equipo que va a la final de Liga son los Gigantes de San Francisco, rivales de los Filis de Filadelfia.
La novena de la bahía cuenta con otro lanzador fuera de serie, el mechudo Tim Lincecum, nada más y nada menos que ganador del Cy Young en las dos últimas temporadas.
Otro monstruo de la loma, que tendrá un duelo sensacional con Haladay de los Filis, un pitcher que lanzó un juego perfecto en la temporada y otro sin hits, ni carreras en la postemporada ante los Rojos (¡Qué barbaridad!).
Los analistas consideran a Roy Haladay el mejor pitcher del momento; en segundo lugar, están empatados Lee y Lincecum. Sabathia tendría un cuarto puesto. Todos estarán en la ruta a la Serie Mundial.
Los pitchers dos y tres de San Francisco son de muy buena calidad: Matt Cain y Jonathán Sánchez, pero tampoco le llegan a la clase de la tripleta de Filadelfia.
Ahora, está la otra cara de la moneda; los bateadores. ¿Será posible que los bombarderos, los jonroneros, bateadores de poder excepcionales que estarán en los diamantes, rompan con la hegemonía de los lanzadores?
Tienen la palabra en su poder los yanquistas Alex Rodríguez, Mark Texeira, Robinson Cano; los texanos, Josh Hamilton, Ian Kinsler, Nelson Cruz; los bates de los Filis, Ryan Howard, Chase Utley, Jason Perth; y los gigantes Autrey Huff, Cody Ross y Búster Posey.
Si el béisbol es pitcheo, los Filis serán los campeones mundiales.