Las primeras dos grandes debilidades del capitalismo están conformadas por los costos de tipo social y ético que tiene dicho sistema económico.
La tercera debilidad se deriva del costo ambiental que ha tenido la generación de tanta riqueza principalmente a partir del siglo XIX.
Los estudios y advertencias hechos por expertos de diferentes países acerca del cambio climático y el calentamiento global, han colocado el tema ambiental en un lugar preponderante a escala mundial y le han asignado un carácter relativamente estratégico en los asuntos políticos y económicos. No obstante, a pesar de ser un avance, el panorama aún es poco aliciente. Desde que se inició la revolución industrial, el capitalismo ha sido un sistema económico exitoso como productor de riqueza a partir del petróleo y del carbón, las cuales son fuentes de energía contaminantes y no renovables.
Mientras el capitalismo continúe siendo el modelo hegemónico para producir ganancias a los propietarios y empleo a los asalariados, el petróleo y el carbón también continuarán siendo explotados en forma indiscriminada, a pesar de los protocolos internacionales que establecen metas de reducción de gases tipo invernadero. En consecuencia, la amenaza de un mega desastre ambiental dentro de 70 ó 100 años debido a un incremento de varios grados Celsius en la temperatura promedio del plantea se va incrementando paulatina e inexorablemente.
Y si los seres humanos fuésemos tan virtuosos como para ponernos de acuerdo y lograr una reducción sustancial de las emisiones de gases, entonces tendríamos como consecuencia que enfrentar una recesión económica como la actual o quizás más severa aún y millones de personas perderían sus empleos. Estamos ante un círculo vicioso que no tiene solución: la economía de mercado depende del petróleo y del carbón, y la humanidad depende de la economía de mercado para producir riquezas a unos pocos y empleo (principalmente de tipo precario) a la mayoría.
El anterior círculo vicioso tiene dos problemas: Es prácticamente imposible que la humanidad se ponga de acuerdo para descartar el capitalismo y adoptar otro sistema económico y social mucho más virtuoso. El segundo problema, es que después de tanto tiempo de usarlo, la dependencia con el capitalismo es gigantesca y el temor de perder el empleo se ha convertido en una paranoia socioeconómica.
Después de examinar las principales debilidades del capitalismo, resulta muy interesante analizar su mayor amenaza, la cual es inherente a su naturaleza predatoria del ambiente. Todos los logros de este sistema se han obtenido utilizando fuentes de energía sucias y no renovables que obviamente han impactado gravemente en la salud ambiental del planeta. Si la economía mundial continúa demandando esos recursos para cumplir con las metas de crecimiento, llegará un momento en que se producirá un desastre ecológico cuyo costo humano, económico y social será tan grande, que ya no será posible utilizar más el modelo capitalista como medio para generar riquezas y empleos. El mismo sistema lleva en sus entrañas el gendarme de su autodestrucción, ya que sus logros se han sustentado en una contaminación ambiental fuera de control. En un escenario futuro de carácter catastrófico, los elementos característicos de una economía de mercado poco regulada, tales como el consumo desenfrenado, la ostentación, la opulencia y el empleo le concederán su prioridad a la supervivencia elemental.
En lo relativo al análisis de las oportunidades, hay que tener en cuenta que el capitalismo es un fiel reflejo de la naturaleza del ser humano, de su emprendedurismo, de su ambición, de sus sueños, de su tenacidad, pero también de su codicia, de su arrogancia, de su egoísmo, de su indiferencia y de su corrupción. Si los hombres y mujeres que ostentan los poderes político y económico del mundo, fueran tan virtuosos y capaces como para lograr que en un lapso de unos 30 años, la economía de mercado pudiese seguir generando empleo para la mayoría de la población mundial aunque quizás no tanta rentabilidad a los dueños de los medios de producción, pero sobre una plataforma exclusivamente de fuentes de energía limpias y renovables, entonces el reflejo que brinda el capitalismo del ser humano mejoraría muchísimo. Bajo esas condiciones, sería posible avanzar aún más y pensar en un sistema económico y social alternativo. En esto radica la esencia de las oportunidades del capitalismo.
El tema de las fortalezas de dicho sistema es la especialidad de los economistas y gobernantes conservadores, es mejor que ellos sigan exponiendo las bondades del consumo y de la especulación financiera, aunque a partir de la actual crisis, se encontrarán con una mayor cantidad de público desencantado.