La selección Sub 17 de fútbol de Costa Rica se quedó en cuartos de final del Mundial de Chile 2015, al perder el pasado 2 de noviembre contra Bélgica 1-0; sin embargo, su calidad sembró esperanzas en el fútbol costarricense, de cara a los futuros campeonatos internacionales en divisiones mayores.
El carácter histórico de esta participación no viene de llegar hasta la ronda de los mejores ocho equipos, puesto que esta instancia ya la habían alcanzado en las citas del 2001, 2003 y 2005; lo que le da la historicidad a esta ocasión radica en que por primera vez se consiguió superar un partido de muerte súbita en esta especialidad mundialista.
En las tres ocasiones anteriores, los cuartos de final eran la segunda ronda, debido a que solo competían 16 selecciones subdivididas en cuatro grupos de cuatro, y los dos primeros de cada grupo avanzaban directo a los cuartos. Sin embargo, desde el 2007 se amplió la cantidad de competidores a 24 concursantes subdivididos en seis grupos de cuatro y la ronda de muertes súbitas arranca en los octavos de final, con los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros.
No todo fue color de rosa en el peregrinar nacional en territorio chileno, pero buena parte del objetivo de trascendencia con el que los jugadores llegaron se adelantó desde el día de estreno, el 19 de octubre, cuando consiguió ganar 2-1 a una Sudáfrica que se estrenaba en mundiales de esta especialidad, y también con un gran empate ante Rusia a un gol, pese al sinsabor de estar a seis minutos del triunfo nacional y a haber fallado un penal en los albores del juego.
Si bien dejó una “pobre” imagen en el partido ante Corea del Norte, el cual perdió 1-2 en tiempo de reposición, el margen todavía servía para pasar, aunque fuera de segundos. Puede haber cuestionamientos por lo mostrado por el equipo ante los coreanos y la no alineación de cinco estelares, pero en realidad el entrenador Marcelo Herrera sabía muy bien lo que estaba haciendo: quería reservar energía y hombres para el duelo de octavos de final, sabedor de que de allí en adelante el margen de error se terminaba para todos los equipos y el que perdiera cada juego quedaba eliminado. Parecía que la apuesta iba a salir mal cuando se supo que el rival de octavos era Francia, en vez de Ecuador o Mali.
Se pensaba que de esos tres, los galos eran el peor oponente posible para la Infantil, pues fueron los únicos que ganaron los tres partidos de la fase de grupos y llegaban con 14 goles anotados.
Al final, lo que parecía el peor negocio acabó siendo uno redondo para la Sub 17 nacional. En una tarde excepcional, no se amedrentó en ningún momento, contrarrestaron las habilidades galas y, aunque tampoco pudieron liquidar el juego antes, su momento de trascendencia llegó desde el punto de penal, al asegurarse su primer triunfo en muertes súbitas. ¿Y Ecuador y Mali? Despidieron a rusos y a norcoreanos con sendas goleadas, 4-1 y 3-0, respectivamente.
Claves del éxito
Al analizar el éxito alcanzado por los infantiles, hay que recordar que tuvo una buena preparación en lugares como España y Argentina, cuyos semilleros de divisiones menores de equipos élite de esos países desde siempre han dado de qué hablar.
A esto se suman los fogueos contra Australia y Paraguay en territorio chileno −cinco días antes del inicio del Mundial−, los cuales ayudaron para ver los aspectos por pulir y para trabajar en mancuerna con el preparador físico, Norton Cassol, con el fin de hacer que los jugadores aguantaran el trajín mundialista y las gélidas temperaturas en las que tuvieron que competir.
Igualmente, el hecho de conservar buena parte de la base que clasificó en el Premundial de Concacaf disputado en Honduras a inicios del año fue importante, porque de este modo se pudo observar un equipo que ya se conoce, que sabe a qué juega; las pocas caras nuevas se acoplaron rápido al grupo. Además, todos tienen claro tanto su rol como la preponderancia del equipo, antes que sus propios intereses.
Dentro de los aspectos por pulir están una mayor precisión, tanto a la hora de centrar como de rematar, puesto que, si bien es cierto se conoce el talento de jugadores como Jonathan Martínez y Roberto Córdoba, estos jugadores suelen errar varios pases y comprometen la zaga del equipo. También se necesita mejorar el remate, ya que de 47 remates realizados en los cuatro juegos, el equipo nacional solo ha llevado cuatro al fondo de las redes.
Otro asunto por corregir es la tenencia de la pelota por parte del portero Alejandro Barrientos; la mayoría de las veces consigue asegurar adecuadamente la pelota, pero algunos de los rebotes estuvieron cerca de comprometer a su equipo, como el que le dejó a los franceses, o el que originó el segundo gol norcoreano.
Solo Bélgica despertó a la Sub 17, en su sueño de conseguir el segundo mundial de cualquier categoría y sexo en el que Costa Rica ha participado, al caer 1-0 contra Bélgica en los cuartos de final.
De haber ganado este juego, la Infantil hubiese tenido que jugar ante Mali en semifinales y luego el domingo 8, ya sea el partido por el tercer lugar o la gran final. Sin embargo, con la derrota, la Nacional terminó en la octava posición del torneo, al ganar un juego, empatar 2 y perder 2; hacer 4 goles y permitir 5, para un gol diferencia -1 y 5 unidades.
El buen papel de la Infantil en Chile deja abierta la esperanza de que estos jugadores puedan evolucionar y volverse nuestros referentes del futuro.
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