Con más de sesenta artículos debidamente fundamentados, publicados en distintos medios de prensa nacional y revistas internacionales, he criticado la política educativa pública en la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación en lenguas distintas al castellano. Esa misma política importada a Costa Rica por empíricos que ostentan puestos temporales, pero cuyos daños a raíz de sus infundadas decisiones, son permanentes.
Además de la crítica fundada, he aportado recomendaciones de manera explícita para que corrijan el rumbo equivocado en el que han colocado la educación pública costarricense en lenguas desde hace mucho tiempo, especialmente durante la administración Arias Sánchez, 2006-10. Las recomendaciones explícitas han surgido en razón de que no comprenden que, de manera implícita, además, la crítica fundada en educación, es parte de la solución.
Que la solución no es adherirse a estándares internacionales infundados, impuestos por entidades internacionales que no se sabe qué credenciales poseen en lo que imponen y que, a lo interno del país, un grupúsculo modoso obediente solo se encarga del «copy and paste» de lo que no ha dado resultado.
La solución es la conducción de investigación científica educativa independiente en y para Costa Rica, y no copiar hasta las «estrategias» o «proyectos» de otros países, realizando una simple sustitución de nomenclaturas para presentarlos como propios.
Pero, sin tan siquiera leen –y, si lo han hecho, no entendieron–, acerca de lo que promueven e imponen (enfoques metodológicos que no han servido, instrumentos lingüísticos etnocéntricos, infundados, contradictorios, e insuficientes como el Marco Común Europeo y las pruebas estandarizadas de lenguas distintas al castellano, libros de texto adornados con audio, vídeo y páginas Web, junto con cualquier otra cosa que se les ocurra importar acríticamente del «international language mall»), ¿cómo podrían leer la crítica fundada, entenderla, refutarla, complementarla… de igual manera?
¿Dónde quedaron «la capacidad de escuchar y rectificar», el «compromiso con las y los costarricenses», el «…espíritu de un amplio proceso de diálogo» y demás… plasmados en el ¿made in Costa Rica? «Plan de Gobierno, 2010-14» de la actual administración? ¿O es que en la educación pública formal e informal no aplica? ¿De ahí parte del origen de los continuos desaciertos del Ministerio de Educación Pública, avalados por un Consejo ¿Superior? de Educación?
No les ha bastado con lo que han hecho de la educación pública en lenguas para primaria y secundaria, incluida la universitaria, formal e informal, sino que ahora, debe además expandirse ese desacierto en eso que llaman en otros países «educación municipalizada».
En razón de «…la humildad para reconocer las virtudes de las ideas ajenas» que versa en ese «Plan de Gobierno», y de esa «educación municipalizada», surge la interrogante de si lo reportado en ciertos medios de prensa, por ejemplo, en el respetable diario digital informa-tico, resulta ser ¿otra coincidencia? de aquellas importadas de Chile.
Con fecha 05/01/10 del presente año, CHILEidiomas publica el «Proyecto Chile Políglota 2010». En el documento (consultado el 28/06/10) se señala que «El Proyecto CHILE Políglota tiene como objetivo, hacer Bilingües a 10.000 Estudiantes Talentosos del País para 2010 con especial énfasis en la Educación Municipalizada». «CHILE Políglota está concebido y diseñado por CHILEidiomas para llevar la enseñanza de idiomas y culturas extranjeras a todo nuestro país…».
Seis meses después, en informa-tico, el 24/06/10, apareció –¿por coincidencia?– la nota «Cancillería promueve idiomas extranjeros en todo el país», y señala que «El Canciller René Castro, dijo… en la presentación del programa de Promoción del multilingüismo [¿o plurilingüismo?] que es «un esfuerzo dirigido a potenciar y ampliar la enseñanza de idiomas a la mayoría de la población…». ¿Aprendizaje incluido?
¿La Cancillería con un «Proyecto COSTA RICA Políglota», perdón, con un proyecto de «Promoción del Multilingüismo (PPM)» «municipalizado»? A excepción de los distinguidos traductores e intérpretes oficiales que sí ostentan credenciales en esas áreas de especialización, ¿cuáles son las credenciales de la Cancillería en la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación de lenguas distintas al castellano, de su Canciller y de sus asesores en esa materia? ¿Dónde está el estudio científico independiente conducido en y para Costa Rica que determine los fundamentos de ese «innovador» proyecto? ¿De dónde surgió ese proyecto? ¿Un piloto más…? ¿De esos que anuncian con prontitud en conferencias de prensa, pero cuyos resultados, ni son evidentes, ni nunca aparecen en documentos accesibles al público con la misma facilidad con que fueron anunciados?
Continúa la nota de informa-tico: «El anuncio del programa de Promoción del Multilingüismo (PPM) fue hecho ayer en la Cancillería por el Ministro de Descentralización y Desarrollo Local, Juan Marín, la Directora de la Fundación Costa Rica Multilingüe, Marta Blanco, el Canciller René Castro, la Directora de DINADECO, Shirley Calvo y el Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), Olman Segura; instituciones que participan en el proyecto».
Con excepción del Instituto Nacional de Aprendizaje, INA, ¿dónde se encuentra el resto del «ente rector» del Plan Nacional de Inglés? El desacierto iniciado por el INA hace varios años, exacerbado en los últimos dos, al parecer continúa acientíficamente bajo la nueva administración… Y sobre el Ministerio de Descentralización y Desarrollo Local, junto con Dinadeco, igualmente, ¿cuáles son las credenciales en la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación en lenguas distintas al castellano de quienes están a cargo, y de sus asesores en esa materia?
Continúa la nota del diario digital: «El programa ofrece varias opciones de enseñanza de idiomas como los cursos regulares, tertulias en las municipalidades o centros comunales, así como el aprovechamiento de voluntariado extranjero que pueda compartir el aprendizaje del español y enseñar su propio idioma».
Cualquier costarricense cuya lengua materna sea el castellano, ¿ya está acreditado para enseñar su propia lengua, sea como lengua materna o «lengua extranjera»? ¿Podrá trabajar como profesor, sólo por hablar castellano, de manera voluntaria o remunerada, por ejemplo, en los Estados Unidos de América o Inglaterra, con la venia de los respectivos gobiernos? Bienvenido todo el voluntariado posible, pero con criterios científicos y académicos independientes, con profesionales –»non native» y «native»– en educación en lenguas, debidamente acreditados.
Como siempre, tienen una vez más la palabra. Espero que, como siempre lo han hecho, no guarden silencio.