No puede entenderse el fenómeno de la xenofobia tica sin una interpretación efectiva de su antecedente ideológico inmediato: el racismo. Por su origen la xenofobia es una artificialidad política, conservada por la sociedad civil a través de razones que solo la inteligencia envenenada por la ideología puede encontrar como válidas, se inició en un desplazamiento intencional del marco valorativo del racismo hacia otro sujeto humano, es por ello que hoy se acorrala al nica con los mismos adjetivos con los que el racismo acorraló al negro dos décadas atrás.
El racismo tico surgió como resultado secundario de la materialización del perfil de ciudadano, creado en el siglo 19, a través de la utilización de la noción de rasgo racial-linguistico particular que hizo coincidir a «lo tico» con sujetos específicos vallecentralinos. Esa reducción fue parte de un proyecto político tendiente a generar el imaginario de sobernía nacional consolidada con el cual precipitar la aparición de la noción de patria y el consiguiente sentimiento de orgullo nacional. Para lograrlo debía excluirse de «lo tico» a toda región que escapara a la centralización administrativa absoluta y efectiva del poder que solo era real en el valle central.
El racismo perdió luego su vigencia ideológica cuando en un giro subito del azar histórico, en el mismo momento del conflicto de baja intensidad con los sandinistas, cae el café como principal fuente de divisas y surge la alternativa turística como industria fundamental viéndose obligado el gobierno a sacar de la invisibildad ideológica al negro y al guanacasteco pues ahora le generaban ganancias a la burguesía. Solo entonces se empezó a hablar de una Costa Rica multiétnica.
La transformación posterior del marco valorativo del racismo en xenofobia fue posible por medio de una actualización del ejercicio del poder a exigencias contextuales de aplicación defensiva dentro de las cuales debía ser excluído de la realidad nacional un gentilicio específico y cercano, así, se creó la xenofobia como una sensibilidad ideológica particularizada para segregar a un sujeto político: el nica piricuaco o sandinista. La creación de esta sensibilidad se logró por medio de un puente ideológico constituido por el concepto de diferencia racial-linguistica que permitió en su momento la materialización del perfil de ciudadano tico. Por ese medio se retomó el marco valorativo del racismo con las mismas particularidades funcionales que poseía dentro universo ideológico tico, así la xenofobia pasa a excluir de la realidad nacional a un sujeto concreto que no calzaba dentro de la centralización adminstrativa efectiva y absoluta del poder en el momento del conflicto de baja intesidad con el sandinismo. En conclusión, la xenofobia se creó como actualización del universo ideológico tico a una nueva realidad política en la región con la intención meramente defensiva de segregar al «nica-piricuaco» con la misma repugnancia que en su momento se hizo con el «monito limonense» y el «nica regalado» guanacasteco. Si hoy subsiste es gracias a una sociedad civil envilecida que solo sobrevive en su miseria, perdido su orgullo nacional, por medio del mismo odio indignante con el que un misero pordiosero se refiere a otro.
