Para conocer qué marcó la diferencia entre la pobre presentación de la Selección Nacional ante la Sub 23 de Nigeria —en un partido amistoso el domingo antepasado, el cual terminó con victoria mínima 1-0 para los nuestros— con la paliza que se le propinó al seleccionado cubano —5-0 en el juego inaugural de la Copa Oro en Dallas, Estados Unidos— basta con repasar la alineación del equipo.
Ricardo La Volpe, el técnico argentino de Costa Rica, hizo 3 variantes en la formación, al dar paso a los legionarios Bryan Oviedo, Cristian Bolaños y Marco Ureña en la cintura del equipo. La tricolor se transformó de un conjunto apático, lento y aburrido que no carburó ante los juveniles nigerianos, a otro dinámico, veloz y arrollador que le pasó por encima a Cuba, con extrema facilidad.
Lo interesante es que se jugó, en los 2 partidos, bajo el mismo sistema; bajo las mismas características tácticas que La Volpe quiere imponer como estrategia al equipo nacional, patrón de juego que ha costado mucho asimilar.
Desde luego que Cuba en fútbol no es parámetro para medir la capacidad de ningún rival, pero sí resultó positivo y halagador darse cuenta, a pesar de la modestia del adversario, que poco a poco, las muchas horas de trabajo del entrenador en las prácticas van dando resultado. Pues, indudablemente, la Selección Nacional juega a algo, aunque ha jugado más veces mal que bien, se hace evidente a los ojos de cualquier analista y buen lector del juego del fútbol que Costa Rica tiene un esquema, un estilo, no da palos de ciego y lo que requiere es afinarlo y confirmarlo.
Vienen 2 pruebas más duras en la misma competencia: el jueves 9 de junio Costa Rica se enfrenta a El Salvador (este vapuleó a México, con idéntica paliza de 5-0) y se cierra la fase de grupo el domingo contra los aztecas.
ESTRATEGIA LA VOLPE
El laureado técnico nacido en Argentina —por su campeonato mundial con la selección de su país en 1978, cuando jugaba como tercer portero del equipo de César Luis Menotti, y por su carrera de jugador y entrenador en el fútbol mexicano, donde dirigió a su Selección Nacional en el Mundial de Alemania y conquistó este mismo torneo de la Copa Oro para el Tri azteca— desea que Costa Rica domine un esquema de juego que se basa en 3 defensores centrales (hoy son José Salvatierra, Johnny Acosta y Dennis Marshall), 2 carrileros (Heiner Mora y Junior Díaz), 1 volante de marca (Celso Borges), 3 enganches (Bryan Oviedo, Cristian Bolaños y Marco Ureña),1 atacante (Alvaro Saborío) y, desde luego, el portero (Keylor Navas).
“La bronca” para don Ricardo (y será muy interesante ver cómo la resuelve), después del buen partido ante los cubanos, es ver qué hará con el futbolista más estelar del seleccionado y a la vez su capitán, Bryan Ruiz, quien no pudo jugar contra Nigeria ni Cuba por estar levemente lastimado.
Aparentemente, Ruiz estará listo para enfrentar a los cuscatlecos. Habrá que ver a quién sacrifica La Volpe de la formación titular que arrolló a los cubanos.
Si analizamos la situación de atrás para adelante, una primera opción sería jugar con línea de 4 y eliminar al líbero. Ruiz podría jugar por alguno de los 3 defensores centrales; Salvatierra es el candidato más lógico para dejar su puesto. Si se juega así, Mora o Díaz se retrasan a la retaguardia y abandonan su posición en la cintura.
También, Bryan Ruiz podría jugar en lugar del Junior Díaz o de Bryan Oviedo. Ambos son futbolistas que en sus respectivos clubes de Polonia y Dinamarca, respectivamente, juegan en la misma posición: defensores izquierdos. Con la “Sele”, Díaz juega en el carril izquierdo y Oviedo en la medular por la izquierda. Entre ellos se puede dar la permuta que dé espacio a Ruiz.
No creemos que La Volpe toque a Celso Borges, a Marco Ureña o a Cristian Bolaños, salvo que quiera que descansen. Álvaro Saborío es intocable. Ahora, si don Ricardo se decide a sentar a alguno de estos 4, el que lleva las de perder es Ureña, a pesar de los 2 goles que le metió a los antillanos.
Siempre que el argentino ha tenido a todos su legionarios sin lesiones y a tiempo completo, se ha definido por el tridente Ruiz, Bolaños y Saborío en función de ataque.
Esta es su “bronca” y a ver cómo la soluciona.
FENÓMENO CAMPBELL
Joel Campbell, el mocoso de 18 años que se pelean Ricardo La Volpe y Rónald González para que juegue con los seleccionados que ellos dirigen en los torneos en que participan, metió contra Cuba un golazo espectacular, el quinto. Enseguida, dibujó una acción al mejor estilo de Lionel Messi, al llevarse a 3 rivales en fila, con una gambeta larga y picante que los desparramó. Luego sirvió pase largo a Josué Martínez para que anotara, pero el ariete la voló.
La Volpe habla maravillas de este muchacho. Dijo que si tuviera suficiente dinero, lo compraría para luego venderlo a Europa. Reiteradamente afirma que si este joven no se “vuelve loquito” por la fama tempranera, llegará largo en el universo del fútbol.
González lo tiene, desde luego, como carta de triunfo para el Mundial Sub 20 de Colombia, a pocas semanas de arrancar. De manera que Campbell, luego de su enorme debut en Copa de Oro en la media hora que jugó, se convierte en un relevo de lujo para la Tricolor. Lo mismo que Diego Madrigal, un mediocampista muy talentoso que hizo carrera en el equipo de la Universidad de Costa Rica y hoy juega en el Cerro Porteño de Paraguay.
Campbell y Madrigal son 2 cartas ofensivas en este grupo de La Volpe. Recordemos que Diego hizo el único gol de Costa Rica en el juego contra Nigeria. De manera tal que el 5-0 que se metió a Cuba; el regreso a la formación titular de Bryan Ruiz y esta reserva juvenil que forman Campbell y Madrigal abren ventanas que transportan soplos positivos para nuestra selección en el torneo más relevante del área y que se desarrolla en varias ciudades de los Estados Unidos.
