Carlos Montes, candidato a senador: “Necesitamos otro Estado, con más iniciativa”

Hay dos tipos de demandas en Chile: una que reivindica mejores condiciones de vida, más bonos o crédito y otra que pide cambios estructurales.

Hay dos tipos de demandas en Chile: una que reivindica mejores condiciones de vida, más bonos o crédito y otra que pide cambios estructurales. “Bachelet habla mucho de lo primero, no tanto de lo segundo”, opina Carlos Montes.

Carlos Montes, diputado socialista de larga trayectoria, es candidato a senador por la agrupación en el mayor distrito electoral del país, el de Santiago Oriente.

Lo entrevisté el jueves 14 de noviembre. Este día terminaba el período de propaganda electoral. Faltaban 72 horas para que se abrieran las mesas de votación en las que se definiría el rumbo político de Chile para los próximos cuatro años.

Todo indicaba que la coalición de centroizquierda volvería al poder, ahora ampliada con la incorporación del Partido Comunista y de otros dos grupos como Izquierda Ciudadana y Navarro, líder del Movimiento Amplio Social, reunidos todos bajo el nombre de “Nueva Mayoría”.

Carlos Montes no tenía su elección asegurada, pero la ganó. Disputó el cargo con la demócrata cristiana Soledad Alvear, excanciller, actual senadora de la “Nueva Mayoría” en la región.

Ese 14 de noviembre viajé en el metro hasta La Florida, donde está su oficina. Con él hablé del futuro político del país, del probable segundo gobierno de Michelle Bachelet.

Al preguntarle si se podría esperar un gobierno de Bachelet distinto al primero, Montes respondió que esto estaría por verse, ya que “hay dos visiones en la centroizquierda. Hay un sector que quisiera hacer cosas que no se hicieron en el primer gobierno y otro que quiere iniciar un nuevo ciclo, distinto al primero. Yo creo que Bachelet está dentro de este último grupo. Pero eso es algo que está en disputa”.

VELASCO

Una figura clave del Gobierno anterior de Bachelet fue el ministro de Hacienda, Andrés Velasco. Era el que le hablaba al oído en materia económica, me dijo hace algunos días el exsenador socialista Jaime Gazmuri.

Velasco “es una persona de derecha sin vuelta”, en opinión de Sergio Aguiló, diputado, líder de la Izquierda Ciudadana, grupo que se sumó a la “Nueva Mayoría”. “Es evidente que no cree en ninguno de los cambios que Bachelet ha comprometido con el país”, afirmó, en entrevista reciente.

No obstante, Velasco no ha estado ausente de la campaña y acompañó a la candidata en algunos actos públicos. Ahora es la Democracia Cristiana la que quiere el Ministerio de Hacienda. Pero, como recuerda Montes, hay un sector de ese partido que no quiere la reforma tributaria que la candidata ha incluido en su programa.

Según Montes, una figura clave en el gobierno sería Alberto Arenas (jefe programático de la campaña). “Él no es una persona muy reflexiva, es un técnico de apoyo”. Por otra parte, agregó, “si Camilo Escalona no es reelegido senador, va a tener mucha influencia, pero no para bien. No se da suficiente cuenta de que hoy hay un país distinto al de hace algunos años”.

Escalona fue presidente del Senado el año pasado y presidente del Partido Socialista en diversas ocasiones, mas su desempeño es motivo de polémica. Disputa un cargo para el Senado por la región de Biobío Costa, al sur del país, donde enfrenta al senador en ejercicio Alejandro Navarro, líder del Movimiento Amplio Social, integrante de la “Nueva Mayoría”.

Al insistirle a Montes qué podría ser distinto, este respondió que dependería de si gana en la primera vuelta, de lo contrario, en la segunda vuelta tendría que negociar; asimismo, dependería de la composición del parlamento.

“Bachelet va a tener que encontrar formas distintas de hacer política”. Esto, reconoce, “no depende solo del resultado electoral”. Se necesita un cambio en cuanto a nuestra forma de hacer política. Si no se hace política con la sociedad, no se va a poder avanzar, asegura.

Entre nosotros –agrega– hay gente, tanto de la Democracia Cristiana como socialistas, que quiere contener la idea de cambio, que prefiere seguir de la misma manera como hemos venido hasta ahora.

En opinión de Montes, no van a ser los partidos su principal apoyo en eso. “Los partidos no están en condiciones de cambiar esas formas”.

La Concertación (la coalición electoral que llevó a Bachelet al poder en 2006) “casi no estuvo en la disputa cultural. Todo se tradujo en una forma de participación en las políticas públicas muy controlada por el Estado. Ahora hay condiciones para cambiar eso, pero la he visto poco convocando a la gente a jugar otro rol”, aseguró Montes.

DOS DEMANDAS Y  UNA REFORMA CONSTITUCIONAL

En su opinión, hay dos tipos de demandas en el país. Una que reivindica mejores condiciones de vida, más bonos o créditos. Empero hay otra, que pide cambios estructurales. “Bachelet habla mucho de lo primero, no tanto de lo segundo”.

“El riesgo nuestro –afirma– es que un eventual segundo gobierno de Bachelet se desinfle en el primer año. Si todo se centra en más consumo, estamos fregados”.

Con un fuerte resurgimiento de manifestaciones populares, Bachelet enfrentó esas presiones al final de su Gobierno, las cuales se han extendido durante los cuatro años del actual mandatario, Sebastián Piñera.

“Hay que ver como se entiende con los ‘grupos-frontera’: estudiantes, mapuches, mineros y, en general, con el movimiento sindical”.

“El Gobierno tiene que ser audaz en los cambios en su manera de hacer política. El tipo de conducción del Estado dará la señal. El punto está en si, desde el comienzo, se parte distinto o no”.

Montes cita un ejemplo. El empresariado nos dice: “cualquier cosa, menos una reforma laboral”. En su opinión, “eso va a ser un punto muy difícil, más que la reforma tributaria” que propuso el programa de Bachelet.

En cuanto a esa reforma estima que existe “un enfoque interesante”, que es presentar un proyecto nuevo y ponerlo a discusión en el parlamento y en la sociedad. “Otros plantean convocar una asamblea constituyente. Esto es un problema táctico. Pero la litis con la derecha hay que plantearla en el primer año; no aguanta para el segundo. Y puede ser bastante motivador para todos”.

En su opinión, hay que atacar también algunas leyes que exigen quórum muy alto para su reforma.

Hay que dar señales, además, en materia de políticas industriales. “Chile no las tiene. Y eso no lo quieren los ‘Harvard’ de Chile”.

Montes propone discutir una ley para crear empresas públicas de energía solar o para tratar los residuos en las ciudades. En su criterio, esto permitiría defender la idea de que el Estado puede asumir esas funciones, lo que rompería el concepto de Estado subsidiario impuesto en la constitución heredada de la dictadura.

“Necesitamos otro Estado, con más iniciativa”, concluye.

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