UCR arrinconó a la Liga

Del dolor se aprende; en el sufrimiento se crece; hay derrotas que como les sucede a los adictos que las aceptan, se convierten luego

El Estadio Ecológico se vistió de fiesta a pesar de la derrota.

Del dolor se aprende; en el sufrimiento se crece; hay derrotas que como les sucede a los adictos que las aceptan, se convierten luego en significativas victorias.

Queda la impresión de que en la derrota que sufrió la Universidad de Costa Rica 1-0 contra Liga Deportiva Alajuelense, el pasado domingo en el Estadio Ecológico, sétimo traspié que suman los celestes en ocho partidos de campeonato, se puede gestar la revolución interna que urge en el equipo para salir de las llamas tempranas que lo impulsan al descenso.

No dejó de ser significativo contemplar al cuerpo técnico de los rojinegros, Oscar Ramírez y Mauricio Montero, desesperados marcándole a sus jugadores el tiempo que restaba para que terminara la contienda, que presentaba en la cancha a un Alajuelense reventado físicamente, ante una Universidad volcada en procura del empate. ¡Buena señal!
Apenas en el minuto 10 del partido, una acción ofensiva que hilvanaron entre Pablo Gabas, Cristian Oviedo y Argenis Fernández, terminó con remate de éste que viajó a las redes que defendió Jean Carlo Chacón, anotación que con el transcurrir del tiempo se hizo inmensa y finalmente definió la confrontación.
Sin embargo, apenas se inició el segundo tiempo del juego, comenzaron las buenas noticias para los seguidores celestes, que se mezclaron con la numerosa “barra” rojinegra para darle al Ecológico un entorno colorido, seguro e impactante, en esta primera ocasión que un grande como el Alajuelense, se presentaba en este coliseo.
El ingreso a la cancha de Windell Gabriels; seguido minutos después por Esteban Armijo, dos piezas vitales del engranaje de los académicos y que venían de un largo periodo de inactividad por hallarse lesionados, le dio al equipo una nueva fisonomía, tanto que la Universidad de inmediato se apoderó del comando de las acciones y metió a la Liga en su propio medio campo, obligando a la retaguardia eriza liderada por Giancarlo González, Johnny Acosta y Luis Miguel Valle a duplicar funciones como única forma de evitar el empate. Cerca estuvo de entrar la pelota en el marco de Patrick Pemberton tras remate cruzado de Windell, aparte de que en el primer tiempo, el árbitro central no señaló unas manos de Gabas en su área que era claro penal a favor de los anfitriones.
Los cientos de seguidores de la UCR; académicos, funcionarios administrativos, profesores, estudiantes y egresados que llenaron el Ecológico, satisfechos con la reacción del equipo en la segunda parte, guardaron los cuestionamientos y las críticas hacia el cuerpo técnico que encabeza Juan Diego Quesada, ofreciéndole, como lo ha hecho la junta directiva del club, una nueva oportunidad para que la Universidad se sacuda de esta mala racha, el próximo domingo cuando en este mismo escenario, reciba al Herediano.

VIENEN REFUERZOS

Como ha sido costumbre al final de cada temporada, el equipo de la UCR sufrió nueva sangría de figuras que incluso, en esta ocasión, vio partir también a su cuerpo técnico: Johnny Chávez y su asistente Oscar Alegre firmaron para el Cartaginés.
También perdió el equipo a cuatro jugadores que fueron el sustento en la mitad del campo, lo que de hecho partió a la formación en dos: se fueron Diego Madrigal, mundialista de Egipto; el talentoso Esteban Ramírez; el experimentado Alonso Hilarión y el volante mixto, José Garro. El virus destructivo siguió cuando el portero titular, Daniel Cambronero decidió firmar con el Saprissa, teniendo aún contrato con la U, lo que generó un conflicto de intereses que apenas se acaba de resolver, una vez el jugador canceló a la UCR parte de su fichaje.
También se lesionaron dos piezas vitales de la zona defensiva: José Vargas y Andrés Flores.
Frente a esta situación tan crítica, un verdadero desmantelamiento de la nómina, el nuevo entrenador que firmó la UCR, Juan Diego Quesada, desde luego que solicitó a la junta directiva varios refuerzos para hacerle frente al Torneo de Invierno, pero las escuálidas arcas de la tesorería del club lo impidieron.
La cadena de derrotas de los celestes en el torneo y ese último lugar que ocupan en la clasificación general después de la octava jornada, obligaron a la reactivación de las fuerzas vivas del club, a aflojar la billetera y a revisar en el mercado que piernas están disponibles y que jugadores podrían ser cedidos a préstamo por otros equipos.
Muy rápido se encontraron buenos frutos; el Saprissa fue el primer club dispuesto a colaborar con la Academia y le cedió a los futbolistas Kendall Waston y José Alejandro Castro; el primero, un muchacho alto y polifuncional, que igual juega de defensor, volante o delantero y el segundo, un típico ariete, número nueve que llega a fortalecer la opaca línea ofensiva, que únicamente se destapó ante el Cartaginés con cinco anotaciones, pero que en otros siete encuentros, solo ha metido un gol. Este par de refuerzos ya podrán jugar contra el Herediano.
Se da por un hecho el fichaje del veterano defensor central, Richard Mahoney, ex de la Liga, Carmelita y Cartaginés, un zaguero que alineado entre Pablo Salazar y Omar Royero aportará seguridad a una retaguardia vulnerable que ha recibido 16 perforaciones, prácticamente dos por partido.
Se conocen esfuerzos para firmar a quien fuera uno de los mejores volantes creativos del club, el argentino Luca Carrera, hoy en segunda división con Guanacasteca. También otros dos o tres jugadores están en el radar de la dirigencia universitaria.
Le meta y la obligación es salir huyendo de zona de descenso; hay nómina para lograrlo y ayudará muchísimo el que las autoridades administrativas de la Universidad, colaboren cediendo el Ecológico para enfrentar a los grandes. Contra la Liga se logró una excelente recaudación y eso ayuda a mantener sana la planilla.
Y, aunque mal de muchos, consuelo de tontos, la Universidad tiene la suerte de que otros tres equipos se han estacionado en la cosecha de puntos y están a tiro de los celestes: Limón y Puntarenas con 7 puntos y Pérez Zeledón con cuatro unidades, están en la mira de la UCR que suma tres puntos.
El partido contra Herediano, será un parámetro ideal para ver por donde camina y cuanto asciende esta renovada Universidad, esa que empezó a revivir y a dar señales de vida en el segundo tiempo ante Alajuelense.

 

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