En su elección tuvo influencia la Curia romana y el Opus Dei.
El papado de Benedicto XVI podrá caracterizarse por un diálogo ecuménico, pero con las iglesias de prácticas conservadoras y tradicionales como la Iglesia Ortodoxa Griega y Rusa.
El reciente nombramiento del cardenal Joseph Ratzinger como Papa Benedicto XVI, revela un pontificado dirigido hacia Europa, sin cambios en materia doctrinal y con un fortalecimiento de los grupos apostólicos como el Opus Dei, los Catecúmenos o los Legionarios de Cristo.
En un reciente artículo, en este Semanario, señalé lo que podrían ser algunas variables ( ad intra y ad extra ) de la Iglesia Católica que podrían influir en la elección papal última.
De eso señalado, creo que se cumple, en primer lugar, la influencia de la Curia Romana, puesto que el Cardenal Joseph Ratzinger fue figura muy relevante de la misma , no sin cierta influencia del Opus Dei. Ad Extra, creo que se cumplió la variable de la descristianización de Europa. Pero, ¿con base en qué señalamos esto?.
– El nombre de Benedicto:
El Papa electo no toma el nombre al azar, ni por sorteo; lo analiza, lo escoge. Por ende, expresa en este una intencionalidad.
Así tenemos, que estamos frente a un pontificado pensado y orientado hacia Europa. ¿Por qué razón?. El primero que evangelizó Europa fue Benedicto de Nursia ( siglo V) a través de la Orden por él fundada: la orden benedictina. Bajo el lema: «ora et labora», los monasterios benedictinos se expandieron desde Zubiaco (Italia) hacia el norte de Europa, como un manto blanco que invadía todo el continente. No solo cristianizó Europa, sino que también la repobló. De manera que el Cardenal Ratzinger
está expresando con el nombre de Benedicto, que Europa debe ser nuevamente recristianizada frente a su creciente secularismo.
– Benedicto XV:
La otra fuente de inspiración, sin duda la constituye la figura de Benedicto XV, que gobernó la Iglesia Católica desde 1914 hasta 1922. Un Pontificado orientado esencialmente hacia Europa; por causa de la Primera Guerra Mundial, que inició con el Pontificado del Cardenal Giacomo Della Chiesa (1914). Es de destacar que este Papa introdujo la estrategia de la neutralidad , por parte de la Santa Sede, frente a los conflictos internacionales y la búsqueda de la paz en Europa. Pero, quizás lo que más llama la atención de este Papado son dos principios que plantea en su primera carta encíclica (1 noviembre de 1914) » Ad Beatissimi apostolorum principis Cathedram», en el número 16, que orienta su praxis apostólica. Así tenemos:
a) Nihil innovetur nisi quod traditum est» ( Nada se innove sino lo que se ha transmitido ).
b)»Non nova, sed noviter» ( No cosas nuevas, sino de un modo nuevo).
En Benedicto XV estos principios hicieron que su Pontificado no introdujera ninguna reforma doctrinal, ni innovaciones de carácter pastoral. Conociendo la literatura y el pensamiento del Cardenal Raitzinger, esta lógica esta explícita en sus definiciones doctrinales. Es de esperar un Pontificado sin cosas nuevas en materia doctrinal, sino innovadoras en la manera de formular la doctrina conocida y definida.
– Praxis Pontifical:
¿ Qué sería, entonces, lo que podemos esperar del Pontificado de Benedicto XVI?
Sin ánimo de jugar de profeta o adivino, pienso que en su pontificado vendrá:
-Fortalecimiento de grupos apostólicos, como modelos de acción pastoral, en especial el Opus Dei, los Catecúmenos, Legionarios de Cristo, Comunión y Liberación, este último constituye en Italia la parte militante de la Democracia Cristiana.
– Diálogo Ecuménico: en especial con las iglesias de prácticas conservadoras y tradicionales como la Iglesia Ortodoxa Griega y Rusa, quizás hasta alianzas con ellas.
– Poca apertura en materia litúrgica.
– Redefinición de la doctrina de la Eucaristía y los Sacramentos.
– Fortalecimiento de las Obras Pontificias Misioneras.
– Es preocupante la orientación que tendría la Asamblea General del Episcopado Latinoamericano a realizarse en Roma en los próximos años ( 2006).
Es de esperar que las presiones de la Iglesia Católica alemana, en su Episcopado, como en los católicos organizados ( Kirche von unten) logren establecer puntos de equilibrio en la futura praxis apostólica de Benedicto XVI.