Archivos, derechos humanos y acceso a la información

¿Cuál es la utilidad de las pruebas documentales en la defensa de los derechos humanos?En el Sistema Interamericano del cual forma parte Costa Rica,

¿Cuál es la utilidad de las pruebas documentales en la defensa de los derechos humanos?

La ampliación del catálogo de derechos humanos hoy pasa por la necesaria universalización del acceso a la información, como un derecho intrínsecamente ligado a dos libertades fundamentales en una sociedad democrática: la libertad de expresión e información. El camino recorrido desde hace más de 10 años en pro de garantizar este derecho, es prueba del interés y la importancia de fortalecer la transparencia y la eficiencia en la función pública, así como la lucha contra la corrupción. La contribución que deriva del cumplimiento de los derechos humanos −consignados en el Pacto de Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención Americana de Derechos Humanos (1969), pasando por la reciente conformación de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos en 2011−, conforman el marco jurídico internacional desde el cual hacer valederos y exigibles derechos que están íntimamente ligados con otros derechos y libertades fundamentales, enraizados en la protección del derecho a la vida, a la dignidad humana, y el derecho a la verdad.

En el Sistema Interamericano del cual forma parte Costa Rica, el derecho al acceso se desprende del artículo 13 de la Convención Americana, que cita expresamente que “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”.

Por su parte, el artículo 23 de  la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y el artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ponen el énfasis en la garantía al acceso como herramienta para fortalecer la participación democrática en condiciones de igualdad, configurando así el escenario para la formación de una ciudadanía más crítica y reflexiva, y por ende, con mayores potestades de participación en la toma de decisiones dentro de sus sociedades.

En alusión a esto, es relevante recordar cómo el empoderamiento en el acceso a la información ha producido cambios profundos en la historia reciente de la humanidad. Desde la resolución de casos judiciales particulares −como la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Claude Reyes en 2006, cuando este tribunal reconoció que el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión contemplaba la protección del derecho de acceso a la información bajo el control del Estado desde su dimensión individual y social−, hasta escenarios más complejos como el que dio pie a la Primavera Árabe. Esta última, una coyuntura muy particular, en la que el intercambio y la difusión de ideas políticas a través de las redes sociales, le dio voz y protagonismo a grupos antes invisibilizados, y provocó la caída de regímenes dictatoriales en el seno de los países árabes nor-africanos. Un buen ejemplo del ejercicio democrático pluralista, que a su vez sentó un importante precedente sobre el poder de la información en manos de la ciudadanía.

Partiendo de esta premisa, es importante resaltar que el ejercicio del derecho al acceso a la información se ha convertido en fenómeno multidimensional, que dichosamente ha permitido un mayor equilibrio en el ejercicio del poder. Es necesario decir entonces, que dentro de este nuevo contexto, los archivos han jugado un papel medular como custodios de la información sustantiva de las naciones, al servicio de la justicia, la transparencia y el pluralismo. En consecuencia, en materia de derechos humanos los archivos administrativos e históricos, y últimamente los archivos de la memoria han sido claves para comprobar graves violaciones contra los derechos humanos en América Latina y el mundo. El valor probatorio y simbólico que tienen los documentos custodiados en los archivos, ha sido un bastión en los procesos de reparación de las víctimas de las dictaduras, y en la recuperación de la memoria de unas historias no contadas, olvidadas, o simplemente silenciadas.

No hay duda, la ampliación del derecho al acceso a la información está revolucionando el quehacer sociopolítico y la concepción del mundo, y en este entorno tan dinámico los archivos tienen mucho que aportar.  Por esa razón, es meritorio destacar el esfuerzo realizado por la Dirección Nacional del Archivo Nacional, con la reciente celebración del XXVI Congreso Archivístico Nacional, cuyo eje principal fue precisamente el del acceso a la información como llave para la democracia.

Es conclusivo decir que la democracia solo puede prosperar, si una nación garantiza a sus habitantes el pleno cumplimiento de sus derechos. Entre estos, la garantía del acceso a la información es y será fundamental para la participación, la inclusividad y el cumplimiento de los derechos humanos de todos y todas.

 

 

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