El Magón cuenta su historia de futbolista

Ahí se formó una selección de todos los jugadores del barrio, por lo que necesitaban un uniforme.  Por eso, los chicos fueron

Todo empezó en “la canchilla”  del Barrio Aranjuez, cuando Felo García, con cinco años de edad iba a mejenguear a los potreros cercanos a la Escuela México, duelos interminables entre las barras rivales de Otoya, La Estrella y California.

Ahí se formó una selección de todos los jugadores del barrio, por lo que necesitaban un uniforme.  Por eso, los chicos fueron a la tienda de don Ricardo Saprissa. Cada camisa valía 60 céntimos y no había plata. Entonces se les ocurrió rifar una plancha y aquello se hizo costumbre. Siempre rifaban una plancha y nadie se la sacaba; de esta forma se compraron los uniformes.

Se organizó una liga de barrios y Aranjuez jugaba contra Escazú. Como ya era un evento más relevante, el dueño de Mermeladas Ujarraz patrocinó al equipo de Felo.
Al partido Escazú-Aranjuez asistió don Ricardo Saprissa: vio al flaco delantero y lo invitó a jugar con Saprissa; pero antes, debía cumplir con el ritual de una cita en las oficinas del Orión al frente de Uribe y Pagés.

El goleador de Aranjuez empezó a entrenar al lado de Catato Cordero en los infantiles del Saprissa, mientras lo expulsaban de Escuela Buenaventura Corrales porque se “agarró” con un profesor. Terminó la primaria en la Escuela México, apadrinado por doña Irma Morales.

Ahí se formó una selección de todos los jugadores del barrio, por lo que necesitaban un uniforme.  Por eso, los chicos fueron a la tienda de don Ricardo Saprissa. Cada camisa valía 60 céntimos y no había plata. Entonces se les ocurrió rifar una plancha y aquello se hizo costumbre. Siempre rifaban una plancha y nadie se la sacaba; de esta forma se compraron los uniformes.

Se organizó una liga de barrios y Aranjuez jugaba contra Escazú. Como ya era un evento más relevante, el dueño de Mermeladas Ujarraz patrocinó al equipo de Felo.
Al partido Escazú-Aranjuez asistió don Ricardo Saprissa: vio al flaco delantero y lo invitó a jugar con Saprissa; pero antes, debía cumplir con el ritual de una cita en las oficinas del Orión al frente de Uribe y Pagés.

El goleador de Aranjuez empezó a entrenar al lado de Catato Cordero en los infantiles del Saprissa, mientras lo expulsaban de Escuela Buenaventura Corrales porque se “agarró” con un profesor. Terminó la primaria en la Escuela México, apadrinado por doña Irma Morales.

Después, pasó al Colegio Seminario y ahí se lo tragó otra de sus pasiones deportivas: el baloncesto. Se dedicó al básquet al lado de estrellas como Jorge Armijo, Guido Arroyo, Óscar Cabada y otros por casi tres años, hasta que se montó un partido de fútbol entre La Libertad y Tibás y los tibaseños le pidieron a Felo que los reforzara: ganó Tibás 4-0 y… ¿quién hizo los cuatro goles?: Felo García.

De inmediato los dirigentes libertos Pedro Quirce y Manolo Amador lo convencieron de que jugara con ellos; ya venía la tradicional Copa Turcios donde Libertad enfrentaba al Alajuelense. Con solo 15 años de edad, Felo debutaba en la primera división al lado de consagrados como Tazo Jiménez, Chale Silva, Varelón, Garita, Pipa Cordero y se enfrentaba en ese primer partido al fenomenal portero manudo, Carlos Alvarado.

Los padres salesianos organizaban el evento e invitaron de Venezuela al padre Heraclios “Pipa” Cordero, quien había jugado profesionalmente en Venezuela y quería saludarlo. El sacerdote fue al partido en el cual Felo se lució.  Por esta razón, el padre Heraclios lo engolosinó para que terminara estudios secundarios en Caracas y jugara con La Salle.
Así, con el permiso de sus padres, García se fue para Venezuela con 15 años a un país donde ya jugaba otro costarricense famoso: el Zorro Campos.

Felo estuvo poco tiempo en Venezuela porque en su cabeza anidaba la idea de estudiar arquitectura en un país bien distante de Costa Rica.

El Presidente de La República, Teodoro Picado trabajaba en eso, procurando una beca para el excelente deportista, también inclinado al arte.

De regreso al país, Felo se integró a La Libertad y fue campeón en 1946 y además, ganó el título de máximo goleador junto a Fernando Solano. Con los libertos realizó una exitosa gira por Cuba, donde recibió la enorme noticia de que le habían concedido la beca y se fue para Inglaterra.

Ahí pretendió enterrar el fútbol y se dedicó solamente a estudiar, ya que la carrera de arquitectura era sumamente difícil.

LO ROMPIÓ LA GUERRA

Apenas con un año de estar en Europa, estalló en Costa Rica la revolución del 48 y los sucesos políticos en el país acabaron con la beca de García. Se cortó la ayuda económica y Felo dejó todo tirado. Con los pocos dólares que disponía apenas le alcanzaba para pagar un boleto de ida a Cuba. Sin embargo, el avión tuvo averías, se detuvo en Lisboa y ahí el tico gastó sus últimas monedas.

Llegó a Cuba con un dólar y lo gastó en el autobús que lo llevó cerca del Hotel San Luis, cerca del malecón, donde García se había hospedado con La Libertad.

En la recepción del hotel pidió que le guardaran su equipaje y se fue a buscar las sedes de los clubes de fútbol que enfrentaron a La Libertad: Centro Gallego, Fortuna y Asturias.
Pegó con la sede del Fortuna y entró; en el primer piso los cubanos jugaban dominó; preguntó por las oficinas del fútbol y le indicaron la segunda planta. Felo subía distraído las gradas y chocó con otro hombre. ¿Saben quién era? El Zorro Campos, su compañero en Venezuela.  Por si fuera poco, el Zorro, quien jugaba profesionalmente en Cuba, le dijo a Felo que le tenía otra sorpresa. En ese segundo piso estaba Alfredo “Enano” García, hermano mayor de Felo y también futbolista profesional que jugaba en La Habana, ciudad cuyo fútbol estaba inundado de costarricenses: Macho Madrigal, Pardón García y Pipa Cordero.

Felo firmó con Real Iberia; le adelantaron $500; al año siguiente jugó con Centro Gallego y después regresó a Costa Rica.

ÉPOCA DORADA

Se programó una triangular entre el Deportivo Cali de Colombia, Herediano y Orión, Felo reforzó a los florenses y jugó excepcionalmente, como siempre. Entonces los suramericanos se lo llevaron como refuerzo al resto de su gira por Centroamérica junto a Licho Alpízar y el Renco Ovares.

Esa gira le valió un contrato con el América de Cali; jugó dos años y medio en Colombia y cuando tenía 25 años regresó a Costa Rica donde lo pretendieron Alajuelense y Saprissa, aunque Cartaginés quiso ficharlo por sentimientos (Felo nació en Paraíso).

Entonces Felo pidió ¢1.000 por mes para fichar pero solamente le ofrecían  ¢700. García no aceptó hasta que Alejo Aguilar le dijo a don Ricardo Saprissa que él ponía los ¢300 que faltaban y así Felo firmó un año con los morados, convirtiéndose quizá en el primer futbolista profesional de Costa Rica.

“Desde el primer partido con el Saprissa me sentí extraño. Nadie me pasaba la pelota, estaba frente al marco y ningún compañero me la daba; ni Marvin, ni Murillito.
Después ellos mismos me dijeron que estaban disgustados porque yo ganaba mucha plata y ellos no”, narró García.

Por esos días reforzó al Orión en su victoria memorable contra San Lorenzo de Almagro 4-1 y después al Herediano que derrotó a la U de Chile 3-1.

“En este juego formamos una delantera inolvidable con Ibo Arias, Mario Murillo, yo, Alvarito Murillo y Chano Campos y volvimos loco a uno de los mejores porteros del mundo, el Sapo Livingston”, recuerda Felo.

“Como no me acomodé en el Saprissa, el Herediano buscó ficharme y entonces los hermanos Negro y Macho Esquivel, se fueron a recoger los ¢1000 de mi ficha con un tarro a la salida de misa. El padre Mata se puso furioso y los echó del templo. Entonces los dos jugadores del Herediano le respondieron que si no los dejaba recaudar, el club no ayudaría a la iglesia”, agregó riéndose el premiado recientemente con el Magón.

“Jugué con Herediano hasta el 54, ya venía ascendiendo Danilo Montero, me regresé a Inglaterra a terminar los estudios; ahí jugué tres años con el Hendon en la primera división profesional y terminé mi carrera en 1962 con Herediano, cuando una lesión en la rodilla me alejó del fútbol”, concluyó el futbolista artista.

Arquitecto, pintor, maestro, educador, deportista, digamos que el Magón no quedó en buenas manos, quedó en buenas piernas.

Rafael “Felo” García, primero a la izquierda, de cuclillas, de 15 años, en su primer partido de primera división con La Libertad, contra Alajuelense en la Copa Turcios.

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