Dos jóvenes estudiantes que sobrevivieron a la matanza de estudiantes universitarios en Kenia, aguardan para ser trasladadas por la Cruz Roja internacional (Foto: AFP).
«Para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua», gritaban los yihadistas somalíes burlándose de las víctimas antes de abrir fuego en la universidad keniana de Garissa, cuenta un superviviente de la matanza que dejó 147 muertos.
Los islamistas somalíes shebab despertaron el jueves a los estudiantes y separaron a los musulmanes de los demás, en función de la ropa que llevaban puesta. Antes de ejecutar a sangre fría a sus víctimas, se divertían, cuenta Salias Omosa, un surperviviente de 20 años.
«No tememos la muerte, para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua», gritaban en swahili antes de disparar, explicó traumatizado en un campamento militar cercano a la universidad.
Antes de lograr escapar, el joven vio cómo mataban a dos de sus amigos. Los atacantes shebab, afiliados a Al Qaeda, iban vestidos con ropa militar.
«He visto muchas cosas, pero nada como esto», afirmó Reuben Nyaora, un enfermero que trabaja para el organismo international Rescue Committee (IRC). «Había cuerpos por todas partes, que habían sido ejecutados en hilera; vimos a personas a las que les hicieron saltar las cabezas, con heridas de bala, todo ello en medio de un desorden espantoso».
El socorrista trabaja en el gigantesco complejo de campamentos de refugiados somalíes de Dadaab (al este de Kenia), cerca de la frontera somalí y a unos 90 kilómetros de Garissa. Fue uno de los primeros en llegar al campus para auxiliar a los supervivientes y a los militares heridos en los enfrentamientos con los atacantes.
NADAR EN SANGRE
«Prestamos los primeros auxilios durante los combates, los soldados recibían disparos justo delante de nosotros, como las víctimas secuestradas», explicó Reuben Nyaora de 32 años, con voz temblorosa. «Fuimos a los pasillos, lo que vimos era demasiado horrible para poder imaginárselo, y sin embargo lo vimos».
«Todo el mundo parecía estar muerto, pero en cuanto hablamos, los estudiantes que llevaban horas escondidos salieron, algunos de los armarios, otros del techo», detalló. Algunos se levantaron de entre los muertos, cubiertos de sangre.
El socorrista dice haber visto a tres mujeres aparentemente muertas, cubiertas de sangre de los pies a la cabeza, que salieron indemnes de entre una pila de cadáveres.
«Las mujeres contaron que los atacantes gritaban en swahili mientras disparaban a los hombres: ‘Vinimos para matar y para que nos maten'», narró. «Luego dijeron a las mujeres que ‘nadaran en la sangre'», como para burlarse de ellas, y se marchaban ignorándolas.
Amuna Geoffreys, otro estudiante, estaba rezando con cristianos cuando comenzó el tiroteo. Se apresuró a esconderse en un matorral, pero escuchó las terribles amenazas de los atacantes.
Obligaban a los estudiantes a llamar a sus familias para decirles que pidieran la retirada de las tropas kenianas de Somalia. Kenia participa en una intervención militar en este país desde finales de 2011, para luchar contra los shebab.
«Los asesinos ordenaban a la gente que llamaran a sus casas para decirles: morimos porque Uhuru (Kenyatta, el presidente keniano) insiste en permanecer en Somalia», añadió el joven. «En cuanto llamaban a sus padres los mataban, luego había silencio».
Aviación de Kenia bombardea dos campos de los shebab en Somalia
Nairobi, Kenia. AFP
La aviación militar keniana bombardeó este lunes 6 dos campos de los insurgentes shebab en el sur de Somalia, indicó el ejército, cuatro días después de que esos yihadistas mataron a 148 personas en una universidad de Kenia.
«Bombardeamos dos campos de los shebab en la región de Gedo», declaró a la AFP el portavoz del ejército keniano, David Obonyo. «Los dos objetivos fueron golpeados y eliminados, los dos campos fueron destruidos».
El bombardeo se produjo después de que el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, avisó que respondería «con la mayor severidad» a los shebab, por su ataque el jueves en una universidad de Garissa, en el este de Kenia.
No se aportó ninguna información sobre posibles bajas en el ataque contra los campos de los insurgentes.
Hombres armados de los shebab asaltaron la universidad de Garissa el jueves por la noche, mientras los universitarios dormían, antes de hacer una criba con los estudiantes no musulmanes para ejecutarlos, algo que Kenyatta calificó de «bárbara matanza medieval». La masacre acabó con la vida de 142 estudiantes, tres policías y tres soldados.
Desde que en el 2011 Kenia decidió entrar en Somalia para luchar contra los insurgentes islamistas, el país ha efectuado varios bombardeos contra las bases de los shebab. Más tarde, las tropas de Nairobi integraron a las fuerzas de la Unión Africana, para luchar contra los islamistas.
«Los bombardeos forman parte de un proceso y un compromiso continuos contra Al Shebab, que va a continuar», añadió Obonyo.
Los shebab huyeron de sus bases, en Mogadiscio, capital de Somalia, en el 2011, en su lucha contra las fuerzas de la Unión Africana, integradas por tropas de Burundi, Yibuti, Etiopía, Kenia y Uganda.
El sábado pasado, los shebab advirtieron de una «guerra larga y espantosa» si Kenia no retira sus tropas de Somalia, y amenazaron con «otro baño de sangre».
Los shebab son también los responsables del ataque contra el centro comercial Westgate de Nairobi, en setiembre del 2013, sitiado durante cuatro días, que dejó al menos 67 muertos.
Cinco personas relacionadas con el ataque de la semana pasada fueron detenidas, incluidos tres «coordinadores» capturados cuando huían hacia Somalia, y otros dos en la universidad.
Los dos arrestados en el campus eran un guardia de seguridad y un tanzano que encontraron «escondido en el techo» de la universidad en posesión de granadas, según dijo el ministro del Interior.
Las autoridades kenianas siguen buscando al que consideran el cerebro del ataque, Mohamed Mohamud, un exprofesor keniano, por el que ofrecen unos $215.000 de recompensa.
Tribunal pide prolongar detención de seis sospechosos por matanza
Nairobi, Kenia. AFP
Un tribunal de Nairobi que investiga la matanza perpetrada el 2 de abril por un comando shebab en la universidad de Garissa, ordenó este martes prolongar durante un mes la detención de seis sospechosos de asistir a los islamistas.
El tribunal, con sede en Nairobi, decidió prolongar durante 30 días la detención de los cinco sospechosos kenianos, que fueron llevados ante la corte, mientras que el ciudadano tanzano todavía era interrogado en Garissa, siguiendo una petición de la policía.
Hasta ahora, las autoridades solo habían revelado la detención de cinco sospechosos, entre los cuales había un keniano y un tanzano.
«La policía necesita detenerlos más tiempo para concluir las investigaciones» y determinar los cargos penales exactos, dijo el fiscal ante el tribunal.
Además, el funcionario señaló que las investigaciones revelaron que los sospechosos estuvieron en comunicación durante la matanza con los asaltantes y afirmó que la policía científica está realizando varios análisis.
Los seis sospechosos están acusados de haber ayudado al comando de islamistas somalíes shebab, que tomó la universidad de Garissa durante 16 horas, dejando un total de 148 muertos, de los cuales 142 eran estudiantes.