Las posibilidades de medalla de oro para los ticos en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe en El Salvador, fueron reducidas casi a cero.
El atletismo costarricense con reducidas opciones en El Salvador.
Con 25 deportistas más que en Maracaibo, Venezuela, en 1998, participarán los costarricenses en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, previstos para efectuarse en El Salvador del 23 de noviembre al 7 de diciembre.
No estarán todos los que deberían estar. Pero que las posibilidades de alcanzar una medalla de oro están en la cola de un venado. En Venezuela el país contabilizó una del metal precioso, dos de plata y una de bronce.
Lo anterior para no soñar con el rendimiento alcanzado en los Juegos de Ponce, Puerto Rico (1993), cuando los ticos sumaron cinco de oro, siete plateadas y 15 de bronce.
Para el presidente del Comité Olímpico Nacional (CON), José Nery Carvajal, en la lista de las 19 disciplinas van los mejores exponentes del deporte nacional.
Al anunciar la lista de los 102 representantes, Carvajal destacó que ellos son los que registran mejor rendimiento.
Al encuentro, al que asisten las naciones del istmo, el Caribe y México, estará ausente la representación de Cuba.
Las autoridades deportivas cubanas consideraron que el gobierno salvadoreño hizo oídos sordos a la petición de medidas de seguridad para sus atletas. De El Salvador partieron en años recientes integrantes de un comando encargado de atentar contra el turismo en la isla. En uno de estos atentados murió un turista italiano.
Por este hecho fue detenido un salvadoreño cuando hizo estallar una bomba en un céntrico hotel habanero. Luego él reconoció que había sido reclutado por una célula de terroristas cubanos ligados a la poderosa Fundación Cubana- Americana.
BAJAS
Sin que las competencias hayan arrancado se contabilizaba una importante baja. Con la ausencia de los cubanos, México aparece como un serio candidato a llevarse estos juegos.
La otra sensible baja para los anfitriones son las secuelas de una huelga de médicos en los principales centros de salud, cuyo motivo era exigir mejores condiciones socioeconómicas.
En lo que respecta a Costa Rica las bajas comenzaron con más antelación. Primero el gobierno condicionaba un presupuesto de ¢ 50 millones a cambio del reconocimiento de una de las dos organizaciones con que cuenta el triatlón.
Resuelto el problema, según reconoció Carvajal, en El Salvador no estará el baloncesto femenino, campeón centroamericano. La excusa de la marginación de este deporte es de antología: porque se lesionó una de sus mejores jugadoras, Andrea Casalvolone, y porque el presidente del baloncesto, Osvaldo Pandolfo, aseguró que la justa centroamericana sería un fogueo para las muchachas.
En cambio envían al equipo de ecuestre femenino y masculino que suman cinco pasajes, más el transporte de las bestias. Entre las posibilidades de medalla dadas por el baloncesto femenino y el ecuestre, ya verán los resultados.
El otro gran ausente en El Salvador será del mejor ciclista del país. José Adrián Bonilla, ganador absoluto de la reciente vuelta ciclística a Higuito, estará ausente por diferencias de criterio con los jerarcas de la federación de este deporte.
Si bien el equipo de ciclismo lleva alguna gente de peso, otros irán hacer nada a El Salvador.
De esta manera, entre los deportes más sacrificados figura el atletismo, que envía solo a Bob Colville Brown. Vale recordar que esta disciplina figura entre las competencias que más medallas obtiene en los juegos.
Se suma a la lista de sacrificados el boxeo, con Stanley Méndez como único exponente, nado sincronizado con dos deportistas, así como gimnasia y judo con un competidor por deporte.
Por el contrario, los más beneficiados, que se supone cosecharán el mayor número de medallas, serían el balonmano femenino, con 12 personas, el boliche masculino y femenino (10), seleccionado de fútbol (18 jugadores), voleibol femenino (12) y racquetbol (8).
Sin embargo, cualquier radiografía sobre el estado real del deporte tico, con base en el rendimiento alcanzado en justas regionales, resulta prematura. Así que, es mejor esperar el medallaje final, para saber dónde nos ubica la planificación deportiva de las autoridades nacionales.
