La mayoría de las encuestas no daban como ganador a Juan Carlos Varela, candidato de la coalición “El pueblo primero”, conformada por el Partido Panameñista y el Partido Popular.
Como un grito de guerra, una incomodidad imposible de ocultar, una decepción, así expresó el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, al conocer los resultados de las elecciones del pasado domingo 4 de mayo que dieron un cómodo triunfo a su vicepresidente, pero candidato opositor, Juan Carlos Varela.
“Conozco al ganador, Dios nos coja confesados” fue la primera reacción de Martinelli, a quien la oposición atribuía la intención de perpetuarse en el poder con la candidatura de José Domingo Arias, de Cambio Democrático (CD), y de su vicepresidenta, Marta Linares, esposa de Martinelli.
FIN DE LA JORNADA
El fin de la jornada del domingo empezó poco después del cierre de las urnas, a las 4 de la tarde. En las pantallas del Tribunal Electoral iban cayendo los resultados de las primeras urnas hasta que, cerca de hora y media después, empezó a tomar forma una tendencia que se mantuvo hasta el final: Juan Carlos Varela, 39%; José Domingo Arias, 31,9%; y Juan Carlos Navarro, 27,8%. Varela tenía una ventaja de más de 120 000 votos sobre el segundo lugar cuando todavía faltaba cerca de 15% por escrutar.
Con esos datos en la mano, poco después de las 7:30 p.m., el presidente del Tribunal Electoral, el magistrado Erasmo Pinilla, se asomó al salón preparado para el anuncio de los resultados. Crecía la tensión.
“Tenemos más de 60% de la información que recoge toda la votación del país. Nuestros mecanismos técnicos nos dicen que está representada toda la geografía nacional y todas las áreas pobladas de Panamá. En tales circunstancias, los magistrados consideramos que esa es una tendencia irreversible ya”, afirmó Pinilla. Había ganado Varela.
SORPRESA
No fue un resultado esperado. La mayoría de las encuestas no daban como ganador a Varela, candidato de la coalición “El pueblo primero”, conformada por el Partido Panameñista y el Partido Popular, de tendencia demócrata cristiana. En todo caso, había expectativa de un cierre ajustado. Nada de eso ocurrió. Los siete puntos de diferencia dejaban poca duda de quién era el preferido por los panameños.
Se desataron, entonces, las primeras reacciones. Primero la de Navarro, candidato del Partido Revolucionario Democrático (PRD); luego de elogiar al Tribunal Electoral y reconocer el triunfo de Varela como presidente electo, pidió a los suyos mantenerse en las mesas hasta contar el último voto. Fue el primero y, durante más de una hora, el único en reaccionar. La prisa tenía que ver −quizás− con una preocupación que dirigentes del partido habían expresado ya a UNIVERSIDAD: que Martinelli podía intentar maniobras para permanecer en el poder facilitando el triunfo de su candidato. Sectores del Partido lo estimaban capaz de “cualquier cosa” para mantenerse en el poder. De modo que no extrañó la rápida aparición del candidato para reconocer el triunfo de Varela.
Poco antes, el magistrado Pinilla, cumpliendo con lo que se ha hecho una tradición en Panamá, llamaba por teléfono −en vivo− a Varela para anunciarle su triunfo, esto desató la celebración en la sede del Partido.
Esta alegría contrastaba con la decepción de Cambio Democrático, la coalición del actual Gobierno. Su candidato lucía desencajado. “Mimito”, como le dicen, habló casi a las 9 de la noche; a su lado estaban Martinelli y su esposa, la candidata a la vicepresidencia. Hacía casi dos horas se había proclamado el triunfo de Varela. Solo entonces lo felicitó como nuevo Presidente de la República. Pero “vamos a esperar hasta el último voto”, decía al llegar a la sede del Partido.
El presidente Martinelli habló nuevamente. “José Domingo –le dijo–, en ti tenemos un gran líder. Aquí no hubo una pelea justa, porque eran todos contra José Domingo, todos contra mí. Teníamos todos los medios en contra y dijeron toda clase de mentiras”. Agregó: “Yo sí conozco lo que hay del otro lado. Nos vamos a tener que convertir en verdaderos opositores”, señaló ya a gritos.
“Antes que nada, darle las gracias a Dios”, inició Varela su discurso, haciendo recordar su filiación al Opus Dei, del que, sin embargo, dice ser solo aspirante.
“Un aplauso para Dios, la gloria es de él”, agregaba por su parte, conmovida, la esposa de Varela, Lorena Castillo.
“Vamos a hacer el mejor Gobierno de la historia de este país. ¿Y saben por qué? Porque lo vamos a hacer con todos y cada uno de ustedes, sin importar de dónde vengan”, aseguró.
En la intervención de Varela no faltaron respuestas a Martinelli. La política será, a partir de ahora, un servicio, no un negocio, le espetó. Prometió separación de poderes y decencia en el Gobierno. Le preguntaron sobre las relaciones con Venezuela, rotas desde que Martinelli trató de llevar el actual conflicto político en ese país a consideración de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA). El presidente venezolano, Nicolás Maduro, consideró esta iniciativa una intervención inaceptable en los asuntos de su país y rompió relaciones con Panamá.
“El restablecimiento de relaciones con Venezuela será una prioridad”, dijo Varela. “Hablé con Maduro y le expresé mi interés de que Venezuela busque la paz social”, agregó.
¿POR QUÉ GANÓ VARELA?
El triunfo de Varela, ya lo hemos dicho, no estaba en las predicciones mayoritarias. Sin embargo, dos días antes de las elecciones recibí un artículo del abogado Rodrigo Noriega , con la recomendación de que provenía de “un buen analista criollo”.
El artículo empezaba así: “…mis resultados son muy distintos a los de las encuestas” , afirmaba el dramaturgo y director de teatro panameño Daniel Gómez Nates, la noche del 30 de abril que Juan Carlos Varela había ganado la elección simulada de ese día con 70 votos, Mimito Arias recibía 36 y Juan Carlos Navarro, 33.
El acumulado de todas las funciones de la obra de teatro ¿Quién quiere ser presidente? superaba los 1900 votos a favor de Varela, 1350 a favor de Mimito y casi 1300 a favor de Navarro. Daniel Gómez dijo que cada vez que ha montado la obra (cada 5 años), los resultados de su elección simulada coinciden con el resultado de las elecciones oficiales.
Y seguía Noriega: “Si mis cálculos preliminares son correctos, Juan Carlos Varela debe ganar por al menos ocho puntos por encima de José Domingo Arias y diez puntos por encima de Juan Carlos Navarro”. ¡Una precisión casi absoluta!
Vale la pena, entonces, poner atención a lo que agregaba: “El mandato de Varela será sumamente claro: el panameño quiere justicia, quiere un buen gobierno, que resuelva los asuntos que el Gobierno debe resolver (agua, basura, salud, educación, cuidar el ambiente y darnos seguridad) y no que ande prometiendo subsidios que congelen la vida de las personas, quitándoles sus sueños de crecer y las ganas de trabajar y echar para adelante”.
“No es de exagerar –seguía Noriega– que la elección de Varela será la más importante de la democracia panameña ya que, por un lado, pondrá fin al efímero régimen de Martinelli y, por el otro, se impulsará una profunda reforma dentro del PRD, lo que a mediano y largo plazo beneficiará al país”.
Noriega concluye diciendo que “los últimos dos meses del Gobierno de Martinelli serán sumamente conflictivos y problemáticos. Todos los ciudadanos, hayamos o no votado por Varela, tendremos que respaldarlo frente a los posibles irrespetos y abusos del régimen”.
LO QUE SIGUE
Conocidos los resultados, caravanas de carros recorrían la ciudad cargadas de banderas. La noche del domingo se alargó en celebraciones y discursos, pero, al cerrar esta edición, la jornada no estaba todavía completa, faltaban todavía resultados electorales importantes.
El lunes el Tribunal actualizaba los datos para diputados. Con el 86,4% de los votos contabilizados, la actual coalición de Gobierno alcanzaba 40,85% y 29 diputados. El PRD, en segundo lugar, lograba 31% y 22 diputados. La coalición del presidente electo estaba en tercer lugar, con 16,9% y 12 diputados. Se eligió una diputada independiente y quedaban siete puestos por asignar. Con una Asamblea de 71 miembros, la mayoría se hace con 36 diputados.
Y en la que fue, en algún momento, una lucha de infarto, con un centenar de votos de diferencia, la disputa por la alcaldía de Panamá se ha ido decantando por el candidato de “El pueblo primero”, José Blandón. Con poco más de 80% de los votos escrutados, ha ampliado su ventaja sobre el candidato del PRD, José Fábrega, a cerca de 4 500 votos.
La abstención se redujo, comparada con las elecciones del 2004 y 2009, alcanzando poco más de 23%.
El nuevo Gobierno panameño asumirá el 1° de julio, encabezado por Juan Carlos Varela. El próximo Presidente panameño es un ingeniero industrial nacido en 1963, que ha estado al frente de la empresa familiar Varela Hermanos S.A.
En este párrafo se interpreta que el artículo fue escrito por Rodrigo Noriega
Sin embargo, la cita con la que inicia el artículo no se tiene certeza de si pertenece a Noriega o a Daniel Gómez. Con el adjetivo posesivo ‘mis’ el lector lo interpreta -en primera instancia- como que pertenece Noriega; sin embargo, después se indica que la frase fue dicha por Gómez entonces no se precisa a quién corresponden los resultados.
Acá de nuevo aparece el adjetivo ‘mis’ y parece que lo escribe Noriega en su artículo pero igual queda la duda de la persona que calcula los resultados. Esos dos ‘mis’ pertenecen a la misma persona o una pertenece a Noriega y otra a Gómez? En ambos casos debe quedar más claro.
El lector supondría que lo agrega Noriega, pero por la confusión de arriba ya no se tiene certeza de quién lo dice.