Papel de Selección Femenina en Canadá 2015 augura mejor futuro

Desde el punto de vista de resultados, Canadá 2015 fue otro mundial femenino donde Costa Rica naufragó apenas en la primera ronda

Desde el punto de vista de resultados, Canadá 2015 fue otro mundial femenino donde Costa Rica naufragó apenas en la primera ronda y se quedó con las ganas de ganar un partido. Dos empates y una derrota dejaron a la Selección Femenina en la posición 18 entre 24 posibles, con únicamente dos puntos, además de que consiguió tres goles a favor y cuatro en contra, luego de empatar ante España (1-1) y Corea del Sur (2-2), y perder ante Brasil (0-1).

Sin embargo, al tomar en cuenta las realidades con las que las ticas competían: escasos recursos económicos y deportivos, y escaso bagaje internacional ante tres selecciones muy calificadas, los resultados, lejos de generar insatisfacción y molestia, más bien causaron alegría y orgullo, así como un gran recibimiento para las jugadoras por parte de la afición.

¿Por qué esta reacción? Porque por primera vez una selección femenina consiguió salir con puntos de un Mundial, algo que en cuatro intentos previos (infantiles y juveniles) no fue posible.

Segundo, la Selección Femenina que consiguió semejantes resultados fue la Mayor, apenas en su mundial de estreno en esta categoría.

Tercero, tras la eliminatoria de Concacaf, esta vez se prescindió de fogueos con equipos universitarios y regionales estadounidenses, y en su lugar se optó por enfrentar selecciones de la mayor calidad posible, que pudieran servir de simulacro para lo que las nacionales se iban a enfrentar en la cita canadiense.

La copa Istria en Europa, fogueos ante Colombia y México y los Juegos Centroamericanos y del Caribe funcionaron con este fin, pues les proporcionaron mayor roce internacional. Fue así que le perdieron el miedo a los rivales.

Cuarto, el conocimiento de Amelia Valverde del grupo, por su desempeño como asistente y preparadora física del equipo durante toda la era de Carlos Avedissian, su antecesor como director técnico. Todo esto ayudó a que Valverde supiera hasta dónde exigir a las jugadoras para alcanzar la condición física necesaria según el ritmo de sus oponentes, así como su minuciosidad para estudiar y recopilar la mayor cantidad de información de sus contrincantes, con el fin de que nada se quedara al azar.

Quinto, la unión de grupo para sacar adelante cada partido y el compromiso de todas de dar el mayor desempeño posible con el fin de anular al máximo a las mayores exponentes rivales, fueran Verónica Boquete, Ji So Yun o Darlene, por citar algunos ejemplos.

Sexto, el interés de la Federación y de algunos patrocinadores por ayudar a conseguir buenos fogueos, pese a que varias de las selecciones enfrentadas en la Copa Istria ni siquiera habían clasificado al Mundial, como fue el caso de Francia, uno de los pesos pesados del fútbol femenino.

Sétimo, el papel destacado de la guardameta Dinnia Díaz, quien ordenó la zaga al máximo cuando le correspondió; también estuvo para salvar los errores defensivos y neutralizar los embates de sus oponentes, para alcanzar una eficacia del 82,6%.

Octavo, este grupo de jugadoras amalgama experiencia y juventud; ellas han estado juntas en varios procesos mundialistas, por lo que llegan con gran cantidad de horas fútbol a cuestas, aunque algunas de ellas no llegan ni a la mayoría de edad.

Noveno, varias han aprovechado becas a Estados Unidos o viajes a otros países curtidos como Francia. Este proceso de “legionarización” sirvió para que tuvieran contacto preliminar con el deporte y las condiciones internacionales en regiones donde el fútbol femenino es de alto nivel. La experiencia de Shirley Cruz en Francia es el ejemplo más claro.

Todos estos logros se magnifican al tomar en cuenta que el fútbol femenino en Costa Rica se empezó a federar y a profesionalizar a medias en 1999; en adición, las jugadoras deben laborar en otras actividades y ajustarse a sus horarios para poder entrenar de noche o de madrugada.

Además, con algunas excepciones, hay grandes carencias en los equipos –principalmente de zonas rurales–, por lo que la falta de apoyo y de recursos económicos han motivado a su retiro y desaparición.

Por otra parte, pese a que algunas jugadoras, como Shirley Cruz, podrían estar prácticamente de salida no por su edad, sino por constantes lesiones que la han hecho valorar el retiro adelantado, todavía pueden surgir nuevos talentos, como Paula Coto o Gloriana Villalobos, quienes no tuvieron participación en este Mundial, pero sí en el Sub 17 del año anterior en el país y estarán en los Panamericanos, con lo que su roce internacional incrementará.

Por otra parte, este Mundial ha mostrado a figuras de élite, como la estadounidense Christie Rampone, la sueca Teresa Sjögran o la brasileña Formiga, en su mejor forma aún en edades cercanas a los 40 años; ello significa que, de mantenerse este proceso, se puede contar con una selección costarricense para rato, que alcance grandes objetivos en un no muy largo plazo.

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