El pasado domingo a las 7 de la noche todo era oscuro y “normal”. Hasta que llegó el fútbol.
Costa Rica le metió tres goles a Brasil y lo mandó de regreso a casa.
Una victoria histórica de 3 por 1 clasificó a la tricolor a la siguiente fase, donde enfrenta a México la noche del miércoles 26. Si se le gana a los anfitriones, mínimo el fútbol se asegura la medalla de plata.
Ese domingo en los Juegos Panamericanos, como todos los días, los representantes costarricenses en las diferentes disciplinas caían eliminados en Guadalajara; sus mejores tiempos se hacían añicos y le decían adiós a la competencia algunas de nuestras cartas de triunfo: Gabriela Traña en maratón, Leonardo Chacón en triatlón, Allan Segura en caminata, David “Tiquito” Jiménez en boxeo; también los representantes del frontón, Tomás Fernández y Jorge López.
Horas antes, la información internacional narraba los impresionantes triunfos de los atletas guatemaltecos en la marcha, que hicieron historia gracias a su preparación a cargo de un entrenador cubano.
“Con dos oros y una plata en las pruebas de marcha, Guatemala rompió en Guadalajara una racha de 56 años sin ganar una medalla dorada en el atletismo de los Juegos Panamericanos, de la mano de un entrenador cubano que los ve como hijos y que les califica como ‘corajudos’.
Rigoberto Medina, un entrenador cubano que dirigió a la salvadoreña Cristina López hasta el oro en la marcha de los Panamericanos de Río de Janeiro 2007, repitió algo similar e incluso mejor con Guatemala en Guadalajara 2011.
Los jóvenes Erick Barrondo y Jamy Franco, ambos de 20 años, se llevaron el oro en marcha masculina y femenina, respectivamente, mientras Mirna Ortiz fue plata en la competencia femenina, con lo que Guatemala brilló como nunca”.
He aquí el detalle como diría Cantinflas.
Cuba, la potencia atlética de América, cuenta con atletas y entrenadores de grueso calibre; Guatemala y El Salvador cuentan con presupuesto para firmar a los maestros. Noten como este técnico primero trabaja con los salvadoreños y lleva al podio a la marchista López y enseguida lo ficha Guatemala para que prepare a sus marchistas, que ahora se llenan de gloria y de oro en los Panamericanos.
“En Guatemala tenemos mucho talento; lo que necesitábamos eran entrenadores que nos prepararan”, dijo Barrondo al final de la prueba.
¿Y cuánto talento se desaprovecha en Costa Rica?
¿Cuánto atleta desperdiciado en toda la zona Atlántica?
¿Cuántos Nery Brenes se quedaron botados en el camino por falta de conducción y orientación?
Diez medallas sumaba Guatemala en Guadalajara el día domingo: 5 de oro, 2 de plata y 3 de bronce. El Salvador solo una presea plateada.
Costa Rica ninguna y entonces, cuando se cuestiona y se critica el trabajo de los atletas nacionales, la dirigencia olímpica y los propios deportistas tienen la respuesta a flor de labios: en nuestro país, el deporte no es prioridad y la inversión es mínima y da vergüenza.
Y tienen razón.
TIJERA AL DEPORTE
Pocos días después de que doña Laura Chinchilla le entregó el Pabellón Nacional al pugilista David Jiménez para que fungiera como abanderado en el desfile inaugural de los Panamericanos, les deseó suerte a los atletas e hizo las promesas habituales de los gobernantes de ofrecer más apoyo al deporte, el Instituto Costarricense del Deporte (ICODER) anunció que para el 2012 la situación económica del ente será crítica por el recorte presupuestario del gobierno de un 20% en cuanto al dinero para el deporte nacional, lo cual afectará a las federaciones y atletas para futuras justas en el área.
Con este recorte, la entidad dejará de percibir cerca de ¢2200 millones.
Incluso el ente rector de nuestro deporte busca un préstamo para poder construir gimnasios e instalaciones que puedan servir para los Juegos Centroamericanos del 2013, promovidos por el Gobierno. Desde ahora las becas y ayudas a atletas jóvenes con futuro corren serio peligro por la falta de dinero.
El director del ICODER, Luis Peraza, ratificó que “lucharán por mantener el monto para las asociaciones deportivas y los y las atletas que cuentan con una beca. Sin embargo, otros rubros tendrán una menor cantidad de recursos económicos. Incluso, los Juegos Centroamericanos que Costa Rica albergará en el 2013 sufrirán las consecuencias de este recorte”.
Fácil notar las diferencias entre el discurso oficial y la realidad; por eso, es difícil responsabilizar a los deportistas de las derrotas y eliminaciones en los Panamericanos porque la justificación y la excusa para no alcanzar los logros y las metas son evidentes.
El gran responsable del caos es el Estado.
Estamos claros que en el ciclo olímpico solo en los Juegos Centroamericanos los podios y las preseas están más al alcance de las posibilidades de nuestros deportistas.
Ya en Centroamericanos y El Caribe entran las potencias caribeñas; en Panamericanos los estadounidenses y otras naciones muy fuertes de América y ni que decir de los Juegos Olímpicos con la crema y nata del deporte mundial.
De ahí que calificar como un fracaso que Costa Rica no sume una sola medalla en Guadalajara es un término fuerte y quizá injusto, pero sí cansa y molesta el no poder salir del círculo de la inoperancia y que atletas y dirigentes tengan la excusa fácil a flor de piel.
¡Es que no hay plata!
¡Vean a Guatemala con entrenadores cubanos! Y por ahí seguimos por los siglos de los siglos y amén.
CAMBIÓ EL GUIÓN
De pronto y mientras se rumiaban los malos tiempos de Traña y Chacón y la eliminación de Segura, Costa Rica ‒bajo la dirección técnica de Carlos Watson‒ le mete un gol a Brasil en el primer minuto de juego y lo pone temprano contra las cuerdas.
No se repone la verdeamarelha del golpe cuando Jonathan McDonald mete un gol de clase mundial y el juego 2-0; minutos después, penal a favor de Costa Rica (¿ciencia ficción o realidad?). Era el 3-0 pero McDonald lo pega en el poste.
Brasil descuenta, pero de ahí no pasa. Más bien le metimos el tercero, de nuevo McDonald. No hubo temporal brasileiro en la segunda parte, Costa Rica se mantuvo firme y sacó este resultado histórico, monumental.
Ojalá que el triunfo sirva de estímulo para los representantes nacionales que faltan por competir: los atletas Nery Brenes, Roberto Sawyers y Sharolyn Scott; las gimnastas Karina Regidor y Tarik Soto; la esgrimista Dirley Yepes; la karateca Ashley Binns; vuelven los marchistas y las ilusiones puestas en el levantador de pesas, Carlos Manuel Campos.
El medallero está abierto.
¿Motivará la victoria del fútbol ante Brasil a que Costa Rica instale su nombre como inquilino en tan famoso recuadro?
Han renacido las esperanzas. El fútbol hizo la luz; hay menos niebla.
