Tenía quizá un par de años de no saber nada de ella, cuando una llamada a mi teléfono me hizo recordarla; lamentablemente la noticia no fue agradable: era para comunicarme el deceso de la amiga en tiempos universitarios.
En eso momento, recordé tantas aventuras, desveladas por servir, retiros, lloradas, “Savegriadas”, conversaciones y lo que el buen Señor nos había permitido compartir; la noticia me dejó conmocionado, aún hoy me cuesta asimilar, que aunque ya hace algunos años no la veía, ahora no habría posibilidad que los caminos de la vida tan siquiera se volvieran a cruzar y poder saludarnos y conversar.¿Cómo es posible? Bueno, en honor a la verdad me impactó la noticia por el recuerdo de mi amiga, si es que acaso aún lo éramos; pero sí lo fuimos.
Mi amiga fue una mujer recta, íntegra, de valores, de una familia unida y acogedora, de padres trabajadores y hermanos unidos. Una mujer esforzada, que buscó alcanzar sus metas y volar alto….
La partida de mi amiga fue un reencuentro con el pasado; llegamos muchos amigos de aquella época universitaria, nos abrazamos, no dábamos crédito a que había partido a donde todos esperamos llegar….
Así que fue un hasta pronto; solamente emprendió primero el camino, y ante nuestro asombro y el dolor en el corazón, de la mujer que fue y conocimos.
¿Será que los amigos son circunstanciales? ¿Qué son parte de una época? Que conforme avanza la era de la tecnología, nos volvemos más impersonales, más seres tecnológicos al publicar en un muro “chismoso” un ME GUSTA.
Con mi amiga celebré cumpleaños saliendo a tomar algo no con una publicación virtual; luego con el tiempo los caminos divergieron; la última vez que la vi fue almorzando a mediodía −cerca del trabajo− nos saludamos, conversamos y nos despedimos.
Como ella, así pasa con muchos de mis amigos, de los cuales ni sé, ni saben qué ha pasado en los últimos años: el nacimiento de hijos, la pérdida de seres queridos, el trabajo actual, dónde vivo, qué pienso, qué hago, si somos los mismos que nos conocimos en tiempos pasados.
Entonces podría cuestionar si fuimos amigos o seguíamos siéndolo; sin embargo, lo que pude compartir durante el momento de la vida que nuestras líneas se cruzaron, me hace pensar que si hubiera tenido la oportunidad de volver a cruzarme en su camino, la confianza del pasado hubiera brotado, porque en el ayer fuimos libros abiertos y compartimos a corazón abierto.
Desde donde sé que estas, nuevamente “disculpa” por aquella navidad que casi te hago perder un ojo, en la casa de nuestra amiga por la UNED, y aunque no pude despedirme antes de tu partida, por todo lo que compartimos, por la FE que nos dio Aquel, puedo decirte, Buen viaje querida amiga….AMBC.