En la defensa de la vida y de nuestros derechos, no hay que aflojarse, ríos de esperanza afloran. José Martí (1963). Fryda Schulz de Montovani , Páginas de José Martí (Tres Héroes, 1889).
Con esta entrega y no sin antes dar las gracias a los lectores por su paciencia, llegamos al final de nuestros apuntes sobre la realidad nacional, esperando que dichos artículos de alguna manera contribuyan con la reflexión, el debate y la toma de decisiones de todos y todas, en cuanto a lo que nos toca hacer para revertir la situación en favor de la inmensa mayoría de nuestro pueblo
Sabíamos que las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial producirían desempleo y con ello el abaratamiento de la mano de obra. El crecimiento del desempleo ha implicado cambios dramáticos en las familias, sumiéndolas en el desencanto, la frustración y en la desesperación. Ha crecido la delincuencia, la vagancia, la inseguridad, se quiebra el orgullo por el trabajo, algunos y algunas optan por la vida fácil. Ahora retomemos la figura del choricero: promueve un conjunto de desvalores que se desprenden del ladrón y producen un individuo que va a tono con el neoliberalismo. Se trata pues, de un estafador, comerciante que practica el fraude, individualista, egoísta, insolidario, se desenvuelve en un entorno de desconfianza y crea relaciones de temor, lo anterior permea y se despliega en amplios sectores de la sociedad costarricense. Probablemente, esto fue tema de reflexión en el pasado torneo electoral; quizá lo sea aún y en contraposición se levanta el pensamiento de José Martí: “El niño, desde que puede pensar, debe pensar en todo lo que ve, debe padecer por todos los que no pueden vivir en honradez, debe trabajar porque puedan ser honrados y debe ser un hombre honrado”.
¿Se deberá despertar el niño que llevamos todos?; es una tarea importante; de la honradez se desprende un conjunto de valores totalmente deseables para toda sociedad: solidaridad, confianza en sí mismo, respeto por los demás, y el establecimiento de lazos inclaudicables en la defensa de los derechos sociales, políticos, económicos y culturales.
Bajo el marco descrito, muchas organizaciones de campesinos, de obreros(as) y de los empleados(as) públicos, muestran descontento y, está brotando la conciencia de organizarse para luchar por sus intereses; citemos los casos de Medio Queso y El Achotal, de Las Crucitas, de la carretera a San Ramón (que echó para atrás las intenciones del gobierno en un proyecto entreguista), la defensa de los EBAIS, la lucha de SINTRAJAP respecto de las políticas del gobierno de la concesión a la empresa APM Terminals del nuevo muelle de Moín. Y la lucha de los empleados públicos por obtener un reajuste salarial por el alto costo de la vida, obteniendo como respuesta del gobierno un reajuste de 0,43%, lo cual es a todas luces un insulto para los empleados públicos. Por supuesto las asimetrías provocadas por el sistema capitalista, desde lo externo y lo interno, es decir de y del desorden interno, inciden directamente en la situación de nuestro pueblo. Los imperialistas, junto a los neoliberales criollos, quieren que una vez más seamos nosotros los que paguemos su crisis. En lo cultural pensamos que es un puente que conduce al desenvolvimiento humano, y por eso es parte fundamental de la configuración de un proyecto político cultural alternativo, donde nuestro pueblo es proactivo en la creación y recreación que asume el avance, en relación con el conocimiento conducente a la articulación de redes sociales, que hoy se informan mejor de lo que acontece en el mundo, permitiendo, la toma de una postura diferente, más independiente y autónoma, frente a los problemas y desafíos que enfrenta la clase trabajadora y en general la sociedad costarricense.
Aclaración: En el segundo artículo que ya se publicó, al principio aparece el pensamiento: “Mentira que la miseria la manda Dios, eso lo dicen los ricos, los serviles y los tontos para que Ud. y sus hijos la sigan aguantando”. Por error no se consignó la autoría de Carmen Lyra (2000).Ensayos Políticos, La Unión de los trabajadores del campo y de la ciudad, Universidad de Costa Rica.