En el litoral del Pacífico Central en Esterillos Este, se encuentra ubicado el Centro Vacacional Playa Bejuco de los empleados y empleadas de la Universidad de Costa Rica, una de las universidades más prestigiosas de nuestro país a nivel académico, no así en el bienestar y la salud de sus trabajadoras y trabajadores
Haciendo un poco de historia este centro fue comprado por los y las trabajadores de esta universidad a través de un reajuste salarial que dejamos de percibir en su momento; en un inicio las autoridades universitarias asumieron su mantenimiento y administración; la Oficina de Servicios Generales por medio de la sección de Mantenimiento y Construcción se hizo cargo de dar mantenimiento y mejoras de las cabinas y áreas verdes; luego pasó a manos de la Oficina de Recursos Humanos, en donde más de un vivillo quiso hacer fiesta y hasta páginas en Internet se publicaron ofreciéndose las instalaciones a todo público.En la actualidad se encuentra en un limbo, ya que tanto el sindicato como las autoridades no han logrado ponerse de acuerdo en su manejo y mantenimiento; lo cierto es que tiene alrededor de siete u ocho años de permanecer cerrado, el deterioro de sus instalaciones es evidente, el sistema eléctrico, las tuberías de agua potable el menaje, la piscina recién construida se ha convertido en un criadero de sapos, en una zona que en la actualidad es sumamente perseguida por el capital extranjero para montar sus consorcios hoteleros; pero, se encuentra en ruinas y lo peor es el no tener un centro de esparcimiento y diversión para nuestras familias, a pesar del alto costo que estamos pagando por su adquisición
Entonces uno se pregunta por qué la desidia y el poco interés de las autoridades universitarias de dar al menos las condiciones mínimas a sus empleados, para el disfrute de la salud mental y el esparcimiento
En primera instancia se podría pensar en el ataque y la división constante cada vez más marcada entre la cúpula académica universitaria y el sector administrativo, y así lo demuestran los últimos reportajes de los iluminados de la elite universitaria; algunas vacas sagradas de esta universidad están en contra de que este sector tenga participación en la mal llamada democracia universitaria, atacan en forma constante todo lo que huele a pueblo y todo lo que atente contra sus privilegios y confort
En segunda instancia es vergonzoso para esta universidad tener un patrimonio en tan pésimas condiciones; pienso que es un reflejo del desinterés que tienen las autoridades universitarias por sus trabajadores y trabajadoras, y dentro de la lógica cotidiana los ideólogos- la elite académica universitaria- esgrimen sus discursos de no dar concesiones y garantía a la plebe; al final somos una clase desposeída alienada en la toma de decisiones, no tenemos poder de decisión en la elección a rectoría, en la colegiada, en la elección de directores, y en el consejo universitario: un miserable representante ante doce o trece de los académicos y estudiantes
Se podría pensar también -y esto con malicia indígena- que este deterioro obedece a un interés económico por vender a extranjeros este patrimonio obrero, al punto de circular versiones de propuestas de compra por varios millones de colones de estos consorcios hoteleros, que se han adueñado de casi todo este litoral en concubinato con los vende patrias criollos
Por último, seguiremos esperando pacientemente como decía mi madre, “a que San Juan baje el dedo” o a que la clase obrera de esta universidad tome las armas y haga valer sus derechos, aunque sea en sentido figurado