¿Cómo se hace bioética?

¿Necesitamos fundamentar la bioética con teorías filosóficas de la antigüedad? La bioética requiere de una fundamentación de acuerdo con el contexto en el que nace.

¿Necesitamos fundamentar la bioética con teorías filosóficas de la antigüedad? La bioética requiere de una fundamentación de acuerdo con el contexto en el que nace.

La razón es simple: la bioética, como neologismo, es hija de nuestro tiempo. Tanto en la versión de Fritz Jahr (1895-1953) como en la de Van Rensselaer Potter (1911 –2001), bioética es una moral práctica que tiene por objetivo unir los conocimientos científicos y humanísticos en un mismo discurso.

Ethos significa básicamente hábito y habitar, pero también se le atribuye el significado de carácter y praxis. Bios por su parte significa simplemente vida.

¿Qué es bioética? Su etimología ofrece una variedad de interpretaciones. Para empezar, es un ethos del bios… Desde luego esto no dice nada: un habitar la vida, más o menos. El neologismo trata de enfatizar en la nocion de una ética para la vida. Sin embargo, una ética para la vida puede tener una connotación poco objetiva, pues éticas para la vida hay muchas (personalismo y biocentrismo, por citar únicamente dos). No puede ser una ética para la vida porque ¿qué pasa con temas en los cuales no se razona o argumenta a favor de la vida sino de la muerte? ¿Acaso la defensa de la eutanasia o del aborto no son asuntos bioéticos y éticamente discutibles?

La bioética podría ser una ética enfocada al análisis de la vida en cuanto tal, sea humana, animal, vegetal o cualquier otra nueva aparición (pensemos desde ya en la convivencia cotidiana con la inteligencia artificial, esto es, una vida más).

La bioética, como especialidad de análisis o como disciplina, debe construir un marco epistémico con datos del presente. Considerar que la bioética surge de una caverna de la antigüedad, que puede fundamentarse con filosofías del pasado, es absurdo. Como ejercicio académico es entretenido. Pero mostrar o analizar desde un punto de visto bioético algunas prácticas de la antigüedad, como la del médico Areteo de Capadocia, no significa que en él u otro se encuentren las bases de la bioética.

Cada nueva generación se enfrenta a problemas provenientes de los errores o ignorancias de las generaciones anteriores. Hoy producimos conocimiento para el ahora. No podemos visualizar, por genios que queramos ser, las respuestas a problemas futuros porque son muchas las variables en juego. Pero mejor aún, no podemos responder a un problema social que aún no ha sido creado. Atisbos futuristas los habrá siempre, pero ello significa que estemos presentando las bases para responder a una problemática. Por ejemplo, una filosofía del pasado no podía enfocarse en la producción intelectual de problemas ecológicos porque no existía el problema como tal. Sería absurdo que, con un afán arqueologista busquemos en el pasado los fundamentos de la ecología del presente. Hacer eso es simplemente un afán por publicar.

La construcción de una ciencia requiere de un objeto concreto, un marco metodológico y cierta autonomía. La bioética debe seguir ese norte. Simplemente no podemos andar de arqueólogos de las ideas para hacer vigente un pensamiento. Este fanatismo es cualquier cosa menos una labor científica o académica.

La bioética es un asunto de nuestro tiempo. Y debemos hacer dos cosas: o construimos una bioética que responda epistémicamente a los retos de las acciones humanas en el contexto de la ciencia, la tecnología, y la dinámica social del presente, o continuamos fundamentando la bioética en las teorías éticas filosóficas existentes. Si es esto último, ¿para qué la palabra bioética? Simplemente es innecesaria.

A la bioética aún le falta el respeto y la mayoría de edad de la ética filosófica. Pero esto no significa que se tenga que fundamentar la bioética con ideas que no fueron concebidas para responder a ciertos problemas sociales del presente.

La bioética, en última instancia, no necesita fundamentar una ética porque ella misma debe contar tanto con el marco axiológico como con el marco epistémico que le permita realizar juicios de valor objetivos para tomar decisiones en diferentes ámbitos de acción. Algunos consideran que esta fundamentación axiológica se encuentra en el principialismo. Otros reclaman por una fundamentación “ética” propia, al igual que una epistemología propia. La autonomía de la bioética precisamente descansa en la construcción de este marco epistémico y este marco axiológico. Esta sería la tarea de un constructo teórico bioético para hacer Bioética.

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