El papa Francisco instó el sábado en Filadelfia a los inmigrantes a que «no se desanimen» y «no se avergüencen nunca», en un discurso en la cuna de la independencia de Estados Unidos.
El sumo pontífice argentino defendió también la libertad de culto y afirmó además que la globalización es «buena», siempre y cuando respete la «riqueza y particularidad de cada persona y cada pueblo».
Decenas de miles de personas, una inmensa mayoría de ellas latinas, se dieron cita en el Independence Hall para ver y escuchar al primer papa del continente americano, que les habló en español.
«Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar», dijo Francisco, recibido con una ovación y que besó a niños y bebés que le acercaban al papamóvil.
«Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a su nueva nación. Por favor no se avergüencen nunca de sus tradiciones», agregó en el lugar donde se declaró la independencia estadounidense en 1776.
«Repito, no se avergüencen de aquello que es parte esencial de ustedes. También están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven», insistió.
Desde el lugar donde se «proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales», Francisco envió además un fuerte mensaje a favor de la libertad religiosa, un «derecho fundamental» para «interactuar social y personalmente» con los prójimos.
«En un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa, o de reducirla a una subcultura (…), o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad, es necesario que los fieles de las diversas religiones unan sus voces para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto», indicó.
Francisco llegó el sábado a Filadelfia procedente de Nueva York y tras una misa en la Basílica de San Pedro y San Pablo y este evento tenía previsto participar en el multitudinario Encuentro Mundial de las Familias.
Desde su llegada a Washington, que incluyó una visita el miércoles al presidente Barack Obama en la Casa Blanca y un inédito discurso el jueves ante las dos cámaras del Congreso, Francisco ha despertado una verdadera fiebre con multitudes que lo han seguido a cada lugar en que estuvo.
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