El jugador costarricense David Ramírez (número 7) puso el pase para que Celso Borges anotara el segundo gol contra Corea del Sur. (Foto: Federación Costarricense de Fútbol)
La Selección de Costa Rica ganaba cómodamente en el sultanato de Omán el pasado 10 de octubre, en el primero de los dos partidos de fogueo que tendría por Asia durante este mes de octubre (el otro se jugó al cierre de esta edición ante Corea del Sur en Seúl). Sin embargo, estuvo muy cerca de “quemársele el pan en la puerta del horno” con un tiro libre que pasó muy cerca del marco defendido por el portero Esteban Alvarado.
La escuadra nacional no tardó mucho en imponer su ley en el estadio Sultan Qaboos Sports Complex, en Sohar, Omán, puesto que apenas en el minuto 4 del partido empezó a tomar ventaja, con gol de Álvaro Saborío.No obstante, las falencias defensivas y de Alvarado aparecieron muy rápido, porque luego de varios intentos omaníes que se estrellaron en los postes del marco de Alvarado, finalmente a los 26 minutos Saleh Raed consiguió el empate para los del sultanato.
Parecía un partido parejo, aunque los costarricenses tuvieron sus minutos mágicos entre los minutos finales de la primera parte y los primeros de la segunda.
En el tiempo de reposición de la primera mitad del partido, John Jairo Ruiz se encargó de que Costa Rica se fuera al descanso con un 1-2 favorable.
SEGUNDA PARTE
Juan Bustos aumentó la ventaja a un 1-3 apenas iniciado el segundo tiempo (minuto 5). Cuando todavía se estaba celebrando el gol de Bustos, el delantero debutante en la Selección Nacional, David Ramírez, aprovechó un horror defensivo de los asiáticos para conseguir el 1-4 en una muestra atípica de contundencia por parte del once tricolor.
Después de ahí, parecía que el partido ante los omaníes ya era “cosa juzgada” para la hueste nacional. Pero el exceso de confianza, amén de la temperatura muy elevada de Suhar (superior a los 30º C durante la noche), hizo a los omaníes dosificarse mejor y aprovechar el cansancio de los costarricenses para reducir la cuenta a un 3-4, con goles de Mohammed Al Seyabi y Emad al Hosani, en cosa de cinco minutos (entre el minuto 54 y el 59).
Las desventuras defensivas de los nacionales no terminaron ahí, sino que más bien empezaban, ya que el seleccionado de Omán, equipo con escaso “pedigrí” internacional, llevó a los zagueros ticos por “la calle de la amargura”, con el serio riesgo de que el partido pudiera ser empatado en cualquier momento.
Incluso, ya en tiempo de reposición superextendido (se habían anunciado 5 minutos que se convirtieron en 7), una falta del portero Alvarado cerca del área, ocasionó que los asiáticos tuvieran un tiro libre que pasó por muy poco encima del marco nacional; luego, en varios tiros de esquina, los costarricenses se salvaron por milímetros de recibir una anotación.
En este cotejo, y ante las lesiones de José Miguel Cubero y Bryan Oviedo, el entrenador Paulo Cesar Wanchope alineó una mezcla de jugadores que constituyeron la base del Mundial Brasil 2014, junto con caras nuevas, como Felicio Brown y Mayron George, quienes –aunque pasaron inadvertidos– fueron incluidos en los últimos minutos del juego, aunque sus horas-fútbol les podrán dar mayor y mejor rodaje a ambos futbolistas para futuros encuentros.
Brown, no obstante, luego de unas declaraciones en las que manifestó que prefería jugar para Alemania y no para Costa Rica, se ganó el rechazo de la afición costarricense.
En Seúl, este 14 de octubre, hubo mayor contundencia y la Selección Nacional logró imponerse con cierta comodidad 1-3 ante los surcoreanos, tras los cambios que realizó Paulo César Wanchope al equipo titular, entre los que destacó el regreso de Keylor Navas al marco nacional en vez de Alvarado, de Joel Campbell y Johan Venegas, en lugar de John Jairo Ruiz y de Bustos, de Michael Umaña, en sustitución de Roy Miller, y de David Ramírez, por Álvaro Saborío.
En territorio surcoreano, el protagonista fue Celso Borges, con dos goles a los minutos 37 y 47, el primero de remate de derecha tras pase de Bryan Ruiz y el segundo de taquito tras pase de Ramírez. El otro anotador fue Óscar Duarte, al minuto 77, de cabeza tras un tiro de esquina. En medio de los dos goles de Borges vino el de los surcoreanos, concretado por Lee Donggook al minuto 45, apenas para que los dos equipos se fueran empatados a 1 al medio tiempo.
La llegada de Umaña y de Navas aportó mayor seguridad a los nacionales; sin embargo, un error de este último cerca del final del partido estuvo a punto de significar el segundo gol surcoreano, de no ser porque el árbitro anuló la jugada de gol.
Igualmente, Ramírez demostró que cuando se enfoca en jugar y no en cometer actos de indisciplina puede ser un gran referente tanto en el Saprissa como en la Selección Nacional.
