La Copa Centroamericana de Naciones (UNCAF) fue la primera prueba que tuvo la Selección Nacional de Costa Rica de cara a Rusia 2018; sin embargo, el equipo patrio logró anexarse el título. (Foto: Federación Costarricense de Fútbol)
La Copa Centroamericana de Naciones fue la primera prueba para la Selección de Costa Rica después del Mundial Brasil 2014, y la Tricolor la cumplió. Si gustó o no gustó ya eso es criterio de cada espectador, pero lo importante es que al final se salió adelante.Contra Nicaragua, el equipo de Paulo César Wanchope chocó contra pared por 38 minutos, hasta que por un penal ejecutado por Celso Borges consiguió abrir el cerrojo paisa. Luego, dos goles en la segunda parte de Marco Ureña y Johan Venegas completaron una goleada en cierta medida esperada, aunque dejó la impresión de quedarse corta.
Contra Panamá y Guatemala hubo que venir de atrás para poder rescatar resultados que se veían perdidos. En el juego contra los canaleros se esperó hasta los últimos 10 minutos para empatar un partido que se perdía por dos goles; sin embargo, lo consiguieron en cuestión de cinco minutos, a través de Venegas y otro penal de Borges. Aun así, este empate estuvo en riesgo de perderse de no ser porque Patrick Pemberton logró contener el penal ejecutado por Gabriel Gavilán Gómez en la agonía del partido.
De todas maneras, el empate dejó insatisfecha a la afición nacional porque se pasaba a depender de la resistencia del dique nicaragüense ante los panameños y de la cantidad de goles que estos últimos pudiesen hacer. Afortunadamente para el equipo nacional, se logró entrar a la final gracias ante todo a que al equipo panameño solo le alcanzó el tiempo para anotarle dos tantos a los pinoleros.
Contra los chapines, que venían de doblegar a El Salvador, Belice y Honduras, también hubo que venir de atrás luego de un penal cometido por Roy Miller y castigado en las redes por Carlos Pescadito Ruiz.
Empero, dos obuses de larga distancia ejecutados por Bryan Ruiz y Juan Bustos dieron a la Nacional el pase a la Copa América Centenaria 2016, sin tener que esperar a la Copa Oro 2015, a la que ya de por sí se había clasificado, para poder jugar ante equipos de la Confederación Suramericana de Fútbol (CONMEBOL).
La importancia de estar en esta edición especial del torneo suramericano radica en que la CONMEBOL es una de las dos mejores confederaciones del mundo, junto con la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA), y en la que agrupan varios equipos ubicados en las principales posiciones del orbe en el escalafón de la FIFA. Por eso, obtener triunfos o empates ante ellos puede sumar varios puntos que ayuden a subir posiciones en esta clasificación.
Sin embargo, hay aspectos que deben corregirse en defensiva y ofensiva, ya que no van a ser tan fácilmente perdonados en otras vitrinas distintas a la centroamericana. Las faltas cercanas al área y dentro de ella nos depararon dos penales en contra, y de ellos uno fue gol. Igualmente, las jugadas de tiro libre cerca del área hicieron pasar varios apremios a la Selección, en especial a su guardameta Patrick Pemberton.
En ofensiva, el mal sempiterno es la definición. Aunque se anotaron siete goles en los tres partidos de la UNCAF, otras vitrinas mundiales no van a brindar tantos espacios ni oportunidades; se deben aprovechar las que se dispongan y tener capacidad de generación de ellas.
En esta importante misión, pueden jugar su papel creativos de la talla de Bustos, Cristian Bolaños y Yeltsin Tejeda, jugadores escurridizos como Joel Campbell y Johan Venegas o, bien, jugadores como Marco Ureña –quien demostró que con ritmo o sin él igual es un depredador de área y que en cualquier momento puede sorprender con una anotación.
Todavía hay tiempo para corregir estos detalles. Los fogueos contra Uruguay, Omán y Corea del Sur, a finales de año, pueden ayudar a este objetivo. Aunque todavía no comienzan las eliminatorias, el proceso a la Copa Mundial Rusia 2018 ya empezó. La primera prueba de la era Wanchope se superó. Ahora, el nuevo entrenador tiene la papa caliente de no solo llegar a la competición rusa, sino de emular el reciente invierno brasileño.